Señor Director:
En una columna de opinión publicada en su prestigioso medio electrónico, el analista Carlos Huneeus sostiene textualmente:
“La Concertación, por su parte, no tiene influencia en los estudiantes, porque sus dirigentes y parlamentarios se alejaron de los estudiantes desde hace años y su discurso económico se ha mimetizado con el de la derecha. ¿Qué sentido tiene que un senador socialista esté preocupado de la repatriación de capitales, sino que congraciarse con el mundo empresarial y sus financistas?”
Dado que ambas afirmaciones me tocan directamente, quisiera hacer uso de mi derecho a réplica:
Respecto a la primera imputación: como Vicepresidente del Senado me ha tocado encabezar un diálogo muy fecundo, en estas semanas, entre dirigentes del movimiento social por un cambio en nuestra educación y parlamentarios de las diferentes bancadas, en la búsqueda de un gran pacto para modificar de raíz nuestro sistema educativo. Uno de los primeros frutos ha sido un acuerdo transversal para presentar un proyecto de ley que impida a instituciones educacionales con fines de lucro recibir aportes estatales. Lo anterior habla de un acercamiento, horizontal y sin condiciones que seguiremos estimulando, entre los parlamentarios y los estudiantes y no de una distancia insalvable como sugiere Huneeus. Es más, este proyecto recoge expresamente un punto central exigido por los estudiantes, que es el fin del lucro en todas las esferas educativas.
En relación a lo segundo: lo que me moviliza cuando propongo la repatriación de fondos chilenos en el extranjero es que podamos contar con dinero suficiente para la reconstrucción del patrimonio con valor histórico y la vivienda rural, que fue muy afectada en toda la zona del terremoto del 27 de febrero y, por cierto, en la región de O´Higgins que represento en el Senado.
El Gobierno dijo que eran, a lo menos, 8 mil 400 millones de dólares los que se necesitan recaudar para la reconstrucción, pero dentro de ese monto no tiene considerado ni un peso para las viviendas rurales y el patrimonio histórico destruido.
Ante ese panorama, propuse una norma excepcional para el estímulo de la normalización tributaria de aquellas inversiones de chilenos o residentes en Chile que se mantienen en el extranjero y que no tributan en nuestro país, aplicando un impuesto para la radicación de estas inversiones.
La estimación más conservadora indica que se podrían repatriar más de 23 mil millones de dólares, lo cual permitiría un ingreso tributario inicial de más de 1.400 millones de dólares y un ingreso por tributos permanentes de a los menos 400 millones.
Con ese dinero se garantizaría la Reconstrucción patrimonial y de vivienda rural. Asimismo, permitiría transformar la nacionalidad de esas inversiones, ensanchando la base tributaria del país.
Eso es lo que me mueve a presentar el proyecto y no el afán de “congraciarme con el mundo empresarial y sus financistas”, como sugiere sin mayores fundamentos el señor Huneeus.
Juan Pablo Letelier
Vicepresidente del Senado.
