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«Chile no es un país corrupto»

Mi anécdota favorita al respecto sigue siendo la protagonizada por el antes diputado y hoy ministro Jorge Burgos cuando presidía la comisión investigadora de la Cámara de una compra de acciones con información privilegiada de LAN, y pidió el acuerdo de la comisión para solicitar a Banchile Corredora de Bolsa la grabación del llamado del comprador de las acciones. Burgos estaba tranquilo, porque la Concertación tenía mayoría de cinco a tres en la comisión y la investigación afectaba a un personaje de la Alianza. Pero en lugar de ganar cinco a tres, perdió cinco a tres y el objetivo de la comisión investigadora se frustró.


Esta frase del Ministro del Interior en un seminario empresarial sacó discretas sonrisas de la concurrencia. Yo no estaba ahí, porque dejaron de convidarme una vez que me reí en este blog del presidente de la respectiva entidad empresarial cuando en 2011 dijo que los estudiantes que desfilaban por las calles voceando la revolución tenían toda la razón.

Hace unos días me llamó un personaje del ambiente informativo para pedirme que participara en un programa de debate de un medio. Yo le repliqué que con mucho gusto, y fijamos día y hora, pero le previne que ese medio estaba capturado por alguien que vetaba mi presencia, pues ya había vetado una vez mi intervención; y le añadí que, a lo mejor, podría “hacer una pasada”, anunciando a la dirección de ese medio la participación a que me estaba invitando, y ello le podría significar recibir una recompensa de alguien para convencerlo de dejar sin efecto la invitación. Pese a que habíamos quedado de acuerdo en el día y la hora de mi participación, no me volvió a llamar.

La revista “Qué Pasa” publica que el socio de la nuera de la Presidenta en la sociedad Caval suscribió un acuerdo con el comprador del predio de Machalí, cuya venta ya le generó una ganancia líquida de $2.500 millones a Caval, en el sentido de que recibirá el 26% del mayor precio que pudiera obtenerse de una nueva venta del mismo predio. En el ambiente inmobiliario se dice que inversionistas mexicanos estarían dispuestos a pagar $27 mil millones por la propiedad que Caval compró en $6.500 millones y vendió en $9.500 millones. La enorme plusvalía se explicaría por el mejoramiento de las condiciones de uso de suelo de los terrenos, que depende de las autoridades municipales y gubernamentales. “Si todo resultara bien”, el 26% de comisión significaría $4.500 millones, aunque “Qué Pasa” habla de $1.500 millones.

No  me extrañó el 26% de comisión porque a mí me mandan recados de que, cediendo el 25% de la propiedad de ciertos terrenos que administro a ciertas personas, éstas obtendrían un cambio favorable de las condiciones de uso de suelo que doblarían el valor actual del inmueble y todos ganaríamos.

Pero “Chile no es un país corrupto”.

Mi anécdota favorita al respecto sigue siendo la protagonizada por el antes diputado y hoy ministro Jorge Burgos cuando presidía la comisión investigadora de la Cámara de una compra de acciones con información privilegiada de LAN, y pidió el acuerdo de la comisión para solicitar a Banchile Corredora de Bolsa la grabación del llamado del comprador de las acciones. Burgos estaba tranquilo, porque la Concertación tenía mayoría de cinco a tres en la comisión y la investigación afectaba a un personaje de la Alianza. Pero en lugar de ganar cinco a tres, perdió cinco a tres y el objetivo de la comisión investigadora se frustró.

Tiempo después el personaje afectado por la investigación de la comisión presidida por Burgos llegó a la Presidencia de la República y se encontró con que estaba invitado a un viaje presidencial al exterior el diputado Burgos, a quien enrostró y le preguntó: “¿Usted cree que merece estar invitado a este viaje?”. Burgos no halló qué contestar, pero como nadie lo bajó del avión, hizo el viaje, sin estar muy seguro de si lo merecía o no.

Pero Chile no es un país corrupto y nadie sabe por qué la audiencia sonrió cuando al ministro Peñailillo así lo aseveró.

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