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Un infame editorial argentino

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¡Venid a ver la sangre por las calles!, escribió el comunista Pablo Neruda en recuerdo de los crímenes del franquismo en España durante la Guerra Civil.

La misma sangre que corrió por calles y ríos de Chile y Argentina bajo el Terrorismo de Estado. La misma sangre que el fanatismo derechista insolente del diario La Nación de Argentina escupió en su repugnante editorial el lunes 23 de noviembre, envalentonado en el estrecho triunfo de su candidato Macri.

El editorial ‘No más venganza’ recordó el periodismo que en Chile y Argentina operó codo a codo con los criminales de uniforme y los de cuello y corbata.

Igualar cuarenta años después a los opositores caídos bajo la milicada en Argentina, con los asesinos de la dictadura, solo puede ser entendido como proveniente de una ideología ultraconservadora enferma. Una ideología de odio desatada en una lengua ponzoñosa.

Señores directivos de La Nación: los criminales autores, cómplices y encubridores de delitos de lesa humanidad en Argentina, como en Chile, están encarcelados porque el juicio justo que tuvieron los condenó a ello. El juicio que no tuvieron los caídos, asesinados indefensos, amarrados, encapuchados y heridos de tortura.

[cita tipo=»destaque»] Vuestros propios periodistas repudiaron aquel trozo de infamia editorial que quedará en la historia más oscura del periodismo argentino. En buena hora lo hicieron mis colegas argentinos de La Nación. Sintieron en su propio cuerpo la flecha envenenada y reaccionaron de inmediato. Algo así jamás podría representarlos, aun cuando las posiciones políticas o ideológicas de algunos no concuerden con el kirchnerismo. Ellos demostraron que no están corroídos por el delirio destructivo que revelan vuestras mentes directivas.[/cita]

¿A esa especie humana defiende vuestro editorial? ¿Por esa especie humana Argentina debe sentir la vergüenza nacional y el vergonzoso padecimiento de los condenados que proclaman vuestras palabras? ¿Desconoce, la dirección de La Nación, que son los mismos que arrojaron los cuerpos al Río de la Plata, se apropiaron y traficaron con los bebés de prisioneras embarazadas, robaron en los allanamientos, causaron un dolor interminable a miles de sus familiares y enrolaron a la Argentina en la larga lista de la barbarie internacional?

Vuestro odio antikirchnerista corroe el más elemental sentido de la realidad. Nubla el reconocimiento de la experiencia y jurisdicción penal internacional para juzgar el genocidio y los crímenes contra la humanidad. Es el mismo odio que los lleva a igualar la lucha de los movimientos de izquierda de liberación de los años setenta con los terroristas de los recientes atentados en París y otras naciones de Europa.

Vuestros propios periodistas repudiaron aquel trozo de infamia editorial que quedará en la historia más oscura del periodismo argentino. En buena hora lo hicieron mis colegas argentinos de La Nación. Sintieron en su propio cuerpo la flecha envenenada y reaccionaron de inmediato. Algo así jamás podría representarlos, aun cuando las posiciones políticas o ideológicas de algunos no concuerden con el kirchnerismo. Ellos demostraron que no están corroídos por el delirio destructivo que revelan vuestras mentes directivas.

Ustedes escupieron no solo el dolor y la dignidad de Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, de aquellos nietos rescatados del pillaje de vuestros queridos soldados y de los millones de argentinos y argentinas que repudiaron estos crímenes, sino también de los familiares de nuestros caídos y sobrevivientes del horror en el Chile de Pinochet. En definitiva, ustedes se han mostrado al mundo civilizado como lo que son: fanáticos nostálgicos de la bestia militar.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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