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Sociedad del conocimiento y educación… Chile hoy

Roberto Mallea
Por : Roberto Mallea Director Ejecutivo ONG Rueda Andina
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La sociedad de conocimiento es un estado que se deriva directamente de la superación de la sociedad industrial y pasa a denominarse sociedad de la información o el conocimiento. Los hitos de la sociedad industrial se basaban en un modernismo que exaltaba los valores del progreso, los valores de la revolución francesa, de la ilustración que tuvieron como referente al individuo que lograba dominar la naturaleza y sus secretos.

Para Boisier, en la sociedad del conocimiento, las miradas personales son las que prevalecen a la hora de escoger, si es que esto es posible en una sociedad, en donde los significados están capturados y maniatados fuertemente a partir de la hegemonía. La sociedad moderna, tanto como la sociedad del conocimiento basan sus funcionamientos en torno al poder, ese poder se expresa en un primer momento en las relaciones productivas y posteriormente se avanza hacia la relación del sujeto con el saber y su ubicación en el contexto social.

La sociedad actual está constituyendo sus alternativas de recambio en torno al tratamiento y la utilización de información. La sociedad capitalista, en su versión neoliberal esta lanzada en esta apropiación para reforzar las bases de su modelo. De cara hacia el futuro, esto irá a la par de la manipulación material de los recursos energéticos propiamente dichos. No obstante, la información y el conocimiento presentan varias características únicas que no poseen las otras formas de recursos. La habilidad de aprender es la ventaja fundamental, que permite el conocimiento y su gestión a través de las redes de comunicación. La posesión del saber se ha convertido en uno de los temas, que más interés suscita en nuestra sociedad, tanto a nivel individual como social. El capital más valioso será sin duda el conocimiento, que se ha convertido en el componente esencial de la competitividad. Sin embargo, el conocimiento en sí, es algo demasiado intangible para que pueda convertirse en un recurso o valor económico social, para que pueda ser utilizado por todas las personas, y su gestión se dará a través de un proceso cultural y tecnológico, en donde se propicie la participación social.

[cita tipo= «destaque»]En Chile estos entrecruzamientos, han hecho que el sistema educacional haya variado de manera drástica en lo formal e informal. Es decir, el fundamento que lo alentaba en los años 40, 50, 60 ha mutado desde un diseño de promoción social, a un concepto de acceso y permanencia restringida. La trascendencia del proyecto educativo de finales del siglo XX, recoge intereses específicos, coherentes con la instalación y consolidación de un modelo neoliberal, a partir de la dictadura militar y los gobiernos sucesivos de la concertación.[/cita]

Para Sakaiya la sociedad del conocimiento en nuestros días se concreta y se proyecta a través de organizaciones e instituciones como la escuela, por tanto es posible apreciar este constructo desde lo que son las relaciones existentes al interior de estos contextos, vale decir, establecimientos educacionales de educación básica, media, universidades, centros de investigación, agencias, etc. todas instancias que le confieren al saber un valor fundamental como forma de intercambio. La sociedad del conocimiento, no es una mera acumulación de saberes en torno de un tema definido, sino la relación del sujeto con el conocimiento. El carácter de dicho conocimiento, por tanto, su estatuto.

En este espacio se crean vínculos y relaciones humanas. Lo que prevalecerá serán las propiedades de la información como bien negociable y adquirible por las personas en escenarios de acción y discurso que determinará la posición del sujeto frente a su propio relato. Las causas de este proceso descansan en una mezcla de interacciones, motivaciones y razones de diversa índole que se han sucedido en un lapso relativamente corto de tiempo y que en su devenir se han retroalimentado unas de otras.

La misión de la educación, en este escenario, será definir criterios de selección de esa infamación de manera de contribuir a la formación de personas que sepan escoger entre un abanico muy amplio de posibilidades, para concretar bienes de intercambio. En términos más amplios, una sociedad en donde los bienes tengan el sello de la subjetividad y los valores personales para el cambio. En Chile estos entrecruzamientos, han hecho que el sistema educacional haya variado de manera drástica en lo formal e informal. Es decir, el fundamento que lo alentaba en los años 40, 50, 60 ha mutado desde un diseño de promoción social, a un concepto de acceso y permanencia restringida. La trascendencia del proyecto educativo de finales del siglo XX, recoge intereses específicos, coherentes con la instalación y consolidación de un modelo neoliberal, a partir de la dictadura militar y los gobiernos sucesivos de la concertación.

Con la dictación de la Ley de Inclusión Escolar y la nueva Ley de Educación Superior, este modelo variará a una provisión mixta, ya que coexistirán ambos estándares, se espera que la aplicación de estas leyes genere conductas sociales que busquen afirmar los perfiles de una sociedad más justa y democrática en el acceso a la educación. En las escuelas del futuro, la transferencia de conocimiento del nuevo modelo de sociedad, sólo se puede lograr a través de la socialización de los individuos en las nuevas tecnologías y en el uso de las redes, por tanto, la Ley debe permitir por un lado socializar los beneficios de la gratuidad y dotar además, a los establecimientos educacionales de los recursos y los soportes que permitan la profundización del conocimiento y el avance de las revoluciones científicas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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