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Qué es la ‘Densión’ y por qué hay que entenderla

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Por: Ignacio Moya Arriagada


Señor Director:

A raíz de la actual crisis global que continua afectando el actual sistema económico, tuve la oportunidad -en otro lugar- de ofrecer una perspectiva acerca de las causas más fundamentales de esta crisis. Lo que me motivó a sumar mi perspectiva a las ya muchas que se han ofrecido sobre este tema. Es la realización de que la gran mayoría de los análisis que actualmente se realizan parten siempre de un mismo lugar: desde un punto netamente económico. Como consecuencia, hay una profunda carencia conceptual que empobrece nuestra capacidad de análisis. Por lo tanto, y para enriquecer este análisis, propuse —en una columna anterior— que esta crisis se debe a que el capitalismo del Siglo 21 es presa de una contradiccion no-resuelta entre derechos y privilegios. Es decir, aunque se ha materializado como una crisis monetaria y de ‘flujos de caja’, su orígen es otro; su orígen está en, precisamente, la contradicción no resuelta que acabo de mencionar.

Lo que quiero hacer ahora en esta columna es crear un nuevo concepto que capture la esencia de la tensión entre derechos y privilegios. El concepto que propongo para referirse a dicha tension es el de ‘Densión’. Es decir, llamo ‘Densión’, a la contradicción que se produce en un sistema cuando derechos y privilegios chocan. A continuación, paso a explicar en más detalle.

Cuando, por un lado, el imaginario social de la gente se configura de tal manera que éste incluye una determinada serie de aspiraciones sociales que son reivindicadas como ‘derechos’, pero por otro lado el acceso efectivo a esos ‘derechos’ está condicionado a la posesión de un privilegio (como el dinero) entonces surge la tensión de la que hablo. Como sociedad, proclamamos el derecho a, por ejemplo, una educación. Pero por otro lado, también como sociedad, condicionamos el acceso a la educación a la posesión de dinero (un privilegio). Entonces la gente se pregunta, legítimamente, ¿es o no es la educación un derecho? Y si lo es, entonces nuestro acceso a la misma no puede depender de nuestra capacidad de pago. Aquí hay un alto grado de ‘Densión’.

La gente en el mundo se ha dado cuenta que hay una contradicción en todo esto. Pensábamos que teníamos derecho a la salud y a la educación. Pensábamos que teníamos derecho a una jubilación digna. Pero resulta que, por mucho que los gobiernos reconozcan la validez de estos derechos, en la práctica no los reconocen. Esto es lo que tiene hoy día en jaque a todo el sistema económico. Y de la capacidad que tenga el capitalismo para lidiar con y resolver este dilema va depender su sobrevivencia.

Esta tensión y contradiccion es, entonces, lo que se representa en el concepto que he decidido llamar ‘Densión’. En todas las sociedad hay ‘Densión’. Esta se manifiesta de distintas formas en distintas épocas. En efecto, las características particulares y la intensidad de la ‘Dension’ varían según el contexto histórico. En algunas sociedades el acceso a un derecho estaba condicionado, por ejemplo, al privilegio de pertenecer a un partido político determinado. En nuestro sociedad, el privilegio es representado por la posesión de dinero. Entonces el problema radica en que -como nunca antes en la historia humana- nos creemos poseedores de una larga lista de ‘derechos’. Y al mismo tiempo, nuestro sistema económico no esta preparado para hacer valer dichos derechos. El problema, no es, aunque ciertos gobiernos digan lo contrario, la escasez de recursos; el problema es la concentración de dichos recursos en unos pocos privilegiados. Es, como dicen los Indignados de Wall Street, el 1% que se beneficia a costa del 99%.

A medida que nuestros horizontes éticos se van expandiendo, van a ir inevitablemente surgiendo nuevas nociones de ‘derechos’ (ya se habla de derechos de los animales y de derechos del medio ambiente). Todos estos nuevos ‘derechos’ son, y deben ser, objeto de debate y discusión. No todas las nuevas propuestas serán necesariamente aceptadas como nuevos ‘derechos’. Pero lo importante es que cuando la sociedad empieza a hablar de un nuevo ‘derecho’, el sistema económico debería estar preparado para responder si fuese necesario. Sin embargo, vemos que el capitalismo no está, hoy en día, preparado para responder a nuestras demandas,lo que no hace más que aumentar la ‘Densión’ y así poner en peligro la continuidad del orden actual.

Cada vez que nuestros horizontes éticos se encaminan por vías distintas a las del sistema económico, estamos agudizando la ‘Densión’. Idealmente los dos deberían, por lo mínimo, avanzar en paralelo. Incluso el sistema económico es el que debería estar al servicio del imaginario social. Es decir, el sistema económico debería adaptarse a las demandas sociales y no al revés como ocurre hoy. Si el sistema económico no responde o no puede responder a dichas demandas, la ‘Densión’ sólo va aumentar hasta que estalle en nuevas crisis sociales.

Ignacio Moya Arriagada
Magíster en Filosofía

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