Publicidad

Chile profundo

Publicidad
Por: Pablo Saini Arévalo, profesor de Filosofía


Señor Director:

Son tan solo dos palabras pero que trasuntan un enorme significado: Chile país afincado al sur del mundo. Profundo por sus raíces, historia, valores y tradiciones.

Cuando hablamos del “Chile Profundo”,nos estamos refiriendo a aquello, que tiene que ver con lo mejor de nuestras tradiciones, de los valores que han hecho grande a este país, de la religiosidad, de lo mejor de la tradición laica en pos de los principios nacionales, de profesionales, políticos, héroes patrios, dos premios nobeles, científicos, deportistas que reflejan lo mejor de nuestro ser. Esta es nuestra riqueza y patrimonio nacional.

Somos una larga y angosta geografía, que ha compartido experiencias y vivencias por mucho tiempo. A ello han contribuido a la cultura y valores de nuestros pueblos originarios, el empeño, sacrificio y aporte de inmigrantes de diversos países, el desarrollo del Estado Nacional por parte de los partidos políticos y movimientos sociales, el esfuerzo y empeño de miles de trabajadores, organizaciones y comunidades de base y el apoyo de empresarios visionarios y emprendedores al desarrollo del país.

Hoy vivimos tiempos complejos, de cambios, de incertidumbre. Quizás es la paradoja del Siglo XXI, grandes transformaciones que afectan la vida de los seres humanos.

Para nadie es un misterio que hemos avanzado en términos materiales y profundamente en un cambio cultural de nuestra sociedad, que exige y requiere mayor igualdad y respeto a sus derechos esenciales.

Sin embargo hoy, se visualizan “sentimientos encontrados” en la sociedad chilena, por cuánto estamos sometidos a fuerzas dicotómicas que abogan, por un lado a establecer cambios radicales y por otro lado a mantener una situación de statu quo. Es como si no existiera un “intermedio”. Es allí donde no somos capaces de reconocer aquel “Chile Profundo”, que es un país diverso pero con un tronco común que se trasunta en una historia, en valores, en tradiciones comunes en un espacio comúnmente habitado.

Si no somos capaces de entender aquello, esto significa la diáspora, el quiebre y el caos, en definitiva el desmembramiento de nuestro querido Chile.

Chile Profundo debe ser el símil de una familia, que es una “comunidad en la diversidad”, que reconoce su génesis, respeta su historia, comparte valores fundamentales, habita un espacio común y se proyecta hacia el futuro.

Desde los inicios de la República y mucho tiempo antes hemos demostrado ser un país que valora sus más íntimas convicciones, que reconoce y respeta su historia, que es solidario. Sensaciones de aquello las podemos atisbar ante la reacción de los chilenos frente a las catástrofes, el cantar de miles de chilenos en un estadio del himno patrio y el respeto a la cultura y tradiciones nacionales.

Como muchos hombres preclaros de este querido Chile, el Cardenal Raúl Silva Henríquez, en Tedeum Ecuménico del año 1974 , hablando sobre el “alma de Chile”, mencionaba: “La Patria no se inventa, sólo se redescubre y revitaliza, y siempre en la fidelidad a su patrimonio de origen”.

El “Chile Profundo” que queremos y añoramos está en el corazón, razón y pensamiento de miles de chilenos que queremos una nación que avanza y crece en la humanidad y que respeta profundamente su vocación de ser.

Pablo Saini Arévalo
Profesor de Filosofía

Publicidad