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El sambódromo que pensó el antropólogo Darcy Ribeiro Opinión

El sambódromo que pensó el antropólogo Darcy Ribeiro

Bernardo Muñoz Aguilar
Por : Bernardo Muñoz Aguilar Antropólogo Social Universidad de Tübingen, Alemania.
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Cuando en el año 1984 fue inaugurado el Sambódromo de Río de Janeiro por parte del antropólogo Darcy Ribeiro, ex Rector de la Universidad de Brasilia, diseñado nada menos que por Oscar Niemeyer, uno de los arquitectos más importantes de Brasil durante el siglo pasado y bajo la gestión del Gobernador Leonel Brizola, fue preguntado por qué construir una obra tan costosa para sólo unos días de uso una vez al año, habiendo tantas otras necesidades materiales y económicas en todo Brasil. Ante esto Darcy respondió, “el pueblo de Río merece un espacio único para poder expresar en toda su dimensión, su cultura, sus penas, alegrías y por sobre todo sus esperanzas”.

Estoy seguro que estas también preveían en la cabeza preclara del Darcy académico, del Darcy político, del Darcy profundamente brasileño ya se avenía el Siglo XXI y todos sus temas emergentes hoy no sólo presentes en Brasil, sino que en el mundo entero.

Los temas de este carnaval no son nada más ni nada menos que el cambio climático y la ecología profunda expresada en la crisis de la Amazonia, recogiendo naturalmente las acidas críticas de un Bolsonaro que acusa que el uso político del Carnaval; el derecho de la mujer sobre su cuerpo, existiendo por primera vez en la historia de los carnavales un grupo de muchachas denominadas “las ángeles amarillas”, quienes velan por el evidente acoso sexual que sufren las mujeres durante este evento, especialmente las muchachas más desprotegidas quienes ven en este acoso como algo “relativo a la conquista”. Esto directamente ligado a los derechos de la mujer y con el cambio cultural en el patriarcado: “NO ES NO”.

Los reclamos contra la iglesia, tan relevante como cuestionada en Brasil como en todo el mundo por las denuncias de abusos sexuales cometidos por sus sacerdotes, un país donde muchos jóvenes pobres y atractivos son parte de la alegría del clero y la tristeza inmensa de jóvenes y familias enteras.

La protección de los pueblos originarios de Brasil ha sido otro de los temas presentes en el sambódromo este año, su exterminio físico, de sus líderes y lideresas, de sus territorios, del avance de la minería en sus reservas y lugares fundamentales de la amazonia, más que el pulmón del mundo, la conciencia del mundo, se ha tomado también la política y cadenciosa pasarela.

Si me preguntan si Darcy Ribeiro y Oscar Niemeyer dijeron que pasaría esto, estoy seguro de que no, pero lo pensaron.

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