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Censo 2012: para conocernos mejor y sin prejuicios

Mireya Valdebenito
Por : Mireya Valdebenito Socióloga. Demoscópica Consultores.
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Es muy importante que haya claridad a este respecto, dada la oposición que ya se vislumbra respecto a la inclusión de alguna pregunta relativa a la convivencia entre personas del mismo sexo, que en los hechos constituyen un hogar o una familia, configurando una situación cada vez más evidente en Chile y en el mundo.


El año 2012 se realizará en el país el XVIII Censo de Población y Vivienda. El INE ha anticipado que en esta oportunidad se ajustará el cuestionario, considerando los cambios ocurridos en el país en los últimos 10 años en diversos ámbitos. Entre ellos, la caracterización de diferentes tipos de hogar y/o familia, incorporando una consulta por la convivencia entre personas del mismo sexo.

Los Censos, así como otras mediciones, cumplen la función de registrar la realidad del país y sus habitantes y no les corresponde  juzgar esa realidad.  Es muy importante que haya claridad a este respecto, dada la oposición que ya se vislumbra respecto a la inclusión de alguna pregunta relativa a la convivencia entre personas del mismo sexo, que en los hechos  constituyen un hogar o una familia, configurando una  situación cada vez más evidente en Chile y en el mundo.

[cita]Es muy importante que haya claridad a este respecto, dada la oposición que ya se vislumbra respecto a la inclusión de alguna pregunta relativa a la convivencia entre personas del mismo sexo, que en los hechos  constituyen un hogar o una familia, configurando una  situación cada vez más evidente en Chile y en el mundo.[/cita]

¿Es que, negarse a conocer esta realidad la va a hacer desaparecer? Los sectores más conservadores del país tienen derecho a manifestar su oposición a la convivencia entre personas del mismo sexo, pero no pueden impedirle al país que conozca esta situación Ya pasó la época en que los conservadores intentaban ocultar realidades que les incomodan, como el divorcio, el acceso inequitativo a la  píldora del día después o  el aborto terapéutico.

En los tiempos en que la biología desentraña los misterios del genoma humano o los físicos los de las partículas mediante  el acelerador y colisionador de partículas, no es aceptable que, por prejuicios ideológicos, se pretenda imponer un veto al  conocimiento objetivo de los cambios que experimenta nuestra sociedad.

Afortunadamente, el Estado chileno ha dado señales claras en ese sentido. Sin ir más lejos,  la encuesta de comportamiento sexual realizada por MINSAL el año 2000 revela que el 0,1% de las mujeres y el 0,3% de los hombres se consideran a sí mismos/as como homosexuales. En la Encuesta Nacional de la Juventud del  año  2009 es posible conocer que la edad promedio de iniciación sexual de los hombres de 15 a 29 años es de 16,4 años y la de las mujeres de 17,1 años y que entre los iniciados sexualmente, un 4,7% de los hombres y un 1,7% de las mujeres reportan que  las  relaciones sexuales que han tenido en el último año, han sido sólo con personas de su mismo sexo.

Si los Censos de Población son la fuente primaria más importante de información estadística del país para el diseño e implementación de políticas públicas, las preguntas que reflejan nuevas realidades del país deben incorporarse en el cuestionario, y la forma en que se formulan debe centrarse en un debate técnico-metodológico y no valórico-ideológico. Para el Estado, contar con información sobre la diversidad que conforma la nueva realidad de la familia chilena, por ejemplo, le permitirá elaborar, proponer y ejecutar políticas públicas de calidad. A su vez, para la sociedad se abre  una inmejorable oportunidad para debatir este tipo de temas, confrontando las diversas posiciones en el campo de las ideas y dejando de lado vetos y prohibiciones insostenibles a estas alturas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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