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Por qué voté a favor del cambio de nombre de la Av. 11 de Septiembre

David Silva
Por : David Silva Concejal del PS por Providencia
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«Desde las pasadas elecciones municipales la Providencia burguesa y conservadora cambió» afirmó el concejal (PS) David Silva, durante la reunión del Concejo Municipal, que finalmente resolvió aprobar que la polémica calle se llame ahora Av. Nueva Providencia.


 

La idea del cambio de nombre de la avenida 11 de Septiembre surgió del empeño de tres militantes socialistas: Francisco Esteves, Enrique Norambuena y Hector Valladares.

La actual alcaldesa tomó para sí la idea y la incluyó como una de sus medidas a implementar en su programa comunal antes  de asumir como alcaldesa.

La votación que se desea practicar hoy día en el concejo municipal del cambio de nombre es algo esperado pues la alcaldesa la había anunciado hace bastante tiempo como parte de su programa de gobierno, y necesario, porque el nombre actual es ofensivo.

Es ofensivo por la  forma poco democrática en que se instauró: El Decreto  Nº 500 de 1980 (sin voto de concejo ninguno mediante), a través del cual se sustituía el nombre de la Avenida nueva Providencia por «Avenida Once de Septiembre», que tiene como único considerando, el siguiente: “Que la gesta del día 11 de Septiembre de 1973, que libró al país de la opresión marxista, debe ser recordada por las generaciones presentes y futuras, en una obra de gran importancia urbanística”.

Y es ofensivo por lo que rememora: la ruptura violenta del orden institucional, la persecución política, la tortura, la muerte, el exilio, el abuso enorme del estado, en fin, el inicio de 16 años en que Chilenos causaron dolor y sufrimiento a otros Chilenos en forma irracional de la cual hasta un ex comandante en jefe de las FF.AA. en ejercicio ha debido pedir perdón y expresó un “nunca más”.

Lo que debemos votar hoy día se hace de modo democrático y conforme a la ley orgánica de municipalidades, que expresamente permite que el concejo municipal practique la votación para poner y quitar nombre a calles y avenidas de la respectiva comuna.

Solicitar para proceder al cambio de nombre una consulta a los propietarios de inmuebles de la Av. 11 de Septiembre es improcedente por lo siguiente; i) es un subterfugio procesal antidemocrático y mañoso que quiere pasar por encima de la voluntad ciudadana que eligió a la nueva alcaldesa con un 55% de votación y que castigó al ex alcalde Labbe y ex coronel de la CNI con la pérdida de 13.500 votos en la comuna, ex alcalde para quien la Av. 11 de Septiembre ciertamente sí representaba una “gesta que libró al país de la opresión marxista, (que debía) ser recordada por las generaciones presentes y futuras, en una obra de gran importancia urbanística”ii) tampoco corresponde solicitar una consulta a los propietarios de inmuebles de la Av. 11 de Septiembre sobre el cambio de nombre en circunstancias que la mal llamada avenida no es una cuyo nombre sólo empezca a los propietarios de inmuebles que la enfrentan; es una avenida de carácter vertebral por lo menos a nivel metropolitano, y creo no equivocarme que de interés y uso nacional cuyo nombre no sólo empece a un grupo de vecinos, sino que a millones de personas que la transitan diariamente; iii) es seguir entendiendo que el orden social y político en democracia lo dictan las minorías y la voluntad de la mayoría queda presa de quorums supramayoritarios.

Desde las pasadas elecciones municipales la Providencia burguesa y conservadora cambió; pasando a ser a una comuna despierta, con contacto con lo que pasa en el país, opinante, decidida, involucrada, consciente, que desea fervientemente cambios en sus confines y en el país (baste ver los movimientos de los estudiantes en la comuna, la elección  de una alcaldesa comprometida y ciudadana, la pérdida de votación de los partidos de derecha y sobre todo del anterior alcalde UDI, el cambio en el PRC del barrio Las Flores para preservar un barrio icónico, etc.).

Recientemente el concejal Independiente/RN Lizana señaló en una carta al diario el Mercurio (22 junio 2013) que consideraba completamente: “inútil” (textual) este cambio de nombre. Quiero señalarle directamente a él que para el mundo político que represento en este Concejo Municipal y estoy seguro que también para millones de familias chilenas, el cambio de nombre está lejos de ser inútil. Por el contrario, para estos ciudadanos no hay mayor utilidad ni decencia que luchar en democracia y dentro de la legalidad por tal cambio de nombre pues jamás existió la gesta mencionada del día 11 de Septiembre de 1973, tampoco existió tal liberación de ninguna opresión de ningún signo; lo que sí palpita actualmente y muy fuertemente en Providencia es el deseo de cambio de nombre de una avenida que rememora una fecha tan horrible que celebra la muerte y la opresión en Chile y que esta siga siendo recordada a través de obras urbanísticas.

Creo además que es inmensamente irresponsable para con sus electores y cobarde hacia la opinión pública lo que están haciendo los cuatro concejales de la derecha (Cruz, Lizana y Noguera; Monckeberg hoy dió la cara), liderados por la voz soberbia de la concejal RN Pilar Cruz, cuando en vistas de una votación en el concejo que avizoran contraria a sus intereses decidan patear la mesa de la discusión democrática y no asistir a sesión de concejo, no permitiendo que exista quorum para que este se lleve a cabo y se cambie el ignominioso nombre, dejando así además al municipio incapacitado de resolver muchos otros problemas de urgente decisión comunal.

Habría que revisar seriamente si la actuación de la bancada de derecha constituye un abandono de funciones que pudiere ser sancionado por la Contraloría General de la República; por ahora solicito a la Dirección Jurídica de este Municipio que emita un pronunciamiento formal al respecto para evaluar la situación.

Costos asociados no hay, según muy bien lo ha explicitado la alcaldesa (boletas o facturas con nombre actual seguirán siendo utilizadas; se oficiará al SII para que de forma centralizada se proceda al cambio de nombre de la avenida asociada a los respectivos roles; de forma centralizada el municipio solicitará los servicios básicos –agua, electricidad, teléfono, cable, gas, etc – que se proceda al  cambio de nombre de la calle para los roles ubicados en la avenida; se someterá  decisión del concejo municipal no cobrar por un periodo determinado el certificado municipal de catastro a los vecinos en cuestión).

El mejor nombre  para denominar la arteria – muy en sintonía con la elección de la actual Alcaldesa Josefa Errázuriz y la renovación del Concejo Comunal – no es otro que Av. Nueva Providencia, como se llamó siempre en el proyecto original del urbanista y premio nacional de arquitectura German Bannen, en vez de tener que imponer sobre el inocuo cemento y las amistosas aceras que la conforman ese peso odioso que desea ensalzar la muerte, la conculcación de los DDHH y la violencia de Estado por medio de una manufactura urbana muy querida en nuestra comuna.

¡VIVA PROVIDENCIA!

¡VIVA LA NUEVA PROVIDENCIA!

 

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