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¿IPC negativo o nula adecuación metodológica? Opinión

¿IPC negativo o nula adecuación metodológica?

Luis Machuca
Por : Luis Machuca Ingeniero Comercial (U. de Concepción), Magister en Planificación y Gestión Educacional (UDP), docente universitario y consultor.
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El Instituto Nacional de Estadísticas, INE, ha informado recientemente que el IPC de mayo pasado experimentó una variación negativa de 0,1%. La noticia ha sido comentada positivamente por el señor Ministro de Economía, quien lo hizo sin ninguna clase de filtro o reserva frente a la cifra. Sólo se limitó a comentar el “impacto” positivo sobre deudas expresadas en UF, las cuales son por cierto marginales y en nada compensan el marcado incremento de la mayoría de los precios de bienes de primera necesidad que se ha podido observar en los últimos meses.
La pandemia del coronavirus está presente en Chile de manera fuerte desde mediados de marzo. Es decir ya hace casi tres meses. Tuvimos la ventaja de poder observar por el espejo retrovisor, podríamos decir, lo que estaba ocurriendo primero en Asia y luego en Europa. No había razón para pensar que en nuestro país las consecuencias sanitarias, económicas y sociales fueran diferentes. Incluso, teniendo la ventaja relativa de estar observando las realidades que vivían ésos continentes. Por consiguiente, la institucionalidad pudo y debió adecuar los distintos mecanismos y metodologías en uso para tiempos “normales” a la contingencia que no era cualquiera, como claramente se podía advertir.
No es del caso comentar ahora lo que se dejó de hacer en materia sanitaria, o de cobertura social. Me centraré en el tema puntual del cálculo del IPC y las consecuentes derivaciones. Al desglosar las cifras informadas por el INE, se advierte que las principales bajas de precios se originaron en dos tipos de bienes y servicios:
1: Bienes y servicios cuya demanda se ha visto marcadamente afectada, negativamente me refiero, por la coyuntura sanitaria. Bajaron en un % los precios de servicios asociados a hotelería y gastronomía. Y era que no, si ya sabemos que en las condiciones prevalecientes desde marzo prácticamente no hay turismo. Y la atención en restaurantes está derechamente prohibida.
Bajó en un 6% el precio de los combustibles. Por efecto de la caída del dólar evidentemente. Además hay menor demanda por efecto de las cuarentenas y las restricciones obligadas al transporte público y privado.
Bajó en un 8% el rubro Vestuario y Calzado. Porcentaje que no debe sorprender a nadie. Sencillamente no hay demanda, con prácticamente todo el comercio detallista cerrado.
2: Bienes afectados negativamente en sus precios (es decir, bajaron) por los famosos efectos estacionales. Limones, papas.
Pero, incomprensiblemente para el sentido común por cierto y para no pocos entendidos, el ítem de mayor ponderación en el IPC (casi un 20%), el de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas, tuvo una variación de 0%. Increíble. ¿Dónde está el reflejo de las enormes alzas registradas en la harina, el pan, las legumbres, el arroz, para mencionar algunos productos? No es necesario profundizar mucho en el tema. Basta darse una vuelta por los supermercados.
¿Por qué razón el INE no adoptó las medidas metodológicas necesarias para reflejar el comportamiento del IPC, adecuándolo a las actuales circunstancias, previsibles de advertir hace ya al menos dos meses? ¿Qué sentido tiene, en las actuales circunstancias, mantener las ponderaciones de ítems que producto de la pandemia y la inactividad económica están siendo fuertemente afectados en su demanda? La sumatoria de las ponderaciones de los ítems Vestuario y Calzado, Equipamiento y Mantención del Hogar, Transporte, Recreación y Cultura, Educación, Restaurantes y Hoteles, todos ellos afectados enormemente por la coyuntura sanitaria, representa un 50% del IPC. ¡50!
Así, es entendible que el INE pueda informar un IPC negativo. Pero el valor de la medición es absolutamente cuestionable. Y así como se señala que el IPC negativo de mayo permite bajar dividendos, pagos de colegios, Isapres, también habría que decir que un IPC erróneamente calculado (en el mejor de los casos), por inercia metodológica, o manipulado (en el peor de los casos) tendrá efectos adversos en las pensiones pagadas en UF, los salarios reajustados por IPC, solo para señalar dos casos.
El INE ha estado en el centro de la polémica ya por mucho tiempo, incluidos errores en el cálculo del IPC y cuestionamientos a sus estimaciones del desempleo. Una entidad de perfil eminentemente técnico no puede permitirse incurrir en errores y omisiones tan groseras como la comentada a propósito del IPC informado para el mes de mayo recién terminado.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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