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Fin al subcontrato: un nuevo estándar para las instituciones universitarias Opinión

Fin al subcontrato: un nuevo estándar para las instituciones universitarias


Han pasado menos de tres meses desde que Chile despertó. Dormíamos quizás observando una obra de teatro gratificante que escondía una realidad amarga. Dormíamos quizás queriendo tranquilizar nuestros corazones, o justificando nuestros propios actos. Lo cierto es que dormíamos y en esa inconsciencia no hicimos todo lo que podíamos.

Pero Chile despertó.

Y desde entonces, a pesar del dolor de días convulsos y confusos, a pesar de la incertidumbre; desde entonces sabemos que hay una línea clara a seguir: dar todo nuestro talento para hacer de Chile una sociedad más justa.

El estallido social nos obligó a pararnos frente a la historia y estar a la altura. Eso es lo que hemos entendido en la Universidad de Santiago de Chile. Sí, el estallido nos obligó. Pero hoy hemos despertado. Y ya no necesitamos que nada nos obligue a tener conciencia. Es nuestra voluntad avanzar, ir más lejos, cruzar las fronteras. No será fácil, no todo podrá ser inmediato. Pero la decisión está tomada. La Usach caminará decididamente marcando la huella que, confiamos, muchas otras instituciones públicas y privadas pronto seguirán.

La vanguardia de la Universidad de Santiago de Chile ante el estallido tiene muchas caras. Hace años lideramos el proceso que abrió importantes puertas, más allá de la PSU, para el ingreso a las universidades. Lideramos también el sistema de mejoramiento de la calidad en la Enseñanza Técnica Profesional, Proceso de Inclusión vía Propedéutico y Ranking, la Primera Escuela para Migrantes y un programa de regularización de estudios para trabajadores externos, cuestión que va en instalación en la red de universidades del país. Muchos de nuestras y nuestros académicos han sido relevantes o directamente esenciales en la comprensión de las causas y la forma específica del estallido. Y muchas y muchos profesionales y académica/os han cumplido roles importantes en la defensa de los derechos humanos y en la promoción de los valores que el Chile que despertó requerirá con fuerza. Nuestra comunidad, por lo demás, ha trabajado en elaborar documentos y propuestas para el Chile del futuro.

Para coronar estos esfuerzos fue que en diciembre de 2019 la Universidad de Santiago de Chile fue la primera institución educativa que, sin esperar ley alguna, sin esperar instrucciones, tomó medidas de gran relevancia social. Fue así como a inicios de diciembre la Usach puso fin al subcontrato de trabajadores y trabajadoras de aseo, trabajo marcado por el dialogo, respeto, paciencia, juventud, liderazgo, anhelos y determinación.

¿Por qué se hizo si era un mecanismo que avala la ley?

Regulada esta práctica desde 2006, se distinguen dos formas de subcontratación. Una es la subcontratación de bienes y servicios, donde se relacionan dos entidades independientes entre sí, una de las cuales realiza el encargo por su cuenta y riesgo, con sus materiales e instrumentos y su propio personal. Otra es la subcontratación de servicios personales o suministro de trabajadores, denominada también suministro de trabajadores o trabajo transitorio (en la terminología de la Ley N° 20.123) que surge directamente como una consecuencia de los procesos de descentralización productiva.

Esta última es la variante más compleja y problemática de subcontratación laboral, ya que viene a alterar los elementos normales de una relación laboral al producir una fragmentación de la persona del empleador entre un empleador formal, que asume las obligaciones propias de esta parte del contrato de trabajo, pero sin recibir servicios del trabajador ni ejercer poder de dirección y, un empleador aparente, que no es parte del contrato de trabajo, pero que recibe y controla en sus propias instalaciones los servicios del trabajador. Se produce así una relación jurídica triangular, que rompe la bilateralidad que es propia de una relación laboral normal.

Si bien la normativa de 2006 regula bastante posibles abusos que se puedan producir, en la Universidad de Santiago de Chile analizamos con detalle la situación y notamos lo siguiente. Los límites impuestos por la ley de 2006 a las facultades empresariales operan en forma negativa, esto es, como prohibición de cualquier actitud que vulnere estas libertades, pero no obligan al empleador a modificar su estructura productiva al tenor de los derechos fundamentales de sus trabajadores para facilitar su ejercicio.

Esto hizo saltar nuestras alarmas. La Usach no estaba despertando realmente si no éramos capaces de afrontar este desafío de manera contundente. Los derechos laborales de quienes prestan servicios de aseo, jardines y seguridad quedaban en cuestión cuando el ejercicio de esos derechos carecía de la promoción necesaria para su viabilidad.

Fue así que, sin pausa y a gran velocidad, se comenzó a trabajar la idea de terminar con el subcontrato en la Universidad de Santiago de Chile. Y señalamos inmediatamente, pero también lo reiteramos ahora, que esta acción debe marcar éticamente un precedente para todas las instituciones universitarias y de educación superior en Chile.

Ir más lejos en promover derechos es parte del Chile que despertó. La Usach se compromete a luchar contra las dificultades para avanzar con decisión en ese camino.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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