Publicidad

Paz y Medioambiente

Carolina Fortín
Por : Carolina Fortín Abogada UC, experta en solución de conflictos.
Ver Más

La conexión entre pobreza, medioambiente y violencia viene dada por el hecho de que la sobreexplotación del medioambiente, la deforestación, la desertificación y el sobrepastoreo están agotando la fertilidad de la Tierra. El desarrollo sustentable o perdurable está estrechamente ligado al progreso y la paz.


Pronto llegará marzo y partirán las campañas políticas y con ellas los debates sobre equidad, educación, energía y violencia marcarán la agenda. Probablemente medioambiente quedará relegado a un segundo plano.

A ello cabe decir, que debe tenerse presente que pobreza, inestabilidad o violencia y medioambiente están estrechamente ligados. Como dice el creador de la teoría de solución de conflictos Johan Galtung, la economía sustentable y respetuosa del medio ambiente no sólo es una mera causa ecologista, es esencialmente una causa por la paz.

En la dos últimas décadas, quienes trabajan en el área han estudiado afanosamente qué tipo de variables contribuyen a fragmentar una comunidad y con ello a provocar inestabilidad y violencia o en el peor de los casos una guerra. El ítem económico, tipo de gobierno y elementos culturales, logran predecir una gran cantidad de casos. Así, por ejemplo, en el ítem económico diversos instrumentos como el nivel de mortalidad infantil y el número de personas que viven por kilómetro cuadrado de tierra arable se utilizan para predecir conflictos y guerras; y lo hacen con gran precisión.

[cita]La conexión entre pobreza, medioambiente y violencia viene dada por el hecho de que la sobreexplotación del medioambiente, la deforestación, la desertificación y el sobrepastoreo están agotando la fertilidad de la Tierra. El desarrollo sustentable o perdurable está estrechamente ligado al progreso y la paz.[/cita]

De hecho, la teoría de conflicto ha cambiado su enfoque y si antes el estudio de la ideología competidora era básico, hoy en cambio el estudio de la pobreza y deterioro ambiental son los primeros elementos a analizar para entender el conflicto en su cabalidad. Por ejemplo, a nivel internacional la crisis humanitaria de Darfur en Sudán, no se explica simplemente por la llegada al poder de un grupo fundamentalista islámico y el consiguiente contraataque y represión de grupos opositores. La ocurrencia de una devastadora sequía fue el sustrato ideal para la inestabilidad y reanudamiento de la guerra. De hecho, miles de personas afectadas por la crisis se desplazaron a una pequeña zona fértil de Sudán.

La conexión entre pobreza, medioambiente y violencia viene dada por el hecho de que la sobreexplotación del medioambiente, la deforestación, la desertificación y el sobrepastoreo están agotando la fertilidad de la Tierra.

Entendiblemente familias e individuos expuestos a competir por agua y comida, entre otros elementos vitales, tienen altas probabilidades de defender sus intereses por la fuerza y la violencia a cualquier costo. La privación de necesidades básicas se expresa usualmente de modo colectivo y las fallas para solucionar y encausar esta privación conforman un clima ideal para generar conflictos violentos.

A pesar de todo lo que se conoce en teoría de conflictos,  el tema del medioambiente parece no ser relevante en Chile. Frente a ello debería indicarse que, si bien el daño del medioambiente parece a simple vista no ser grave en Chile, quienquiera que tenga contacto con la agricultura sabe que los pozos de agua cada año disminuyen su nivel de extracción y los canales de riego cada año traen menos agua. Por lo tanto, la notable y publicitada subida en el precio de los alimentos en los últimos años no sólo debería explicarse por el aumento en la demanda; sino que también por el aumento en los costos de su producción. Peor aún, todo indica que estos seguirán subiendo. En conclusión, todo ello demuestra que el cambio climático y nuestra emisión de gases invernadero sí debería ser un tema a discutir.

En segundo lugar, teniendo presente el principio de reciprocidad ¿cómo podemos pedirle a Brasil o República Democrática del Congo que limite y controle la explotación de sus bastas masas forestales si el país jamás se ha preguntado por temas medioambientales y parece que le parece secundario el tema sobre emisión de gases invernadero? No obstante, la totalidad de los habitantes de Chile y del planeta tierra respiramos mejor gracias al bosque amazónico y los bosques de África Central. Suena bastante cruel pedirle a un país pobre que reduzca la explotación de sus recursos.

Es de esperar que éstas y otras consideraciones enriquezcan el debate político que se apronta a partir en marzo. El desarrollo sustentable o perdurable está estrechamente ligado a progreso y paz.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias