A diferencia de otros años, la Casen 2015 no solo ha destacado las cifras de reducción de pobreza sino también la perspectiva multidimensionalidad que ahora se enfatiza en la medición. Con esto, el Estado se hace eco de una agenda impulsada hace ya varios años desde la sociedad civil y organismos internacionales. Según ella, la pobreza no solamente se refiere a ingresos sino también a temas como oportunidades, acceso, apoyo, participación y cohesión social.
Esto es sin duda un avance de la Casen. En primer lugar porque, dado el peso de la medición en las políticas públicas vigentes, existen ahora dimensiones y características de la pobreza que actualmente se reflejan y se comunican desde la voz oficial del Estado. Claramente se puede debatir si las dimensiones elegidas y su medición en esta Casen son las más adecuadas, pero lo relevante es el espacio de discusión que ya se ha abierto a partir de esta entrega.
Dentro de las dimensiones que se incluyeron en esta nueva medición, uno de los aspectos más novedosos es la introducción del indicador de redes y cohesión social: elementos como escasa participación, trato discriminatorio, y falta de apoyo social son ahora parte central de la situación de pobreza. Se amplían los límites de lo que entendemos por pobreza a la relación con otros, a la calidad de los vínculos sociales. La controversia no se hace esperar: mientras que para algunos eso es evidente, para otros aparece como banal, al incluir elementos subjetivos (al respecto ver columna en El Líbero de Luis Larraín). Pero, nuevamente, más allá de los temas específicos seleccionados y su medición, estamos frente a una oportunidad para abrir la discusión entre distintas perspectivas y disciplinas sobre este tema clave para la sociedad chilena.
[cita tipo= «destaque»]Es importante que, al analizar y valorar esta dimensión de la Casen, se tenga en cuenta que es una versión bastante acotada de lo que actualmente se entiende por cohesión social. Esto no invalida en absoluto el aporte de la incorporación de esta dimensión en la encuesta, pero los analistas y comunicadores deberían tener claro que no hay que confundir el indicador con el concepto.[/cita]
Ahora bien, junto con este reconocimiento de la propuesta multidimensional de la Encuesta Casen, y en particular de su dimensión de redes y cohesión, es pertinente hacer una nota precautoria. El concepto de cohesión social y su medición tienen una larga tradición en las ciencias sociales, tanto a nivel internacional como nacional. A nivel internacional destacan proyectos como, por ejemplo, el Radar de la Cohesión Social en Europa y los reportes de la Fundación Scanlon en Australia. En Chile hay una serie de trabajos sobre cohesión social, algunos desarrollados en la segunda mitad de los 2000, principalmente desde la CEPAL, PNUD y CIEPLAN, y otros que actualmente se generan desde el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social – COES.
Considerando estas fuentes y sin entrar en el detalle del debate conceptual, cabe advertir que la cohesión social también es un concepto multidimensional y que abarca bastantes más elementos que los considerados en la Casen, tales como identidad, pertenencia, confianza, actitudes, creencias, entre otras; y todo esto en varias escalas. Por lo tanto, es importante que, al analizar y valorar esta dimensión de la Casen, se tenga en cuenta que es una versión bastante acotada de lo que actualmente se entiende por cohesión social. Esto no invalida en absoluto el aporte de la incorporación de esta dimensión en la encuesta, pero los analistas y comunicadores deberían tener claro que no hay que confundir el indicador con el concepto. No será que el esfuerzo por salir de una perspectiva reduccionista, traiga otro reduccionismo de contrabando.