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La deuda que el CNTV mantiene con el pluralismo y la diversidad cultural Opinión

La deuda que el CNTV mantiene con el pluralismo y la diversidad cultural

Jaime Mondría
Por : Jaime Mondría Actor y Gestor Cultural. Twitter @jaimemondria
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La falta de franqueza es la deuda que más perjudica, si bien es cierto que el CNTV no tiene mayor obligación de ir contándonos los pasos que anda, nada le impide informar, realizando comunicaciones certeras que aborden las materias que regulan de forma profunda y no superficialmente. En especial teniendo en cuenta que en esa misma tramitación legislativa se establece que el espectro radioeléctrico es un bien nacional, cuyo dominio pertenece a la Nación toda.


Han pasado más de cinco años desde que entró en vigencia la ley que permitió la televisión digital en Chile y es lamentable el escaso avance en la implementación de las materias que se relacionan con la diversidad cultural y con el pluralismo del sistema televisivo chileno.

Este artículo expone dos aspectos nuevos que se introdujeron durante la tramitación de la ley, con distinto estado de ejecución, que permitirían diversificar la televisión chilena, que son esenciales para ello, pero que aún se deben potenciar para que cumplan con el objetivo para el cual fueron ideados, ya que si el CNTV no toma las medidas necesarias, es probable que el cambio tecnológico no signifique mayor diversidad de contenidos ni pluralidad de operadores de servicios televisivos.

NUEVO MODELO QUE NO ARRANCA

Para dar mayor espacio en la televisión a la diversidad cultural falta la voluntad del CNTV que debe comenzar cuanto antes a realizar las acciones que por ley se entienden como su deber, porque no caben dos interpretaciones cuando se lee que el “Consejo otorgará concesiones con medios de terceros en cualquier tiempo y sin concurso, en el caso que en la solicitud respectiva se declare expresamente que el interesado utilizará medios de terceros que cuenten con capacidad para efectuar la transmisión de señales de radiodifusión televisiva digital”.

Se agregaron en la ley un nuevo tipo de concesionario que no cuenta con mecanismos propios de transmisión, que no postula a una concesión de espectro radioeléctrico pero que sí genera o tiene contenidos audiovisuales que exhibir y que arrienda los mecanismos de transmisión de otros, que deberán ofertarse públicamente. Para asegurar este modelo de negocio se modificó la ley del CNTV en materia de fondos concursables para hacer posible asignar recursos para financiar también los costos de transmisión de programas.

Para activar este nuevo modelo de gestión del espectro televisivo se requiere que el CNTV comience a promover el nuevo tipo de concesionarios que permitiría, por ejemplo, a quienes hoy son considerados “productor independiente” pasar a la nueva categoría de “concesionario con medios de terceros” y así quedar facultados para postular a los fondos concursables que el CNTV otorga, sin la necesidad de contar con un compromiso de exhibición por parte de un Radiodifusor, documento que sabemos muchas veces retrasa, delimita o impide la concreción de proyectos audiovisuales.

Para afianzar este modelo de arrendamiento la ley obliga a los concesionarios que cuentan con mecanismos de transmisión a transparentar el uso que harán del espectro que se les asigna y cuánto de su capacidad usarán en la transmisión de las señales propias, ya que en caso de quedar una capacidad disponible, deberán arrendarlo a los concesionarios que no cuentan con mecanismos propios, realizando ofertas no discriminatorias. Esta obligación se extiende por igual para los nuevos concesionarios que comienzan a aparecer en digital, así como para aquellos que se traspasaron del formato analógico al contemporáneo.

De este modo se instala en la ley del Consejo un modelo de negocios que busca democratizar el acceso a los mecanismos de comunicación, modelo conocido por la industria, pero que estaba restringido a acuerdos comerciales de privados, entre privados.

Implementar este modelo depende única y exclusivamente de la voluntad política del Consejo Nacional de Televisión pero no se han conocido avances en esta materia.

MÁS CONFUSIÓN QUE AVANCES

El CNTV ha dado señales confusas en cuanto a la asignación de dos frecuencias de espectro de alcance nacional destinadas solamente a señales culturales o educativas, que fueron reservadas por ley. Ha usado sus redes sociales para informar a la ciudadanía de la creación de un Comité Asesor para su asignación, esto en conocimiento de que la ley los rige es precisa en señalar que los comités asesores tendrán por objeto evacuar los informes que el CNTV solicite sobre las materias que indique, agregando expresamente que “dichos informes no podrán referirse a materias relacionadas con el ejercicio de las facultades sancionadoras del Consejo ni al otorgamiento o término de concesiones”. Entonces surgen dudas razonables sobre la trascendencia del comité, en especial sobre cómo sortearán la ley que los rige, que les impide en la práctica asesorarse en las materias para las que fue conformado.

Y no es una preocupación menor la asignación de estas dos frecuencias educativo-culturales porque además se establece para estas concesiones que el total del espectro de estas dos frecuencias se destine para que se realicen ofertas no discriminatorias a concesionarios con medios de terceros.

Aún cuando falta por disipar cómo el CNTV avanza en la entrega de estas frecuencias y aunque el mecanismo para definir cómo asignarlas no es el acertado y todo lo que del él emane pueda ser cuestionado, sería un avance democratizador la aparición de un nuevo tipo de concesionario que arriende la totalidad de su infraestructura para que terceros emitan exclusivamente programas de calidad, a través de ofertas públicas no discriminatorias.

Dos canales de alcance nacional transmitiendo exclusivamente programación educativa o cultural en contraste con las cuatro horas semanales de los canales comerciales, sería un avance significativo en diversidad de la televisión chilena.

MÁS OPERADORES Y MÁS DIVERSOS

Una de los mayores cambios de la ley de TV Digital fue la incorporación de nuevos tipos de concesionarios ausentes hasta entonces, además de los canales nacionales y regionales existirían pequeños canales de alcance local y locales de carácter comunitario, otros netamente educativos y otros culturales. Debido a la importancia de esta medida se estableció una reserva para ellos del 40% del total de las concesiones “asignables”.

Sin embargo, desde que comenzaron a entregarse las nuevas concesiones digitales el año 2017 hasta la fecha, no existe información pública sobre los criterios que permitieron al CNTV otorgar nuevas concesiones.

No hay información pública que permita conocer si han aparecido o aparecerán de estos concursos nuevos canales de alcance nacional, ya que toda la información disponible hace referencia a localidades.

El CNTV no ha realizado comunicación que permita conocer la cantidad de espectro radioeléctrico disponible para la televisión ni de las zonas geográficas de cobertura en que se divide el país, y de no informar cuánto y cuál es el espectro utilizable no es posible saber cuánto espectro es el 40 % que se ha reservado para cada una de las concesiones y de las categorías nuevas que se agregaron en la ley, así como tampoco permite saber con certeza si se ha concesionado todo el espectro disponible para televisión en general, o si se ha planificado una asignación futura.

La falta de franqueza es la deuda que más perjudica, si bien es cierto que el CNTV no tiene mayor obligación de ir contándonos los pasos que anda, nada le impide informar, realizando comunicaciones certeras que aborden las materias que regulan de forma profunda y no superficialmente. En especial teniendo en cuenta que en esa misma tramitación legislativa se establece que el espectro radioeléctrico es un bien nacional, cuyo dominio pertenece a la Nación toda.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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