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¿Y si debatimos ideas?

Gonzalo Rodríguez
Por : Gonzalo Rodríguez Director social de TECHO-Chile.
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Las primarias presidenciales han estado marcadas por un contexto de excesiva agresividad, ataques de unos a otros y ausencia de grandes ideas y propuestas. Los debates que hemos visto y escuchado se han centrado más en la figura de los candidatos y periodistas que en el proponer ideas para resolver las principales problemáticas del país.

¿Qué pasaría si debatiéramos ideas? Quizás podríamos distribuir de mejor manera las riquezas del país, para que no solo el 5% más rico de la población se lleve el 51% de todos los ingresos que genera la economía chilena.

Quizás podríamos encontrar la fórmula para seguir disminuyendo la pobreza, porque todavía 1 de cada 5 chilenos vive en esa situación. Quizás podríamos acoger de mejor manera a los migrantes, personas que llegan al país llenos de sueños y buscando  oportunidades, pero se encuentran con una sociedad que los discrimina y les cierra todas las puertas.

[cita tipo=»destaque»]Debatir no es descalificar al otro y atacarlo, es contraponer argumentos y discutir el país que queremos y que soñamos.[/cita]

Quizás podríamos pensar en terminar con los campamentos, porque hoy son más de 38.000 familias en el país que no tienen acceso a una vivienda digna y no cuentan con servicios básicos como agua, luz y alcantarillado. Tal vez podríamos pensar en esos jóvenes de campamentos que ni siquiera entran a la universidad o a la educación técnica pues su realidad les exige ponerse a trabajar cuanto antes; y quizás podemos discutir sobre salud digna y de calidad para las personas más pobres del país.

El foco de estas elecciones no puede estar en los candidatos ni en descalificar al oponente. El foco tiene que estar en cómo impedir que nacer en determinado lugar marque y determine la vida de los chilenos. Concentrémonos en cómo construir un sistema económico que no perpetúe aún más las desigualdades, y cómo construir ciudades menos segregadas donde podamos convivir entre distintos.

Debatir no es descalificar al otro y atacarlo, es contraponer argumentos y discutir el país que queremos y que soñamos. Si comenzamos a debatir como corresponde, quizás esté más cerca la meta de asegurar derechos sociales para todos los ciudadanos y construir un país menos segregado. Si seguimos discutiendo pequeñeces, y si cada candidato se cree dueño de la verdad, estaremos bastante lejos. Para las primarias ya no fue así, pero por el bien del país, por la justicia y la igualdad que tanto necesitamos en Chile, esperemos que para la primera vuelta pongamos el foco donde corresponde. Nos merecemos ese mínimo de responsabilidad.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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