Señor Director:
Desde hace ya varios años que el patrimonio está siendo cada vez más valorado por los chilenos, reflejo de ello son acciones como la jornada destinada especialmente para su celebración en el mes mayo. Sin embargo, la noción de patrimonio ha evolucionado en el último tiempo. Al hablar de él ya no solo se debe pensar en edificios y construcciones de diferente índole y categorías, también hay que considerar parte de este ámbito el paisaje y el territorio, ambos como reflejo de la cultura de una sociedad: un incuestionable elemento identitario y patrimonial de todo espacio geográfico. De acuerdo a esto, el patrimonio va más allá de lo construido por el hombre, lo es también, y desde mucho antes, su entorno, la naturaleza y el paisaje en su totalidad.
Según la convención del Patrimonio Mundial Cultural y Natural (1972) de la UNESCO, “el paisaje cultural es el resultado del desarrollo de actividades humanas en un territorio concreto. Sus componentes son: sustrato natural, acción humana y actividad desarrollada. Se trata de una realidad compleja, integrada por componentes naturales y culturales, tangibles e intangibles, cuya combinación configura diferentes tipos urbanos, rurales, arqueológicos o industriales”.
En la actualidad, los límites entre lo natural y lo antrópico casi son imperceptibles y tienden a confundirse. Podemos afirmar que las características culturales tienen directa relación con las formas en que un grupo humano se desarrolla en su contexto natural concreto. Parece lógico entonces entender el patrimonio como un conjunto de factores naturales y culturales que van construyendo identidades en su interacción. Desde este punto de vista, hombre, naturaleza y cultura merecerían ser parte de una nueva mirada, de iniciativas que provoquen un cambio en la relación de los ciudadanos con la naturaleza generando pertenencia e identidad con su territorio y vida circundante.
La celebración del próximo Día del Patrimonio debería ser también una invitación para visitar y reconocerse en los cerros, parques, santuarios, lagos, playas y el infinito paisaje natural con que cuenta nuestro país. En Santiago, iniciativas como “Santiago Cerros Isla” (www.santiagocerrosisla.cl), “Corredores verdes” o “Parque Cordillera”, que aspiran a “promover actividades que aborden la integración del paisaje natural de la ciudad de Santiago desde una perspectiva urbana, social y ecológica”, son una verdadera oportunidad generar conciencia respecto al territorio. Al fin y al cabo, reconocer y valorar el contexto geográfico único en el cual se inserta nuestro país, y por lo tanto, todo lo construido en él, ayudaría sin duda a configurar mejores ciudades, más cultura y orgullo por lo que tenemos y somos.
Francisca Saelzer
Coordinadora Área Paisaje
Escuela de Arquitectura UDP
