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Un nuevo esquema de prevención de incendios forestales para Chile

Jorge Morales Gamboni
Por : Jorge Morales Gamboni Observatorio de Políticas Públicas y Territorio. Facultad de Arquitectura y Ambiente Construido USACH.
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En lenguaje de incendios forestales la interfaz es la zona que está en la periferia de la ciudad o el conglomerado urbano que sea y la separa de los ecosistemas forestales sean estos plantados o naturales. Esas zonas se caracterizan por servir de basureros, sostener vegetación invasora, estar pobladas de pastos anuales y arbustos y en ella se generan el 50% de los incendios forestales.

Cuando en la víspera del incendio de Valparaíso escribí la columna sobre los incendios de interfaz, anunciándolos como las catástrofes que se nos venían, jamás me imaginé lo premonitorio de esas líneas. En efecto, la catástrofe que hemos vivido es enorme. No obstante aquello, estoy seguro que las viviendas dañadas serán reconstruidas (en madera no me cabe duda), las plantaciones serán replantadas, los bosques nativos regenerarán o los restauraremos y a nuestros carabineros, bomberos, brigadistas y pobladores muertos los recordaremos para siempre usando esta catástrofe como un punto de inflexión en la historia.

La primera inflexión es la gran noticia que finalmente el ejecutivo se haya decidido a enviar al parlamento el proyecto del SERNAFOR. Este cambio significativo le entregará musculo al Servicio Forestal, ayudándolo a recuperar su capacidad de generar legislación forestal, hoy en día reducida a cero al tiempo que le permitirá insertarse como un servicio moderno en la estructura del Estado chileno.

Pero este es sólo el principio del cambio. Digo sólo porque el nuevo Servicio Forestal del Estado de Chile debe centrarse esencialmente en la Prevención de los incendios forestales. Sin ánimo de ser exhaustivo, las líneas de trabajo del nuevo SERNAFOR en materia de prevención de incendios forestales debería ser:

  1. Contar con un presupuesto significativo y no testimonial para las actividades de Prevención de Incendios Forestales de Interfaz y rurales. Así, es necesario reconocer que pese al enorme esfuerzo de reasignación presupuestaria actuales, que ha hecho en estos últimos 3 años la actual CONAF, estos presupuestos simplemente no alcanzan. Esto porque en prevención hoy se gasta apenas el 2% del presupuesto asignado al combate.

  2. Especializar al SERNAFOR en la prevención a partir de la zona de interfaz hacia el bosque, es decir trabajar dentro de las zonas de interacción entre las ciudades y los ecosistemas forestales. Este trabajo se debe hacer con equipos profesionales de las ciencias sociales y de la Ingeniería Forestal. Esto implicará una transformación total de los protocolos de trabajo, que tratan el tema de incendios en sentido contrario: desde los bosques y plantaciones hacia las zonas de interfaz y finalmente hacia las comunidades humanas.

  3. Desarrollar un programa nacional de poblaciones activas, es decir aplicar los actuales protocolos de wirefire o comunidad preparada, a conurbaciones como Valparaíso, Tomé-Penco, Concepción-Coronel, Chillán, Talca y tantas otras. Notable es lo hecho intuitivamente estos últimos días, porque la razón así se los espetó ante sus ojos, por los vecinos de Vichuquén quienes aplicaron, a trocha y a mocha, la llamada silvicultura preventiva en áreas de interfaz salvando su querido pueblo. Como es evidente ese trabajo debió haber sido hecho con anterioridad. Ellos ya no verán con buenos ojos vivir rodeados de árboles. Aunque eso es bello, es extremadamente peligroso.

  4. Los Municipios deben tener ordenanzas que hagan aplicar por el imperio de la ley. Esos cuerpos normativos deben ser ni más ni menos que los programas municipales de prevención de incendios. Estos programas deben organizar a la población y las instituciones, transformándolos en entes activos en prevenir los desastres por incendios.

  5. Coordinar a las policías para que apliquen inteligencia de incendios de manera coordinada. Este esquema preventivo debe ser aplicado sin complejos y coordinado por las autoridades regionales. Las oficinas regionales del SERNAFOR deberán orientar técnicamente la coordinación de patrullajes sistemáticos, en lugares con alta frecuencia de fuegos. La disuasión de la comisión del delito de provocar incendios forestales debe ser materia de especialización de las policías, sobretodo de sus divisiones de inteligencia.

