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Pandemia y poesía Opinión

Pandemia y poesía

Guillermo Bown
Por : Guillermo Bown Periodista, escritor y ex diplomático
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El encierro nos da la libertad de mejor pensar y reflexionar, ya que la vida va más lenta. Si el no poder salir y hacer lo que deseamos nos da desesperanza, el arte busca hacer lo contrario, especialmente la poesía. Los poetas podemos cristalizar estos difíciles momentos y ser la alquimia entre lo real y el noble sentimiento que nos hace imaginar un mundo mejor y aclarar con ello el miedo, la soledad, el desconsuelo, incertidumbre que nos da el confinamiento obligado hasta superar esta pandemia que nos agobia.

Ya en la historia de la literatura encontramos cómo diversos escritores, especialmente poetas, describen la capacidad de las letras y sus versos para cantar y contar tragedias que muestran las muertes por agentes patógenos, en la Antigüedad lo hacía Virgilio, en su libro Geórgicas. La obra Edipo Rey, de Sófocles nos relata el castigo divino de la peste por un crimen, lo mismo describía Boccaccio un su Decameron, afirmando el valor da la vida ante la muerte. Daniel Defoe con su obra Robinson Crusoe, en 1719, y numerosos creadores de la época, con afilada pluma, describen la pandemia y rebrotes en el Viejo Mundo.

Sabemos también que William Shakespeare escribió sus obras Macbeth y Rey Lear haciendo una cuarentena. Y en el siglo pasado tenemos las obras de Julio Verne y H.G. Wells, que con su ciencia ficción y realidad muestran, en sus obras, los horrores de la pandemia.

No podemos dejar de mencionar a Thomas Mann y Jack London, menos a Albert Camus, con su obra La peste, en donde nos muestra cómo el mal devasta ciudades junto al gran enemigo de la humanidad, el nazismo. En USA, en 1981 y hoy también, sobresale la novela profética de Daniel Koontz, Los ojos de la oscuridad, quien anticipó una pandemia por coronavirus en China, ciudad que nos recuerda hoy Wuhan.

No podemos olvidar al destacado cuentista Edgar Allan Poe, quien como cientos de escritores han basado sus obras entre plagas, pánico y guerras. Junto a ellos brilla con la luz de su realismo mágico y sus propias estrellas, el colombiano Gabriel García Márquez, con su obra El amor en los tiempos del cólera.

El egoísmo y miedo, la peor infección

Tanto Camus, en su obra La peste, como José Saramago en su Ensayo sobre la ceguera, nos dicen que el egoísmo y el miedo, en una época complicada, como la que vive hoy el mundo, pueden convertirse en un peligro mayor que el mismo virus, la peor infección. Y es así como la literatura en el cine, la novela y poesía, nos hablan del profundo horror sicológico de un encierro obligatorio, siendo la literatura esa luz, esa panacea que nos guía en medio de la ignorancia y angustia de la oscuridad de la epidemia, hoy, en pleno siglo XXI.

Para el Ateneo la poesía es el remedio

Para el Ateneo de Santiago, la poesía es el jarabe y mejor remedio para todas las enfermedades. Es esta institución literaria, la más antigua del país, que siempre defendió los valores de justicia social, siendo la copia del Ateneo de Madrid, en épocas difíciles de esa capital y la nuestra, la que nos invita a recordar la época de oro de esta entidad cultural, en que en 1905 y 1906 morían 14 mil chilenos por la pandemia del cólera y viruela, y visitaran el Ateneo los grandes intelectuales españoles Vicente Blasco Ibáñez, Ortega y Gasett y Ramón del Valle-Inclán.

En Chile no podemos dejar de mencionar a los destacados miembros de esa agrupación, como V. Domingo Silva, Pezóa Veliz y Augusto d’Halmar y los lúcidos poetas D. Dublé Urrutia, M. Magallanes Moure y G. Blest Gana.

Revisando algunos poemas y trabajos de los últimos años del Ateneo de Santiago, del cual tuve el honor de ser su Presidente por siete años, se destacaron poetas como Matías Rafide, César Jobet, Fernando Sánchez, Antonio Campaña, Eugenio García, David Valjalo, Leonardo Acosta, y el suscrito.

Destaco algunas aseveraciones y versos que afirman la ayuda emocional que da la poesía al tener una enfermedad, que es una transgresión al espacio corporal.

«Escribimos versos para aliviar el mal del virus y estornudamos versos para enfriar la fiebre».

«La poesía es bálsamo para ganarle al olvido».

«La poesía disuelve barreras entre los hombres, y es la propuesta ideal para el cambio y siempre luchando por la igualdad».

«El mundo caerá en dolor, la poesía vivirá en su devoción».

«La poesía es pan y vino en el plato fraternal y asado solidario comunal.»

«Ja ja ja me río porque me río/ las endorfinas son las más finas/ alivian pena y dolor/ todo el virus y bacterias/ mejor medicina y valor…».

