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Educación Privada: en las manos de todos, en las manos de nadie

Angello Giorgio
Por : Angello Giorgio Presidente de la Federación de Estudiantes de la UAI Santiago
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Es por esto que hoy jueves, las universidades privadas se organizan para reflejar un descontento que ya no da para más. En la educación privada se concentra el 80% de los estudiantes de más escasos recursos de nuestro país, y la ley no puede seguir permitiendo estas prácticas abusivas en contra de los que menos tienen.


Después de intensas reuniones, los dirigentes de universidades privadas a lo largo de Chile hemos decidido convocar a una movilización que haga saber cómo los estudiantes de nuestro sector ya no resisten más las latentes injusticias que conlleva el sistema educativo privado chileno.

El caso de la Universidad del Mar es un ejemplo. ¡Pero no cualquier ejemplo! Es absoluta, y totalmente, determinante.
Han pasado uno, dos y hasta tres gobiernos consecutivos jactándose de promover un sistema educativo de calidad, heterogéneo y sin lucro alguno. ¿Y qué podíamos decir?, si aunque todo chileno, todo político, y todo empresario, tenían absolutamente claro el cómo estas instituciones robaban millones y millones de pesos a costa de los sueños de muchos jóvenes, la ley lo amparaba, y lo sigue permitiendo.

Ahora nos encontramos con un escenario un poco diferente. Ese argumento de decir que todas las universidades son entidades con un fin educativo, “que nadie lucra con ellos”, etc, queda nulo. El mismo ministro Beyer ha reconocido que esto es una falla del sistema, y que bajo todas luces es un caso del cual hay que preocuparse.

[cita]Es por esto que hoy jueves, las universidades privadas se organizan para reflejar un descontento que ya no da para más. En la educación privada se concentra el 80% de los estudiantes de más escasos recursos de nuestro país, y la ley no puede seguir permitiendo estas prácticas abusivas en contra de los que menos tienen.[/cita]

Lo terrible no es que se haya descubierto el caso Universidad del Mar, lo doloroso es que —incluso cuando la señora Juanita, de 80 años, ciega, sorda, y muda, sabe que las inmobiliarias son el instrumento utilizado por los directorios para quedarse con millonarias sumas de dinero mes a mes— los políticos y los empresarios siguen haciéndose los tontos con el problema “macro” y demuestran “espanto” con el caso de la Universidad del Mar, sin reconocer que en la mayoría de las Universidades Privadas en Chile sucede lo mismo.

Como diría un antipoeta al azar: “Chile está cagado”. Cuando un país desarrollado tiene problemas, toma decisiones y sigue los rumbos que merecen esas decisiones. Aquí las cosas son diferentes. Quien gobierna no lo hace para los chilenos, lo hace poniéndose de acuerdo con los de allá, con los de acá, y con los empresarios.

Por ejemplo, para una reforma real en la educación, es necesaria una completa reformulación tributaria. Andrés Velasco, hace pocos días, estuvo en mi universidad y nos contó que la reforma tributaria impulsada por Piñera no resuelve ni siquiera el 10% de las necesidades completas que la educación necesita para “comenzar a hablar de calidad”. ¿Será porque don Sebastián es un hombre malo?: no señores, el problema es que don Sebastián es muy amigo de quienes deberán destinar un poco menos de recursos a sus vacaciones en el Caribe, si es que se lleva a cabo una real reforma tributaria efectiva. La resistencia a los cambios, ese es el problema.

Chile está cagado, pues incluso los profesores no han sido lo suficientemente altruistas para darse cuenta de que son el centro y alimento del sistema educacional chileno en todos sus niveles, y si no son capaces de someterse a una prueba que los haga mejorar sus capacidades, la educación no tiene horizontes a los cuales mirar. Se requiere que todos cedan en sus respectivos ámbitos para que este país tome un rumbo con horizonte, en este caso, una educación de calidad.

Es por esto que hoy jueves, las universidades privadas se organizan para reflejar un descontento que ya no da para más. En la educación privada se concentra el 80% de los estudiantes de más escasos recursos de nuestro país, y la ley no puede seguir permitiendo estas prácticas abusivas en contra de los que menos tienen.

Pedimos humildemente mayor regulación en todo nivel, pues he ahí el gran problema de nuestro sector educativo: botado por quienes regulan, aprovechado por quienes vieron ahí una tremenda oportunidad de hacerse millonarios. En las manos de todos, en las manos de nadie.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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