La vieja, y muy querida por los chilenos, CONAF, posee calidad mundial en combate de incendios forestales ya que ha estructurado su programa desde mediados de los años 70 y sus técnicos son reconocidos en la materia. Ella debe seguir a cargo del combate, ya que es eficiente en hacerlo; esto porque hace crecer su fuerza de ataque en la medida de la demanda, es decir si hay más incendios, mediante los acuerdos con la ONEMI, lo que es más barato y eficiente que poseer infraestructura y material de vuelo ocioso.

La CONAF posee historia que se traduce en que allí están los expertos prácticos más importantes de nuestro país. Se ha dotado de tecnología ad-hoc como los centros nacionales y regionales de simulación de incendios que permiten asignar eficientemente los recursos en momentos de simultaneidad. Posee importante dotación de material aéreo, terrestre, sistemas administrativos de compra y abastecimiento tremendamente especializados. En síntesis, la CONAF es una agencia especializada en combate de incendios forestales que no debe ser desmantelada, sino que debe ser potenciada. El hecho que la CONAF sea una Corporación de Derecho Privado le permitirá enfrentar las catástrofes de manera más eficiente, si nuestras autoridades le entregaran estatus especial de agencia de catástrofes.

[cita tipo=»destaque»] El clima está cambiando más rápido que lo que nuestras predicciones lo esperaban. En efecto, el bajo índice de humedad que posee la vegetación a partir del mes de diciembre, hace que cualquier foco de incendio sea una potencial catástrofe. Eso es porque hoy llueve la mitad que hace 10 años y las temperaturas medias superan por mucho los 2 °C, límite ficticio en el cual se quiere parar el fenómeno llamado de Cambio Climático.[/cita]

Al burócrata de la DIPRES que se oponga porque tener dos instituciones, una que prevenga incendios como el futuro SERNAFOR y otra que los combata como la actual CONAF, será más caro para el Estado de Chile, es cosa que mire 10 minutos la televisión y su enorme interés por la actual catástrofe. Esta última tendrá, seguramente para el Estado de Chile, un costo infinitamente mayor. Infinito porque lamentaremos pérdidas de vidas humanas para siempre y porque deberá financiar la reconstrucción de pueblos enteros, deberá reponer infraestructura quemada, deberá subsidiar a agricultores que han perdido sus cultivos y animales y tendrá, finalmente, que asegurar al habitante de las regiones que ha entendido la lección que esta enorme tragedia le ha enseñado.

Por otro lado, si por asomo los responsables de nuestro país llegasen a pensar que esto que está ocurriendo es algo aislado y que las próximas temporadas estivales serán más benignas y es posible ahorrarse una importante cantidad de recursos si se postergan las decisiones de inversión y de institucionalidad: la respuesta es que lamentablemente eso no es correcto. El clima está cambiando más rápido que lo que nuestras predicciones lo esperaban. En efecto, el bajo índice de humedad que posee la vegetación a partir del mes de diciembre, hace que cualquier foco de incendio sea una potencial catástrofe. Eso es porque hoy llueve la mitad que hace 10 años y las temperaturas medias superan por mucho los 2 °C, límite ficticio en el cual se quiere parar el fenómeno llamado de Cambio Climático. Lamentablemente la única fórmula frente a los eventos devastadores que se sucederán, es bajar la ocurrencia de incendios forestales. La ocurrencia sólo se baja con prevención contingente, no con spots televisivos o frases radiales, sino con un fuerte trabajo en invierno, con un fuerte compromiso de los Gobiernos Regionales que deben aprobar recursos para intervenir los territorios más vulnerables, con el liderazgo de los Intendentes y Gobernadores que coordinen las policías y presenten querellas contra responsables de carne y hueso y ya no más contra quien resulte responsable. Necesitamos ciudadanos que se apropien de su entorno, que entiendan que son maestros de su futuro y que las catástrofes no son una fatalidad divina e inexorable y que ¡No nos podremos comprar otro Chile luego que este se nos queme!

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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