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Historia Magistra Vitae est

Por: Francisco Sáez Muñoz


Señor Director:

El 28 de octubre, Jair Bolsonaro fue electo como presidente de la quinta república más grande del mundo. Increíblemente hubo mucha gente que vitoreó el triunfo del candidato de ultraderecha. No obstante, es imposible no recordar con este triunfo a las grandes distopías del siglo XX. Novelas como 1984 de Orwell, Fahrenheit 451 de Bradbury o Un mundo feliz de Huxley nos demuestran lo demente que puede llegar a ser un gobernante representante de un extremo de algún espectro político.
La verdad es que Bolsonaro es un recordatorio de lo nefasto del siglo pasado. Su triunfo equivale a un retroceso que nos vuelve a evidenciar que la política no posee memoria y que, en tiempos de crisis, el mesianismo siempre saldrá victorioso. Recordemos que los fascismos italiano y alemán llegaron al poder gracias a las grandes crisis morales y económicas -respectivamente- que caracterizaron a la primera mitad del siglo XX.

Ahora bien, rememorando lo escrito alguna vez por Umberto Eco, el Ur-Fascismo -como le denominaba Eco- puede volver todavía con las apariencias más inocentes. Nuestro deber es desenmascararlo y apuntar con el índice sobre cada una de sus formas nuevas, cada día, en cada parte del mundo. Por tales motivos, él nos da ciertos tips para identificar a los nuevos fascismos del siglo XXI, en los cuales encontramos factores como el gran miedo a la diferencia, el rechazo del modernismo, un excesivo culto de la tradición y un sentimiento nacionalista a ultranza que provoca una xenofobia. Todo ello visto en la campaña del presidente electo de Brasil…

Tristemente, Bolsonaro no es el único ‘neofascista’ del siglo XXI. En los últimos años se ha evidenciado un alza de apego de la sociedad a las ideas separatistas y antinmigrantes. Esto se ve ejemplificado en casos como el triunfo de Matteo Salvini como vicepresidente de Italia, quien no ha tenido censura al expresar que uno de sus objetivos principales corresponde a la reducción drástica de la inmigración que vive su país; llegando incluso a pensar en la repatriación de todo migrante que ‘no’ tiene derecho a vivir en Italia.

Lo que nos produce más preocupación con respecto al triunfo de Bolsonaro tiene que ver con la cercanía que tiene hacia nuestro país. Ya advirtió que Chile será una de las primeras naciones en visitar como mandatario electo. El problema va en que una persona que denomina a los homosexuales como unos enfermos mentales, que defiende las violaciones a los DD. HH. cometidos en la Dictadura, el racismo enfermo y otras características de esta índole, es un peligro para nuestra sociedad que lucha por la Democracia y por evitar un retroceso como el que está sucediendo.

Finalmente, la gran desconfianza que puede surgir con nuestro país tiene una gran relevancia, contando además que, pasadas las horas, José Antonio Kast a aparecido en CNN Chile defendiendo a Bolsonaro de las críticas hechas por la izquierda criolla.

¿Por qué deberíamos estar pendiente de esto? La preocupación que nos deja es que un porcentaje de la población piensa que hace falta una mano dura, que en Chile es necesario llevar a cabo todo lo que promete el carioca; más aun después de lo acontecido en el INBA. Todo esto nos da a entender que algunos chilenos anhelan la llegada al poder de un Bolsonaro criollo. Y la pregunta que nos podremos hacer es: ¿será Kast el indicado? O bien, el triunfo del fascismo en Brasil nos demostrará lo cercano del retroceso y nos despertará del letargo político inducido desde la década de 1990.

Francisco Sáez Muñoz
Estudiante de Pedagogía y Licenciatura en Historia en la Universidad de los Andes

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