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¿La ciencia necesita a las mujeres?


Corea del Sur, 2015. El bioquímico británico Sir Tim Hunt, de 72 años, se encuentra en Seúl para participar en la Conferencia Mundial de Periodistas Científicos. Llegado su turno, y en pleno siglo XXI, señaló que hombres y mujeres debían trabajar en laboratorios separados. De inmediato sus dichos fueron catalogados de machistas, razón por la que tuvo que renunciar a su cargo en el Univesity College de Londres (UCL).

Cuando Hunt dijo «tres cosas ocurren cuando hay mujeres en el laboratorio… Te enamoras de ellas, se enamoran de ti y cuando las criticas, lloran», un silencio sepulcral se apoderó de la sala. El mismo científico que había sido galardonado en 2001 con el Premio Nobel de Medicina, ahora era duramente criticado por emitir una opinión anacrónica sobre la mujer.

En la Radio 4 de la BBC, Hunt se refirió una vez más a “sus problemas con las chicas”. «Yo me he enamorado en el laboratorio y otra gente en el laboratorio se ha enamorado de mí, y eso perjudica a la ciencia porque es tremendamente importante que en el laboratorio todos estén en igualdad de condiciones», afirmó. Asimismo, confirmó sus comentarios machistas. “Es terriblemente importante que uno pueda criticar las ideas de otras personas sin criticarlas a ellas. Y si estallan en lágrimas uno se puede refrenar y no llegar a la verdad absoluta», enfatizó el investigador. A veces, la excusa agrava la falta.

[cita] Sin embargo, aún no es posible hablar de equidad de género. Si se lleva a cabo un análisis más detallado de las estadísticas en el mismo periodo (2001-2014), y por nombrar solo un ejemplo mencionado en el reporte, el Programa de Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) presenta un 73% de proyectos adjudicados liderados por hombres, frente a un 27% liderado por mujeres. Esto revela la escasa presencia de mujeres en programas científicos de avanzada.  [/cita]

Tras el escándalo, la Royal Society –a la que también pertenece el científico desde 1991– ipso facto se desmarcó de sus declaraciones. Así, en un comunicado titulado “La ciencia necesita a las mujeres”, la prestigiosa institución británica señaló que gran cantidad de “talentos individuales no logran desarrollar todo su potencial científico debido a asuntos de género”, y añadió que “está comprometida a ayudar a corregir esto”.

Y aunque el doctor Hunt quiso sincerarse y hasta ser irónico con la audiencia, olvidó que hubo mujeres que recibieron el Nobel mucho antes que él. Por ejemplo, la bioquímica Gerty Radnitz Cori fue pionera en obtener el Premio Nobel de Medicina o Fisiología –el mismo galardón que recibió el científico– en 1947. Y antes de ella, Marie Curie fue la primera Nobel. ¿Acaso se quedó en el pasado Sir Hunt?

En Chile, la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt), a través de sus diferentes programas, tiene la misión de apoyar la formación de capital humano avanzado y el desarrollo de la base científica y tecnológica de nuestro país. Así, conforme al Reporte Participación Femenina en Programas de Conicyt (2014), la participación general de mujeres –en todos los programas del organismo– ha ido en aumento, “desde un 27,4 % durante el año 2001 a un 42,48 % durante el año 2014”.

Sin embargo, aún no es posible hablar de equidad de género. Si se lleva a cabo un análisis más detallado de las estadísticas en el mismo periodo (2001-2014), y por nombrar solo un ejemplo mencionado en el reporte, el Programa de Fondo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (Fondecyt) presenta un 73% de proyectos adjudicados liderados por hombres, frente a un 27 % liderado por mujeres. Esto revela la escasa presencia de mujeres en programas científicos de avanzada.

Según Komal Dadlani, bioquímica de la Universidad de Chile y directora ejecutiva y cofundadora de Lab4U, “66% de las estudiantes de cuarto básico dicen que les gusta la ciencia y la matemática, pero entran a la universidad solo un 18% de ellas”. En este sentido, Komal cree que sucede “algo” en la adultez que genera este sesgo contra el mismo género, “siendo que tanto hombres como mujeres tienen las mismas habilidades”. “Si Marie Curie y Ada Yonath se pudieron ganar el Premio Nobel siendo mujeres, muchas otras se lo pueden ganar”, afirma entusiasta.

Por su parte, la doctora en Bioquímica y académica de la Universidad de Chile, Lorena García, sostiene que hoy la realidad de las mujeres de ciencia en Chile es “bastante favorable”, tanto para aquellas que quieren realizar un doctorado (becas) como para las que son madres (postnatal). Además, la investigadora sostiene que las científicas deben mostrar aún más su trabajo y saber lidiar con la frustración. “Uno se encuentra en el camino con muchos obstáculos que nos pueden llegar a decir ‘hasta aquí llego’, y hay que saber cruzar esa valla y saber seguir, y se sale adelante”, puntualiza la doctora García.

Con todo, las declaraciones emitidas por el doctor Tim Hunt son condenables, y profundizan la desigualdad de género. Sin ir más lejos, solo consiguió que científicas de todo el mundo se burlaran de sus dichos sexistas. Y no es para menos. Sobre todo en un periodo en que diversas instituciones a nivel mundial intentan disminuir la brecha de género combatiendo el machismo y, en casos más sutiles, el neomachismo.

Porque las contribuciones de un sinnúmero de investigadoras a través de la historia son invaluables, inequívocamente, la ciencia necesita a las mujeres.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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