Publicidad

Falklands: gracias, Bielsa

Por: Richard Kouyoumdjian Inglis


Señor Director:

Me encantan las columnas que el embajador Bielsa escribe en medios chilenos y en particular la que escribió recientemente en este medio titulada “Malvinas: Gracias, Chile”. Bielsa se encarga siempre de destacar los errores estratégicos que cometemos en nuestras relaciones con el país transandino, y adicionalmente,como buen diplomático, agradece lo que hacemos en su favor.

En esta oportunidad el embajador transandino no necesitó desplegar sus condiciones de goleador, ya que Chile se metió un autogol cuando el Embajador de Chile ante las Naciones Unidas, Milenko Skoknic, defendió las pretensiones argentinas sobre las Falklands, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y espacios marítimos circundantes. Literalmente nos disparamos en el pie.

Nuestro embajador lo hizo en el contexto de una reunión del comité de descolonización de la ONU, lo cual es una contradicción en sí misma, ya que Argentina busca hacerse de los actuales territorios británicos y no necesariamente que sean independientes, libres y soberanos, y ofrece mucho menos a los actuales habitantes que el régimen de autogobierno del cual ya gozan.

El embajador no solo agradece a Chile su incondicional apoyo por más de 20 años, sino también el acompañamiento que hemos realizado durante ese período de tiempo, solo faltando agradecer el haberlos dejado avanzar sin inconvenientes en el proceso de registro de su plataforma continental extendida, tema que recién representó y corrigió Teodoro Ribera en Mayo de 2020.

Preocupa su aseveración de que la base militar británica de Mount Pleasant sea un peligro para la seguridad hemisférica, preocupa porque parece olvidar que los últimos que usaron la fuerza en la zona fueron ellos. Lo hicieron después de tratar de someter a Chile en diciembre del 1978, para posteriormente invadir las Falklands en abril de 1982, una acción de fuerza que buscaba aprovechar que las islas estaban relativamente desprotegidas y en donde no tuvieron éxito. Mount Pleasant busca evitar nuevas aventuras argentinas más que ser una plataforma desde la cual proyectar el poder anglosajón en las aguas del Atlántico Sur o controlar el corredor que une ambos océanos. Quizás el embajador deba interiorizarse más de sobre el poder militar del Reino Unido en la zona, su objetivo y lo que les permite hacer o no hacer.

Estoy de acuerdo con el embajador que las posesiones británicas ayudan a ese país en sostener su reclamación Antártida, tal como lo podrían hacer para ellos si fueran Argentinas, lo cual desde ya hace que su petición sea sospechosa, ya que como dije anteriormente, pretenden hacerse de territorios ajenos, no dejarlos libres, y usarlos para sus propios intereses.

Me encanta cuando en un acto de delicadeza destaca que reconocen como nuestro aquella parte del Chile antártico que ellos no reclaman, pero convenientemente olvida decir que lo que ellos pretenden sea su plataforma continental extendida pasa a llevar las propiedades de varios otros incluidos nosotros, y tratados ya firmados.

Lo que nuestra cancillería no logra entender es que Argentina no es un socio confiable, que tiene pretensiones en la zona austral y antártica que pasan a llevar los derechos de Chile y es por eso que cuesta entender acciones como las de nuestro representante en la ONU. Dicho todo eso, agradezco al embajador Bielsa su columna y por ende la posibilidad de replicar, pero más aún, por destacar un nuevo error en nuestras relaciones exteriores, el de andar prestando ropa a quienes no corresponde y menos a quienes se sabe también pretenden partes de lo que es Chile.

Richard Kouyoumdjian Inglis

Publicidad

Tendencias