Ciencia, poesía y placer

Hace tres años, diversos investigadores neurocientíficos, de la Universidad de Chile, señalan que la poesía genera un estado que llaman «prechill», que provoca una reacción de placer que se va construyendo lentamente a medida que se escuchan las estrofas, que es diferente al oír una música, que es una reacción repentina. Mientras que la poesía genera un crescendo emocional que comienza hasta 4,5 segundos antes de percibir un escalofrío. El mismo estudio descubrió que un 77% de los escuchas, en un estudio, que nunca habían escuchado poesía, mostraron reacciones y signos neurológicos que anticipaban una emoción, especialmente en los puntos álgidos de la lectura, estimulando la memoria, la introspección y facilidad para relajarse.

Para el siquiatra Dr. Mario Dussuel Jurado,» la poesía con esta pandemia nos permite manejar los diálogos internos con pensamiento positivo, además vemos las dificultades que conlleva la cuarentena como una oportunidad de desarrollo espiritual, practicando la alquimia, así transformando la oscuridad en luz y este ‘retiro espiritual’ permite el desarrollo de una mayor sensibilidad, lo que potencia el área creativa de la propia Esencia».

Para su colega, el profesor Dr, Jorge Cárdenas Brito, «la efectividad de las actitudes creativas ligadas a la reflexión divergente, tales como interpretación musical o escribir poesía, que en sí ya tiene potencia creativa, se da en la efectividad de la práctica. A nivel de plasticidad neuronal y neurogénesis, quién sabe su efectividad, y contribuye a rescatarnos de la rutinaria repetición de días iguales y de la angustia de la conciencia confusa, resultado de la pérdida de la estructura de lo cotidiano» .

«Un buen verso puede decir más que cien palabras, logrando así una necesidad humana de comunicación. Así la poesía puede permanecer más allá del tiempo y las culturas, mientras que el lenguaje puede cambiar o morir», nos dice el Presidente de la Sociedad de Neurocirugía de Chile, Dr. Lientur Taha Moretti.

El profesor John Felstiner, de la Universidad de Stanford, se pregunta en su libro ¿Puede la poesía salvar la tierra?, y nos dice en una de sus partes que «la orquestación de las palabras, el colorido de las imágenes y la contundencia de una buena métrica, otorgan a la poesía un poder sin parangón».

Se hará viral la poesía

Miles de poetas en el mundo se han unido con su poesía, en diversas redes virtuales, revistas, periódicos, televisión, en actos y festivales, allí escriben sus versos sobre la pandemia y sus males y algunas bondades.
En marzo pasado la ciudad de Medellín reunió a cientos de poetas del mundo para conmemorar el Día Mundial de la Poesía y como máxima escribían «Todos contra el virus». El verso del poeta José Valente lo destacan por su llamado: «Un poeta debe ser más útil que ningún ciudadano de su tribu». Para el director del Festival Internacional de Poesía de Medellín, Fernando Rendón, «la poesía es un abrazo fraterno y generoso en esta disgregación que vive el mundo y puede llegar a unir profunda y esencialmente». Poetas de 15 países, y de todos los continentes, valoraron el bien que hace la poesía en los habitantes. Así el destacado poeta estadounidense Jack Hirschman señaló que «el poema es el instrumento más importante para lograr un mundo sin guerras, donde nadie viva la miseria y la enfermedad».

Hace dos meses Centroamérica organizó un Festival Cultural «Autores en cuarentena», con poetas de toda Latinoamérica y España, con la asistencia de cientos de vates premiados. Debemos decir lo que señaló la poetisa Dominicana, Julia Álvarez, cuando se pregunta:»¿Se hará viral la poesía? «, «¿nos infectara su enfermedad. Creará anticuerpos contra la indiferencia?».

Las editoriales, municipios y entidades culturales, publican nuevas antologías sobre poesía y pandemia. Diferentes concursos de poesía sobre el COVID 19 se lanzan en distintos países a nivel nacional, internacional y gubernamental.

En Europa ha sido Italia la que más se ha destacado con los escritos de sus poetas, especialmente en Florencia, donde expresan lo que significa «el poder de la poesía como fármaco en cuanto a su mano solidaria».

Interesante es constatar cómo en China y Japón, especialmente poetisas del área de la salud, escriben poesía sobre la pandemia.

En Africa, ya se empieza a difundir la poesía sobre el virus, de los poetas de Kenia, El Congo y Zimbawe.

En nuestro país, el poeta Raúl Zurita con pena nos dice que «la pandemia nos muestra una muerte sin ilusión, sin un último beso». Se suman a los cantos de la poesía, miles de jóvenes poetas del país y del mundo para entonar, con la misma melodía, pero con diferentes ritmos, el deseo de mejorar pronto y encontrar la libertad para poder abrazarnos y decirnos que creemos en el amor de hoy y mañana.

En el último mes el virus de la pandemia va disminuyendo, pero con nuevos brotes y hoy es el momento en que los poetas usan la espada para castigar al enemigo, y con esperanza y optimismo, dan ristre a la pluma para escribir cómo la poesía es la mejor medicina, el mejor jarabe para mejorar cuerpo y alma.

Cuando hablamos de cuerpos y almas, aparece la poesía y la risa como el mejor jarabe: «Ju ju ju juramos la risa franca/ el chiste que el diafragma amó/ con virus o sin él riamos hoy/ el jarabe está en tu alma/ la sonrisa es el verso del amor»…

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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