Publicidad

Un par de reflexiones respecto al intríngulis eléctrico en Chile

Miguel Márquez
Por : Miguel Márquez Ejecutivo de Energiainteligente.
Ver Más

El “secreto” del por qué los chilenos pagan más por sus kilowatts y somos menos competitivos que el resto de América Latina (Piñera dixit) está a la vista: reglas del juego que garantizan a las eléctricas rentabilidades extraordinarias y tarifas permanente y sostenidamente al alza. En ese contexto, la carretera pública, aparentemente propuesta maestra del gobierno actual, sólo tiene de pública nuestros bolsillos y así consolidar un modelo inequitativo y poco eficiente.


El Chile eléctrico es fiel reflejo del Chile actual en donde el abuso, la desigualdad y crecientemente la incertidumbre, campean.

En efecto, ciertas singularidades destacables del “desarrollo” eléctrico permiten afirmar que se ha llegado a límites insoportables para el usuario/rehén, para el país y el medio ambiente. Y la clase política, buena parte de ella, Alianza y Concertación unidas, no saben, no escuchan, ni ven.  Listo un par de  las peculiaridades destacables del sector eléctrico “nacional” luego de un poco más de 20 años de privatización.

El sostenido aumento de tarifas en los últimos años, que supera el 100% sólo en 4 años penaliza los presupuestos familiares, las Pymes y el medio ambiente. Paralelamente, aumentan impúdicamente las rentabilidades de las empresas eléctricas.

[cita]El “secreto” del por qué los chilenos pagan más por sus kilowatts y somos menos competitivos que el resto de América Latina (Piñera dixit) está a la vista: reglas del juego que garantizan a las eléctricas rentabilidades extraordinarias y tarifas permanente y sostenidamente al alza. En ese contexto, la carretera pública, aparentemente propuesta maestra del gobierno actual, sólo tiene de pública nuestros bolsillos y así consolidar un modelo inequitativo y poco eficiente.[/cita]

El “secreto” del por qué los chilenos pagan más por sus kilowatts y somos menos competitivos que el resto de América Latina (Piñera dixit) está a la vista: reglas del juego que garantizan a las eléctricas rentabilidades extraordinarias y tarifas permanente y sostenidamente al alza. En ese contexto, la carretera pública, aparentemente propuesta maestra del gobierno actual, sólo tiene de pública nuestros bolsillos y así consolidar un modelo inequitativo y poco eficiente. Mala idea. Cualquier medida técnica en el contexto del modelo actual sin que operen cambios estructurales a las reglas del juego y el rol de los actores  e inclusión de la ciudadanía, está condenada al fracaso. Da la impresión que esta vez no se trata de vender el sillón de don Otto sino de comprar uno más grande.

Pese a las evidentes inequidades que resultan del peculiar evolucionar del sector eléctrico, las opiniones y supuestas formas de arreglo de un mercado eléctrico inequitativo e ineficiente son encargadas a los mismos de siempre –o casi–  “expertos” que sostienen desde su más tierna infancia académica, empresarial (eléctrica) o consultora (de eléctricas por supuesto), que el modelo marginalista es lo mejor para este país. Aquellos que insisten en pedirles recetas de política pública y eléctrica a aquellos que comparten la misma matriz ideológica por lo demás, me hace pensar que los primeros (gobiernos, políticos, y algunos medios) o tienen afectado el sentido de la realidad (lo que puede ser, viendo la gravedad de la crisis la educación y la falta de respuestas y decisiones) o son y han sido cómplices de políticas públicas equivocadas por decir lo menos. Cabe una tercera posibilidad, menos pulcra eso si: que sean adictos a la lógica del “más vendo más gano” propia del sector eléctrico y en esa dinámica y contexto, tocar algo, legítimamente, de los resultados.

Seguridad de suministro, competitividad, acceso a la energía a precios razonables, exige una mirada del tema eléctrico y energético en general, más democrática, menos  ideologizada y de amplitud de miras desde el punto de vista de la opciones tecnológicas pero exige sobre todo cambiar el más vendo más gano de los HidroAysén, de los Copec, los Barrancones, los Isla Riesco, por el mejor usamos la energía más ganamos todos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias