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Pensamientos de un chileno en Alemania sobre la política chilena

Alex Zarzuri
Por : Alex Zarzuri profesor en la Universidad de Freiburg y en Angell Akademie, Freiburg, Alemania. Estudios de pedagogía en la Universidad Católica de Chile. Master en Estudios Hispanicos en la Universidad de Londres, Inglaterra. Postgrado en Literatura y Educacion en la Universidad de Freiburg, Alemania. Diplomado de la Universidad de Murcia en ELE.
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No entiendo a mi país y a mis compatriotas chilenos. Es cierto que cada uno puede tener sus ideas políticas y ser de izquierdas o de derechas. Lo que no puedo entender, es que políticos tanto de izquierdas y de derechas que han sido acusados de corrupción o han estado envueltos en casos de enriquecimiento ilícito o con financiamiento de sus campañas políticas de manera ilícita, puedan seguir siendo candidatos. Muchos de ellos se han librado de la justicia porque hay un sistema legislativo, creado en circunstancias poco democráticas, que permite este tipo de argucias. Por otro lado, los pactos electorales de estos mismos políticos, mantienen un status quo que les permite seguir usufructuando de la «política como profesión» y no como servicio público. Algunos de mis amigos me han respondido que esto es posible, porque «no hay otros candidatos» y por último son el «mal menor». Esta respuesta me pareció por decir lo menos, triste. ¿Es que acaso en Chile no hay gente con integridad que quiera participar en la política y servir a su país y su gente? ¿Nos hemos acostumbrado a aceptar lo que hay sin tener ningún sentido crítico? ¿Somos así los chilenos?

Cada vez que vuelvo a mi país he constatado con tristeza un ambiente de desinterés en lo social y político. Leí muchos análisis sobre esta situación, desde las consecuencias de una época post dictatorial: pasividad social y política; hasta los análisis sobre el desencanto de los jóvenes por la política, aquella que les pidió prepararse, educarse y formase para ser alguien en la sociedad, para luego quedar tirados sin perspectivas de futuro y con inmensas deudas debido al lucro excesivo. Lucro no sólo en lo educacional, sino que en todos los ámbitos de la vida. Basta solo pensar en la «colusiones», una de las más irrisorias, desde el punto de vista europeo, es la del papel higiénico.

Un buen amigo me dijo, cuando hacía un comentario similar sobre la política chilena en mi última estadía en Chile, «Zarzuri, estás muy alemanizado». ¿Estoy muy alemanizado? Muchos de nuestros políticos no podrían seguir su vida política si vivieran en Alemania, con seguridad algunos de ellos estarían en la cárcel o tendrían que renunciar a sus cargos, como lo hizo el ministro de defensa por los plagios en su tesis doctoral. Muchos dijeron, que tiene que ver su tesis doctoral con su intachable vida política: la respuesta fue: integridad. Con políticos íntegros se crea una sociedad más íntegra y justa para todos. Quizá es mucho pedir a nuestros políticos.

Me gustaría que la política chilena se «alemanizara» un poco más. Con esto no quiero decir que Alemania sea el paraíso, también hay corrupción, financiamiento ilícito. Basta solo ver las noticias con respecto al presidente del equipo de fútbol más famoso de Alemania que fue enviado a prisión por evadir impuestos.

`[cita tipo=»destaque»]Muchos de nuestros políticos no podrían seguir su vida política si vivieran en Alemania, con seguridad algunos de ellos estarían en la cárcel o tendrían que renunciar a sus cargos, como lo hizo el ministro de defensa por los plagios en su tesis doctoral. Muchos dijeron, que tiene que ver su tesis doctoral con su intachable vida política: la respuesta fue: integridad. Con políticos íntegros se crea una sociedad más íntegra y justa para todos. Quizá es mucho pedir a nuestros políticos[/cita]

Es cierto, en Alemania funciona el sistema político, además la vida de los políticos está expuesta a la crítica y al escrutinio social porque hay un pueblo informado y que aprende a informarse y a ser crítico de los acontecimientos sociales, culturales y políticos del país y del continente.

Hoy Chile es uno de los países de Latinoamérica con unos de los mayores accesos a la comunicación e información, no me refiero a la televisión, me refiero a aquella información que no aparece en los medios establecidos. Entonces por qué no somos capaces de ser más críticos con nuestra vida política y con nuestros políticos. Si copiamos siempre de otros países, especialmente Estados Unidos, por qué no podemos copiar un poco de Europa y de Alemania, la integridad, y así mejorar y crear una sociedad más justa para todos.

Acabo de terminar de leer un libro de Julian Barnes: The noise of time, un libro interesante sobre el poder, la corrupción y la integridad. En él hay una cita sobre la integridad que dice: «integridad es como la virginidad: una vez perdida no se pude recuperar». Muchos de nuestros políticos perdieron la virginidad y la integridad hace mucho tiempo.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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