Señor Director:
De acuerdo a la nota publicada en su prestigioso medio, respecto a situaciones que afectarían a la Universidad de Talca y su Rector, me permito manifestar lo siguiente:
El 22 de agosto recién pasado, la Tercera Sala de la Excma. Corte Suprema, por cinco votos contra cero, rechazó el recurso de protección interpuesto por el profesor Roberto Pizarro, quien lleva meses en una campaña mediática en contra, no solo de quien lidera la institución, sino contra todos los que hemos aportado a construir nuestra Alma Mater, la Universidad de Talca.
El fallo de la Excma. Corte Suprema, ratifica los argumentos de la contundente sentencia dictada por la Iltma. Corte de Apelaciones de Talca, quienes de manera unánime rechazaron su líbelo. En este, acusaba ser víctima de una persecución administrativa, pero en la sentencia queda claro que los procedimientos disciplinarios que se han incoado en su contra, son por haber faltado gravemente a sus deberes académicos, al haber realizado acciones que han dañado a nuestra institución, toda vez que señaló a través de diversos medios de comunicación que la universidad se encontraba en una crisis, lo que no era tal, afectando gravemente la imagen de nuestra casa de estudios.
Tal como lo relata en su acción judicial, el señor Pizarro ha sido académico, decano, director de su propio centro de investigación y candidato a rector; su trabajo ha sido reconocido a nivel nacional e internacional, ha dirigido investigaciones que han sido un aporte al país, por lo tanto, es razonable que uno se pregunte: ¿Cual es entonces la finalidad del Sr. Pizarro de seguir con ataques que dañan a la institución, de la que él también es parte y se ha visto beneficiado? ¿Tan grande es su rencilla u odiosidad hacia el Rector Rojas que lo llevan a actuar de esta manera, atacando desesperadamente a nuestra universidad a través de los medios de comunicación?
No me parece coherente lo que hace el señor Pizarro. Como abogado, egresado de la Universidad de Talca, veo cómo pretende que se vaya destruyendo lo que hemos construido entre miles de personas: académicos, personal administrativo, alumnos, exalumnos y nuestras familias. No quiero pensar que esto es solo una parte del plan para ocupar un cargo directivo o aspirar a la rectoría, cargo que creo ya no estaría a su altura.
Está bien discrepar, yo lo hice en mis tiempos de dirigente universitario, a mediados de la década de los noventa, en el que trabajaba y apoyaba a las listas disidentes. Es razonable, tener puntos de vista distintos, es parte del juego democrático, en el cual los bandos pueden tener miradas y formas de actuar distintas, pero siempre tienen al final del camino un objetivo común, construir una mejor universidad. Por eso, somos muchos los que no aceptamos los ataques a nuestra casa de estudios, en la que vivimos una importante etapa de nuestras vidas – el habernos formados como profesionales -, por el solo hecho de ganar un gallito personal. Nos parece inconcebible y esperamos que la decisión del máximo tribunal de nuestro país, cierre definitivamente estas diatribas, y podamos concentrarnos en seguir construyendo la universidad que aspiramos, la mejor estatal de regiones.
Daniel Vergara Galaz
Abogado
defendamoslautalca.cl
