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No más AFPs, el negocio de altísima rentabilidad y míseras pensiones

Felipe Contardo
Por : Felipe Contardo MIlitante Progresista
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El sistema de pensiones en Chile es un sistema de capitalización individual, donde se obliga a trabajadores a entregar un porcentaje de su remuneración a entidades privadas que administran financieramente sus recursos con el fin de entregar una pensión a cada uno de sus cotizantes, en razón del ahorro que cada uno de estos pueda lograr durante su vida laboral.

En sus inicios el sistema prometía una pensión, en promedio, de un 70% los ingresos de sus cotizantes, sin embargo, a ya más de 30 años de la implementación de este sistema, es decir, alrededor de una vida laboral promedio, el sistema ha entregado pensiones muy por debajo de lo prometido. Argumentos para justificar este hecho se han entregado muchos. Sin embargo, el resultado es inequívoco y las AFP están muy por debajo de entregar una pensión digna a sus cotizantes que, obligadamente, confiaron en este sistema.

A diciembre de 2013, el promedio de las pensiones pagadas superó levemente los $120.000, para un total de 519.672 pensionados por Retiro Programado. Así, el alza de cotizantes durante los últimos años, tendencia natural del sistema, contrasta con la baja en las pensiones pagadas desde 2010 a la fecha.

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Junto con el fracaso de este sistema individualista, las AFP han logrado desalinear su giro o negocio de la administración de los fondos, ya que, independiente de lograr para sus cotizantes mayores o menores pensiones, la utilidad que estas reciben, radica principalmente en las comisiones que se cobran mensualmente a cada uno de sus cotizantes. De esta forma, independiente del resultado financiero de los fondos administrados, las AFP radican su negocio en lograr mayores comisiones logrando así millonarias ganancias.

A marzo 2014, en promedio las utilidades de la industria alcanzaron $16.304.258.000, lo que representa una utilidad del 59% respecto del total de ingresos (en total las seis empresas presentes en el mercado acumulan ingresos por $ 149.575.718.000.-) Considerando que existe un total de 1.339.031 afiliados a la fecha, los ingresos por cotizante alcanzan $112.924.- promedio en el sistema.

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Considerando este monto de $112.924.- de ingresos por cotizante y haciendo el mismo cálculo para las utilidades promedio del sistema, podemos concluir que la ganancia por cotizante alcanza $67.865.- es decir, una utilidad del 59% o lo que es equivalente, por cada $100 que se paga en comisión a la AFP solo $41 son para los costos derivados de la administración de sus fondos mientras que $59 son solo utilidad.

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Cabe, sin embargo, hacer una ajuste respecto a las ganancias totales que generan las AFP. Ya que existen ingresos por encaje, los que corresponde al 1% del total de fondos administrados. Los que por ley las AFP deben mantener como reserva e invertir de la misma forma que los fondos de sus cotizantes (esto fue implementado como una forma de incentivar una buena administración, así, si los cotizantes tienen pérdidas con el total de sus fondos también lo hacen las AFP con este 1% que les pertenece).

Por lo tanto, haciendo el mismo análisis por cotizante, quitando el efecto de ingresos por encaje de las utilidades (de esta forma, logramos analizar el efecto directo de las utilidades que se logran derivadas de las comisiones cobradas), podemos concluir que por cada $100 que un cotizante paga en comisión, solo $59 son utilizados para administrar los fondos y $41 son solo utilidad.

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Estas utilidades, en extremo elevadas, que se encuentran muy por sobre cualquier rentabilidad de mercado (cabe destacar que los bancos, también cuestionados por sus altas rentabilidades, no superan el 25% a la misma fecha) y considerando, además, que el sistema obliga a los cotizantes a pagarlas, incluso cuando el sistema de AFP tiene pérdidas con los fondos administrados, hace de este un sistema perverso que genera utilidades incluso cuando su gestión va en desmedro de los propios cotizantes que supone beneficiar.

Por lo anterior es necesaria una reforma del sistema, en su base, en su modelo hacia un sistema solidario que no permita abusos con “clientes” cautivos y que garantice que el ahorro de los trabajadores sea en su propio beneficio mientras evita transformar esto en un negocio como el actual, con incentivos perversos y lucro indiscriminado, manteniendo su foco en dar pensiones dignas a sus cotizantes.

(*) Texto publicado en El Quinto Poder.cl

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