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Evo, ¿camino a la ingobernabilidad?

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Cristian Leyton
Por : Cristian Leyton Profesor Civil Academia de Guerra del Ejército. Investigador Asociado Centro de Estudios Estratégicos ANEPE.
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Si hace ya un tiempo la tendencia era clara, hoy más que nunca se tiende a cristalizar la idea que el régimen de Evo Morales conoce una fase de declinación que podría ser incluso terminal.

A la pérdida constante del apoyo ciudadano plasmado en sucesivas encuestas de opinión, la ultima que señala un desencanto del 53% hacia su gestión, hoy se aprecia que desde las percepciones pasivas, los movimientos sociales, en particular aquellos que le permitieron llegar al poder, están asumiendo una postura de oposición radical y altamente militante.

Ya no es el “oriente boliviano”, el “blanco”, el “camba”, aquel que se levanta en contra del líder nacional-indigenista, sino que comunidades indígenas amenazadas por la construcción de una carretera y la población de la mítica ciudad de El Alto, aquella que lideró la transformación sociopolítica del país.

Tampoco la FEJUVE, aquella federación de Juntas de Vecinos de El Alto, convertida en aparato ideológico y de proyección de intereses políticos del indigenismo urbano, ha quedado en estado pasivo. Nuevos liderazgos se perfilan, muchos de ellos de ex personeros del Gobierno masista y que hoy toman la bandera opositora.

También se aprecian señales de descomposición de la uniformidad y unión del movimiento social que llevó a Evo al Palacio Quemado. Si la Central Obrera Boliviana, la representante de la clase obrera pobre urbana, de marcada ascendencia indígena, ya le dio la espalda al Gobierno del MAS, hoy vemos que diferencias importantes se levantan entre los sectores indigenistas Yucarés, aquellos que marchan hoy hacia La Paz, y comunidades aymarás asentadas en sus territorios para el cultivo de hoja de coca.

La legitimidad política del mandatario Morales está en juego, para ciertos sectores fuerte y definitivamente lesionada. Si bien logró aplacar y debilitar la oposición política del Oriente boliviano, Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Pando y Beni mediante una estrategia de “criminalización” de dirigentes cruceños por ejemplo, hoy la contestación proviene de sus ex aliados políticos.

A las críticas internas en su manejo de la Política Exterior, en particular hacia Chile, pasando por aquellas asociadas al “gasolinazo”, así como el manejo de su estrategia antinarcóticos y de producción de Hoja de Coca, hoy una difícil prueba está por estallarle en su propia cara, el llamado Caso Sanabria.

Diversas voces se han levantado para advertir que Bolivia se estaría convirtiendo en un “narco-Estado”, desde la cesión del control de la generación de la hoja de coca a los mismos productores comunitarios, hasta el retiro oficial de Bolivia de la Convención de la ONU contra la Droga y el Delito, terminando por la expulsión de la DEA estadounidense de su territorio.

Hoy, ad portas de conocerse los resultados de las pesquisas en contra del narco-general René Sanabria, la integridad de la imagen internacional del régimen masista está en juego. Evo atraviesa un difícil momento, solo le queda ceder ante las exigencias de todos los sectores que el acorralan, profundizando con ello signos claros de ingobernabilidad y de desestabilización social y política.

Podemos estar siendo testigos del comienzo del fin del laboratorio político masista en Bolivia, el tiempo lo dirá…en particular, después del 02 de septimbre…

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