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¿Hay alguien a favor de esta reforma?

Macarena Cox
Por : Macarena Cox Asesora del senador Andrés Allamand
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Hay que reconocer que el eje comunicacional que maneja La Moneda, en cuanto a eslóganes, en general es muy bueno, pero cuando tienes a una ciudadanía empoderada y cada vez más informada, no es suficiente y, a medida que avanza la gestión, queda en evidencia que hay que invertir en contenido. No es menor que a seis meses de haber asumido se pongan en duda las dos grandes reformas que los llevaron a ganar en las urnas. Hoy la gente no está pidiendo figuras sucesoras, no está pidiendo ideas, está exigiendo compromiso, fechas y resultados.


Después de escuchar a los diferentes actores referirse a la reforma educacional, ser testigos del rechazo del plantel docente, ver a los estudiantes nuevamente en las calles, apoderados y sostenedores de colegios particulares subvencionados exigiendo ser escuchados y más aún al ver a los propios representantes de la Nueva Mayoría criticando el fondo del proyecto, no resta más que preguntarse si es que hay alguien a favor de esta reforma.

Desde un comienzo sabíamos que el componente ideológico se haría presente, más allá de necesitar una reforma que construya desde cero una educación de calidad, esto es política y nadie se dejaría torcer el brazo. Más aún cuando, con anterioridad, se dieron cuenta de los errores en el diseño de la Reforma Tributaria. Todos reconocen que es mala, y los que la defienden no quieren asumir su autoría. Entonces cómo iban a permitir que nuevamente la Alianza les enrostrara los graves errores del proyecto de Reforma Educacional, no es sólo un daño al ego sino que un reconocimiento a la incapacidad de generar gestión.

Hay que reconocer que el eje comunicacional que maneja La Moneda, en cuanto a eslóganes, en general es muy bueno, pero cuando tienes a una ciudadanía empoderada y cada vez más informada, no es suficiente y, a medida que avanza la gestión, queda en evidencia que hay que invertir en contenido. No es menor que a seis meses de haber asumido se pongan en duda las dos grandes reformas que los llevaron a ganar en las urnas. Hoy la gente no está pidiendo figuras sucesoras, no está pidiendo ideas, está exigiendo compromiso, fechas y resultados.

[cita]Hay que reconocer que el eje comunicacional que maneja La Moneda, en cuanto a eslóganes, en general es muy bueno, pero cuando tienes a una ciudadanía empoderada y cada vez más informada, no es suficiente y, a medida que avanza la gestión, queda en evidencia que hay que invertir en contenido. No es menor que a seis meses de haber asumido se pongan en duda las dos grandes reformas que los llevaron a ganar en las urnas. Hoy la gente no está pidiendo figuras sucesoras, no está pidiendo ideas, está exigiendo compromiso, fechas y resultados.[/cita]

Algo que no es menor es el tema de la distribución de recursos. Si se van a destinar $US 5.000 millones de los $US 8.200 millones que recauda la Reforma Tributaria a la Educación, hay que redefinir si éstos se invertirán en educación parvularia y escolar (US$ 4.000 millones, según Palma) o universitaria, ya que si se consideran ambos casos, las cifras no dan. Otro punto son los aportes basales, dónde está la igualdad cuando vemos que los mayores ingresos irán destinados a las universidades del Consejo de Rectores. ¿Qué sucede con aquellas regionales o privadas que también invierten en investigación? ¿Cómo se definirá la Institucionalidad de los Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales? Hoy los alumnos que vienen de la educación técnica son brutalmente discriminados. El Estado apoya cinco veces más a aquellos de Universidades Estatales, siendo que en la mayor cantidad de casos hablamos del mismo grado de vulnerabilidad.

Otro punto que interesa analizar es el Plan Nacional Docente, pues en el mapa de la Reforma apuntan a que se mejorará la situación de 90 mil maestros, pero no especifica cómo, en cuánto tiempo ni con cuántos recursos.

Entonces, debemos detener este espectáculo populista y enfocarnos en lo que a la gente realmente le importa. Ya hemos escuchado bastantes presentaciones del ministro Eyzaguirre y Andrés Palma, donde en un poco más de una hora consiguen evidenciar las grandes debilidades de nuestro sistema educativo, pero no desarrollan las soluciones. ¿Qué estamos esperando? La gente ya sabe que este proyecto huele mal, pero cuando se den cuenta de que no pueden cumplir esta promesa, ¿a quién van a culpar?

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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