Publicidad

Las mujeres símbolo de la ultraderecha alemana: Frauke y Alice

Eda Cleary
Por : Eda Cleary Socióloga, doctorada en ciencias políticas y económicas en la Universidad de Aachen de Alemania Federal.
Ver Más


Frauke Petry y Alice Weidel ( 42 y 38 años respectivamente) son la cara contradictoria del nuevo partido de ultraderecha “Alternativa para Alemania” ( AfD, Alternative für Deutschland) que acaba de ingresar al parlamento federal alemán ( Bundestag) con cerca 13% del voto popular con un partido a la extrema derecha de la CDU y El CSU (Demócratas y Social cristianos).

Esta semana, inmediatamente después de la victoria, Frauke dió un verdadero “golpe de estado” en la AfD y anunció sin avisarle a nadie anticipadamente que no será parte de la fracción parlamentaria del partido y que actuará como parlamentaria independiente, abandonando la primera conferencia de prensa de esa agrupación. Alice pidió su renuncia al partido o bien la inmediata expulsión.

¿Qué se esconde detrás de estos hechos? ¿Quiénes son realmente estas mujeres?

Frauke nació en Alemania oriental, es una bioquímica doctorada en la Universidad de Göttingen, tiene cinco hijos, es ex-empresaria. Luego de declarar insolvencia de su empresa Pur-Invent, se dedicó a tiempo completo a la política hasta el día de ayer, como co-presidenta y portavoz del AfD . Pertenece al grupo fundador del ultra-nacionalista AfD y se cuenta entre las pocas mujeres integrantes de esta instancia. Cabe recordar que de los 94 parlamentarios de la AfD, solo 11 son mujeres.

Alice Weidel nació en Gütersloh en Alemania occidental, es economista, doctorada en la Universidad de Bayreuth con una beca de la Fundacion Konrad Adenauer  de la DC alemana, trabajó cinco años en el Banco de China y luego se desempeñó como consultora económica en varias empresas multinacionales.

[cita tipo=»destaque»]Las peleas, la división y el odio mutuo entre estas dos mujeres sean quizás un adelanto de lo que será el desempeño de la nueva ultra-derecha nacionalista en Alemania. Algunos hablan del peligro que representa la AfD, pero la mayoría piensa que contribuirá a reforzar la convicción democrática de Alemania y avivará las discusiones en el parlamento.[/cita]

Cuando Frauke fundó el AfD estaba casada con Sven Petry, un pastor evangélico con quien tenía cuatro hijos. En 2015 se enamoró de su compañero de partido Marcus Pretzell, presidente del partido en el estado de Renania Westfalia del Norte y abandonó a su marido. Este a su vez se divorció finalmente de su mujer, de quien ya estaba separado, para contraer nupcias con ella. Los dos tuvieron un hijo aparte de los cuatro que habían aportado cada uno a la nueva familia. Sven Petry se ha distanciado de las posiciones ultraderechistas de su ex-mujer y ha ingresado al Partido Democrata Cristiano alemán (CDU).

Alice Weidel, por su parte, es lesbiana y vive en el pueblo suizo de Biel en la frontera con Alemania. Tiene un acuerdo legal de vida en común con una mujer suiza proveniente de Sri-Lanca, quien fuera adoptada durante su infancia por un matrimonio suizo.  Juntas  crian a dos niños. Según el diario Die Zeit, solían juntarse con gente de izquierda, artistas y amigos extranjeros en Biel debido al origen asiático de su pareja y su condición de cineasta. Al consultar a ese círculo social sobre la inesperada metamorfosis política de Alice hacia la ultra derecha nacionalista y profundamente xenófoba, sus amigos se dieron cuenta que había escondido  este pensamiento cuidadosamente  durante años. Los lazos de amistad se quebraron.

Tanto Frauke como Alice combaten las políticas de género, aunque se consideran “defensoras” de la autodeterminación de la mujer, y están en contra del matrimonio igualitario. Rechazan la ley del aborto y  basan su discurso político del terror en  la asociación entre emigración, islamismo y aumento de la criminalidad, aunque según datos de la policía alemana, en los últimos meses, se ha registrado una disminución de delitos y crímenes en Alemania. El fastidio que sienten por Angela Merkel  surge del hecho que abrió las fronteras a más de un millón de refugiados por razones humanitarias.

Mientras Frauke  no tiene problemas en someter a sus hijos a una vida de horario dividido entre padre y madre para casarse con su nuevo amor y formar otra familia, Alice, piensa que la ultraderecha es la “única garante de su seguridad como lesbiana”, pues los musulmanes andan atacando a los homosexuales en las calles por su fanatismo religioso.

