Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas el 4,6% de la población chilena declara pertenecer a una etnia, de este universo un 87% es de origen mapuche, pueblo que ha mantenido históricamente sus raíces en la zona centro sur del territorio nacional. En este escenario, una familia mapuche emigra a la zona central, buscando mejores oportunidades laborales, una de las hijas de esta familia despierta en mí algunas inquietudes. En el transcurso de su educación formal no tuvo oportunidad de conocer su lengua ascendente, más sí adquirió el inglés, pues el inglés es sinónimo de comercio y el comercio es el motor del Huinca; remotamente tuvo conocimiento de su pueblo de origen, sólo en la clase de historia mediante una plana de su texto escolar, sin embargo, tuvo alrededor de 4 clases exclusivas acerca de la II Guerra Mundial, pues una visión globalizada comprende que los hechos internacionales tienen mayor incidencia histórica. La joven crece y anhela la maternidad, más el koñin (nacimiento) queda sujeto a las prácticas homogéneas de un país que desconoce otros procedimientos que no sean los tradicionales.
[cita tipo=»destaque»]Necesitamos un Estado donde las políticas sean descentralizadas, un estado culturalmente heterogéneo, en el cual se propicie la participación de todos los actores sociales, y que ello este contemplado en la carta constitucional, necesitamos plurinacionalidad.[/cita]
El rol de la mujer mapuche se ve entorpecido, aquella mujer que entrega conocimiento, que colabora con la endoculturación de sus raíces y que a su vez se resiste a perderlas, ve frustradas sus enseñanzas frente a un entorno opresor, que oprime con ignorancia racial, que oprime con prejuicios, que omite la existencia de sus orígenes. A esta mujer le quedan dos opciones, ver como generación tras generación se dilapida su herencia ancestral, o retornar al sur ya que, por lo pronto, aún prevalece allí una comunidad ansiosa que lucha por su capital cultural y terrenal.
Necesitamos un Estado donde las políticas sean descentralizadas, un estado culturalmente heterogéneo, en el cual se propicie la participación de todos los actores sociales, y que ello este contemplado en la carta constitucional, necesitamos plurinacionalidad.
