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Nosotros sí creemos en una Universidad sin fines de lucro

Por: Javier Sepúlveda y José María Jarry


Señor Director:

El pasado 28 de marzo, en este medio, se publicó la noticia “Rector de la USS califica de «absolutamente irrelevante» artículo que prohibía a controladores con fines de lucro en universidades” en donde Carlos Williamson asegura que es irrelevante que controladores con fines de lucro sean quienes tomen decisiones centrales en las universidades de nuestro país, particularmente en las universidades privadas. Son preocupantes sus dichos debido al horizonte que proyectan, a cómo entiende los fines de las instituciones de educación superior, que, por cierto, estamos en desacuerdo. Como Federación de Estudiantes de la USS Santiago debemos responder a estas declaraciones.

No es irrelevante que los controladores de IES tengan como fin lucrar, cuando el único fin de estas instituciones debiese estar en ser nodos de conocimiento, formación, crítica e investigación, en ser propositivas en la construcción de sociedad y ser un aporte para su entorno. El pensar que instituciones con fines de lucro puedan salir airosas del conflicto de fines que enfrenta, resulta ser ingenuo. Basta echar un vistazo en casos como los ocurridos con la U del Mar o la Universidad Iberoamericana, también en las investigaciones de María Olivia Mönckeberg, e incluso también nuestro caso que expuso CIPER el año 2013. Estos son ejemplos nítidos que el riesgo es mucho -en cuanto al daño a los estudiantes y sus familias principalmente- y que el lucro no es compatible con la educación, algo que como sociedad ya habíamos sancionado en el congreso.
Lo que le interesa a la sociedad chilena, es separar el lucro de las IES, y el Art 63 señala que si te constituyes como persona jurídica sin fines de lucro, debes serlo de verdad, no en apariencia para que los artilugios legales encuentren más temprano que tarde la forma cumplir con un fin diferente al de educar, en definitiva, son lamentables los dichos de nuestro Rector, puesto que la irrelevancia que señala es una discusión de fondo, que ha tenido a tanto estudiantes como familias movilizadas durante los últimos 10 años.

El Rector Williamson preocupado que la Superintendencia (encargada de fiscalizar a las instituciones de educación superior para que destinen sus recursos a los fines que le son propios) vulnere la autonomía universitaria, deja un manto de dudas, en especial sobre si instituciones que lucren podrán hacerlo con fondos públicos. Y en particular que autonomía entiende y defiende en la construcción del proyecto educativo, cuando la comunidad educativa y estudiantil tiene poca o nula injerencia en este. ¿Es realmente autónomo un proyecto educativo en circunstancias que sus estudiantes y docentes quedan fuera de la toma de decisiones?

Sabemos que como universidad estamos en un proceso de maduración y crecimiento, y es fundamental que afrontemos este momento de forma crítica y humilde. No podemos entender una USS con fines de lucro y tampoco que nuestra casa sea vocera de la defensa de fines distintos a la educación, como Laureate. Finalmente, se vuelve necesario una mayor organización estudiantil. Cuestionarnos cuáles son los fines de la educación, y cómo aportar a la construcción de universidad, y claro, en última instancia si entendemos la educación como bien de consumo o como derecho. Si es que queremos que nos traten de stock o como estudiantes.

Javier Sepúlveda, Vicepresidente Externo FEUSS Santiago
José María Jarry, Secretario General FEUSS Santiago

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