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El dilema de la última cama

Por: Elizabeth Álvarez Howard y Fernanda Urzúa Aravena


Señor Director:

La pandemia ha llegado para azotarlo todo; nuestra rutina, la manera de trabajar, la economía y por sobre todo nuestras vidas. Llevamos más de un año trabajando en la connotada “primera línea de la salud”, con más convicciones que insumos, más esfuerzo que medicamentos, más sacrificio que ventiladores mecánicos y aun así continuamos peleando día a día no sólo contra un virus, sino contra las injusticias y explotaciones a las que somos expuestos en cada jornada laboral.

Al estudiar una carrera de la salud, uno asume un compromiso social y ético con la gente que atiende, y a eso nos hemos aferrado para aguantar meses en condiciones precarias. Pero frente a este aumento explosivo de los casos, con un promedio de 7000 diarios, se nos está pidiendo lo imposible; la directiva hospitalaria necesita abrir más camas UCI y para suplir el déficit de personal redistribuye al que tiene, aumentando la razón de atención de Enfermero, Técnico en Enfermería y Médico para cada paciente UCI. En la Circular N°003 del 31 de marzo del 2021, dictada por el Director del Hospital San José, doctor Luis Escobar González, se señala: “para afrontar esta pandemia y la situación actual deberá modificarse transitoriamente la cantidad de pacientes críticos por profesional, quedando 9 para los médicos y 4 para enfermeros y técnicos, lo que obligará a realizar una redistribución en los diferentes servicios (…)”. Ante ello, queremos simplemente decir que no podemos.

No se trata de voluntad o de la muy manoseada “vocación”, sino que no somos capaces de entregar cuidados de calidad en condiciones de sobrecarga laboral tan prolongadas como éstas.

Entendemos el contexto, y entendemos que son los pacientes quienes se quedan esperando horas e incluso días por una cama, pero es precisamente por ellos que hacemos esto, porque la cama UCI no se cuida sola, se necesita el personal suficiente y capacitado para ello. Pero si las directivas quieren las camas para cumplir con un número y promesas ministeriales, estarán disponibles para que puedan decir que “ningún paciente se quedará sin cama UCI cuando lo necesite”, pero sólo tendrán eso, una cama.

 

Elizabeth Álvarez Howard

Fernanda Urzúa Aravena

Enfermeras Universitarias. Unidad de Paciente Crítico Hospital San José

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