Ambas son decididas enemigas de la Unión Europea y luchan por la vuelta del marco a Alemania. Se opusieron tenazmente a la posición de Alemania al participar en el salvataje financiero de varias economías europeas al borde de la bancarrota como Italia, Grecia, España y Portugal. Están convencidas que Alemania está al borde de lo que llaman la “infiltración”  (Unterwanderung) cultural extranjera  a través de “valores ajenos a la cultura alemana”, por lo que temen la extinción  de lo alemán (Überfremdung).

Weidel ha planteado que es preciso revisar el “culto a la culpa” (Schuldkult) de la población alemana con respecto a los crímenes cometidos durante la segunda guerra mundial. El periódico Die Welt am Sonntag dió a conocer mensajes electrónicos enviados desde el e-mail de Alice, donde se refería a la actual clase política alemana como “cerdos” ( Schweine) y “marionetas de las fuerzas aliadas vencedoras” ( Marionetten der Siegermächte). Alice negó que estos mensajes fueran de ella, pero el periódico hizo investigar su origen por expertos informáticos que confirmaron su autoría.

Frauke, por su parte, ha defendido “ el legítimo derecho al uso de las armas” para disparar en la frontera a todos aquellos refugiados que intenten entrar “por la fuerza” a Alemania. Luego ha tenido que desdecirse por el fuerte rechazo que estos dichos provocaron al recordar en Alemania los asesinatos cometidos por la dictadura comunista de la ex RDA al disparar a los alemanes que intentaban cruzar el muro en rumbo a occidente.

Los analistas de los principales periódicos alemanes como el Frankfurter Allgemeine Zeitung,  Der Spiegel, die Zeit , Die Welt am Sonntag y otros  coinciden en que Petry se distanció de la fracción parlamentaria del AfD no por diferencias políticas fundamentales, sino que porque no soporta “compartir” el poder con nadie. Su anunciada renuncia al AfD , sólo demostraría un juego de poder entre quienes se consideran la “elite intelectual”   del partido y aquellos “políticos anarquistas” de los rangos inferiores que no responden a ninguna disciplina de cuerpo.  Petry ha declarado que su objetivo sería impulsar una “konservative Realpolitik” ( realpolitik conservadora)  y preparar al partido para ser la segunda fuerza política de cara a las próximas elecciones parlamentarias en cuatro años más. No obstante, ella vería con preocupación la verdadera “estampida de cerebros” del AfD que se habría producido por el torpe discurso de ultraderecha usado por Alice Weidel  y Alexander Gauland ( ex-democratacristiano) que  luego de la victoria “advirtió” a la clase política que se “vistieran abrigados porque ellos saldrían a cazarlos”.

Esta constelación política recuerda en un sentido grotesco  la lucha de poder que se dio durante los años treinta entre la  “SA” (Sturmabteilung) del Partido Nacional Socialista Alemán, una especie de milicia de choque de unos cuatro millones de matones  que ayudó a crear el terror que precedió a la asunción de Hitler al poder , y la “SS” ( Schutzstaffel) que se constituyó como una milicia de élite  a cargo del disciplinamiento ideológico de las masas que ya en el año 33 puso violentamente a la “SA” bajo su control.

Si la intención de Petry es constituirse en la élite pensante de la ultraderecha por fuera del AfD , su destino político es incierto. Lo concreto es que Weidel acaba der catapultarse como la co-representante de la fracción parlamentaria del AfD en el Bundestag  junto a las fuerzas más reaccionarias y recalcitrantes del partido, entre los cuales se cuentan los negadores del Holocausto, los xenófobos y los euro-enemigos. Según el diario suizo “Der Bund”, Weidel sería considerada una “oportunista” dentro del propio “AfD”  dispuesta a aliarse siempre con los más poderosos con tal de escalar posiciones.

Cuando Alice Weidel trató de emular a Trump diciendo que los tiempos de la “corrección política pertenecían al basurero de la historia” y que ella se atrevía a nombrar las cosas por su nombre, el moderador de un programa  televisivo de sátira política alemana Christian Ehring  le dió la razón y la clasificó como “Nazi-Schlampe” ( zorra o puta nazi) .  Aunque presentó queja ante tribunales, Weidel perdió el juicio y desde ese entonces se la llama de esa manera en los círculos críticos a esta mala copia del radicalismo de derecha.

No sólo los datos económicos contradicen a estas mentes afiebradas pues  la economía de Alemania es la cuarta más competitiva del mundo, la más poderosa de la Unión Europea con un bajísimo desempleo ( menor a 6%), sino que también el hecho que más del 87% de los electores ha votado por los partidos democráticos

Las peleas, la división y  el odio mutuo entre estas dos mujeres sean quizás un adelanto de lo que será el desempeño de la nueva ultra-derecha nacionalista en Alemania. Algunos hablan del peligro que representa la AfD, pero la mayoría piensa que contribuirá a reforzar la convicción democrática de Alemania y avivará las discusiones en el parlamento. Las dos mujeres clave de la ultraderecha germana no son más que dos políticas profundamente provincianas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
Publicidad

Tendencias