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Régimen tributario en Chile: hacia una mayor equidad

Florindo Núñez
Por : Florindo Núñez Presidente nacional del Colegio de Contadores de Chile.
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Una medida equitativa sería la de eximir al sueldo del pago de impuestos, manteniendo los instrumentos, como fondos mutuos, acciones, afectos al gravamen del global complementario. Poniéndolo de forma sencilla: un empresario retira utilidades por un valor que asciende a $40 millones; pagará impuestos por la empresa y por el retiro de ganancias. Así bien, un profesional o empleado puede llegar a pagar la misma tasa del 40% sin ningún tipo de amortizaciones.


Durante las semanas recientes, a partir de la fuerte demanda ciudadana por cambios en la educación y las propuestas surgidas desde el Ejecutivo, se ha establecido el debate acerca del régimen tributario imperante en Chile. Esto, en vista de cuáles serán los mecanismos de financiamiento para una reforma educacional de largo alcance. Sobre las tasas impositiva actuales y su legitimad técnica hay bastante qué decir.

En cuanto al impuesto de primera categoría, por causa de la Ley de Reconstrucción Nacional promulgada en 2010, se pasó de un 17% a 20% de modo provisorio, cuestión que parece razonable y por lo tanto sería recomendable que este ajuste se mantuviera de forma permanente. La tasa de impuesto de primera categoría en Chile es más baja que en otros países de la Región como México, países que no consideran la devolución de impuestos por medio de reinversión o créditos, como sí ocurre en Chile hace ya casi treinta años.

[cita]Una medida equitativa sería la de eximir al sueldo del pago de impuestos, manteniendo los instrumentos, como fondos  mutuos, acciones, afectos al gravamen del global complementario. Poniéndolo de forma sencilla: un empresario retira utilidades por un valor que asciende a $40 millones; pagará impuestos por la empresa y por el retiro de ganancias. Así bien, un profesional o empleado puede llegar a pagar la misma tasa del 40% sin ningún tipo de amortizaciones.[/cita]

Cabe recordar que las empresas pagan un 20% de impuesto, pero los socios pueden recuperar el monto a través del impuesto global complementario para  fines de reinversión. En Chile se paga por las utilidades obtenidas, pero se reducen  a través de créditos, franquicias, rebajas de contribuciones, que aminoran el impuesto de primera categoría por el mecanismo de la reinversión. Asimismo, las empresas o socios que reinvierten en otro negocio no tributan. Este escenario se remonta a 1984 y en términos generales ha dado buenos resultados ya que se estimula a la persona a no retirar ganancias en exceso y sí a reinvertir. Con esto la economía mantiene su dinamismo, se generan volúmenes de inversión y aumenta la generación de empleo. Se evita, también, con este sistema de devolución por inversión el manejo de  utilidades de forma empozada.

En cuanto  al impuesto global complementario se podrían realizar algunas modificaciones, las cuales  apunten no a rebajar la tasa máxima, que va  en la escala del 5% al 40%, sino a abrir los rangos intermedios. Una persona que gana 500 mil pesos  está exenta del pago de este gravamen, pero en el caso de profesionales que tienen un mayor ingreso, digamos un millón de pesos mensuales, sí deben cancelar impuestos. Es en este ámbito donde se pueden revisar las asignaciones impositivas  por tramos con el fin de beneficiar a la clase media. Si se revisan las dos categorías en que se divide el impuesto a la renta,  se observa que una empresa mediana paga un 20% de impuesto y recibe compensaciones a través de créditos y no paga, además, absolutamente nada en el impuesto global complementario. En cambio, un profesional, por ejemplo, un ingeniero,  ve afecto a gravamen su sueldo y, a término de año, si posee algún instrumento de inversión, debe nuevamente pagar impuestos. Por esto, una medida equitativa sería la de eximir al sueldo del pago de impuestos, manteniendo los instrumentos, como fondos  mutuos, acciones, afectos al gravamen del global complementario. Poniéndolo de forma sencilla: un empresario retira utilidades por un valor que asciende a $40 millones; pagará impuestos por la empresa y por el retiro de ganancias. Así bien, un profesional o empleado puede llegar a pagar la misma tasa del 40% sin ningún tipo de amortizaciones.

Por lo anterior, sería aconsejable revisar cuál es la actual escala de impuesto a la renta y observar si es posible hacer aciertas modificaciones que inserten mayor equidad en el sistema y aminoren la alta tasa impositiva que debe asumir gran parte de la clase media chilena.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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