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El Consejo de Seguridad de la ONU ante pandemias como el COVID-19 Opinión

El Consejo de Seguridad de la ONU ante pandemias como el COVID-19

Raimundo González Aninat
Por : Raimundo González Aninat Abogado. Presidente del Grupo Internacional de las CEAS
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El rol que debiera cumplir la ONU en las pandemias que afectan a la humanidad, organización que hasta el momento ha ocupado un segundo plano por las rigideces de un sistema internacional obsoleto, debiera renovarse y otorgar mayor profundidad conceptual y práctica al organismo, en especial a su Consejo de Seguridad. Éste, por el derecho a veto que poseen las potencias, que lo utilizan básicamente para bloquear los intereses de otras potencias, suele vivir en estado de parálisis.

Ante un riesgo global como el que experimentamos en materia de salud pública, y que se vincula, además, con otros riesgos de igual o parecido carácter como el cambio climático, exige como respuesta, una solidaridad humanitaria, política y tecnológica en todo el sistema internacional. Ésta visión, por lo demás, ya ha sido recogida en distintas resoluciones de la Asamblea General y Paneles de alto nivel, pero siempre queda sin carácter vinculante.

Quisiera recordar que los Paneles de alto nivel de la Cuarta Comisión de la Asamblea General, referidos a temas de salud, respondieron a una iniciativa de Chile y formaron parte de los debates recientes de la Asamblea General. Propusimos y se adoptaron recomendaciones de la OMS y otros expertos sobre el ébola, lo que ayudó -en su momento- a consolidar nuestras relaciones con África.

El tema de las amenazas y riesgos globales, como la pandemia que nos afecta, requieren tener una respuesta eficaz. Ella pasaría, entre otras cosas, por suspender el derecho a veto de aquellos países que tienen tal facultad. Así se podría avanzar desde la parálisis y el bloqueo hacia un medio más positivo, solidario y cooperativo, y a la creación de un ambiente consonante con el cumplimiento de los Objetivos del Milenio sustentable y, sobre todo, de una diplomacia basada en métodos y tecnologías más solidarias.

Hoy necesitamos más que nunca soluciones globales, donde prime la colaboración por sobre la «obstrucción», que tiene resabios y brotes retardados de la guerra fría. En foros técnicos Chile se ha esforzado por presentar iniciativas de tal naturaleza que, de alguna manera, han sido recogidas por las grandes agencias espaciales, como por ejemplo la Nasa y la ESA. Ello esboza un resultado indirecto pero óptimo de las Conferencias Espaciales de las Américas, cuya segunda versión se realizó en nuestro país ya el año 1990, presidida por el entonces Presidente Patricio Aylwin.

En suma, a lo que se apunta es que si no hay un cambio drástico en el enfoque y práctica diplomática en el sistema multilateral mundial, la ONU –que es la institucionalidad más relevante de el- irá perdiendo injerencia en las soluciones que se originen, sobre problemas que se perfilan con serias consecuencias negativas para la humanidad, en especial, en los países más carenciados del planeta.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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