El incentivo legal a incorporar en el comercio tecnologías disponibles para prevenir fraudes, representa un estímulo importante al desarrollo de mejores productos y servicios para los consumidores.
Un grupo transversal de parlamentarios, encabezados por el diputado Gonzalo Arenas, ha propuesto un proyecto de ley sobre el uso de tecnologías biométricas en transacciones comerciales. Gracias a esto, el comercio podría verificar electrónicamente y en tiempo real, la identidad de los consumidores y así prevenir fraudes.
El proyecto de ley propone establecer por ley la validación de la identidad a través del reconocimiento digital de huellas dactilares, de rostro, de voz o del iris ocular. Los diputados proponen además sanciones y corresponsabilidad, ante eventuales fraudes, para las empresas que no asuman activamente la implementación de sistemas de autentificación biométrica.
Al adoptarse estos sistemas, sufrir el robo de la cédula de identidad ya no será una pesadilla para las personas. Las operaciones comerciales considerarán una autentificación biométrica presencial con el titular del documento, impidiendo fraudes usuales hoy en día con documentos robados, como apertura de cuentas corrientes, pago con cheques, contratación de servicios, autorización de poderes y una larga lista de transacciones.
De paso, se simplificarán trámites y se bajarán costos de transacción. Por ejemplo, en el futuro los seguros para cubrir riesgos de fraudes simplemente no deberían existir o, al menos, no deberían ser de costo del consumidor.
Chile posee importantes fortalezas para la implementación de estos sistemas. Los documentos de identidad provistos por el Registro Civil, desde hace ocho años permiten realizar la autentificación biométrica de identidad a través de la impresión dactilar. La nueva cédula de identidad, introducida en septiembre de este año, permite esta autentificación con mayor facilidad y rapidez, dado que la información del documento es almacenada en un «chip» similar al de la tarjeta “Bip”.
Cuando el legislador incentiva la incorporación al comercio de estas tecnologías, se establece un estímulo importante a la modernización de amplios sectores de la industria para mejorar estándares de seguridad y optimizar procesos como suscribir contratos, comprar productos y aceptar condiciones contractuales. Todo ello, sin firmar papeles, en forma segura y con la misma facilidad con la que actualmente se compra un bono de atención médica.