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La soberanía digital, tema pendiente Opinión

La soberanía digital, tema pendiente

Héctor Casanueva
Por : Héctor Casanueva Profesor e Investigador del IELAT, Universidad de Alcalá. Ex embajador de Chile en Ginebra ante la OMC y organismos económicos multilaterales y en Montevideo ante la ALADI y el MERCOSUR.
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“Si no se adopta un nuevo marco transatlántico de transferencia de datos y no podemos seguir confiando en los archivos de control de código fuente o confiar en otros medios alternativos de transferencia de datos de Europa a los Estados Unidos, es probable que no podamos ofrecer una serie de nuestros productos y servicios más importantes, incluidos Facebook e Instagram, en Europa”. (Declaración de Facebook/Meta).

El gigante tecnológico Facebook/Meta amenaza con dejar de dar sus servicios en Europa, debido a las decisiones de las instituciones de la UE de resguardar la privacidad de los ciudadanos frente al traslado de datos de los usuarios a Estados Unidos. Es un intento de intimidación y un desconocimiento de un principio defendido por las instituciones de la UE: la “soberanía digital”, y la protección a la “identidad digital”. Principios que deberían estar incorporados en todo el sistema internacional y en la normativa institucional de los países. Por ejemplo, en nuestra nueva Constitución Política.

Francia, que preside el Consejo de la UE este semestre, y los encargados de estos temas en la Comisión Europea, han advertido que la posición regulatoria europea en el uso de los datos es inamovible.

La Comisión de Protección de Datos de Irlanda (IDPC) advirtió de que las prácticas vinculadas a la transferencia de datos de Facebook y otros servidores, violan el Reglamento General de Protección de Datos (GDPR) de la UE, y una sentencia del Tribunal de Justicia de la UE invalida el llamado “escudo de protección» acordado hace unos años entre la UE y Estados Unidos, pues considera que daría lugar a “injerencias en los derechos fundamentales de los ciudadanos europeos” cuyos datos se transfieren a EEUU. Se considera que no otorga un nivel adecuado de protección a las garantías que el Reglamento General de Protección de Datos (RGDP) de la Unión Europea establece.

Ante esta situación, se negociarán otros términos con EE. UU., más estrictos, a ser aplicados en Europa. Lo que les preocupa a estas plataformas, es mayores regulaciones incidirán en la captura y uso de los datos, que para el negocio publicitario de estos gigantes tecnológicos es la base para direccionar sus anuncios.

Como se puede comprobar, este “pulso” que se atreve a hacer Facebook/Meta a la UE, primera potencia comercial del mundo -interpretando seguramente a las demás tecnológicas- demuestra que su nivel de crecimiento en usuarios, tanto personas como empresas, incluso muchas pymes, generan una dependencia de tal magnitud, que pasan a ser en cierto modo rehenes de estas tecnológicas, las que suponen que por ello las autoridades se cuidarán de dar pasos que lleguen a afectar el uso de estos servicios por parte de los usuarios.

O sea, “¿demasiado grandes para ser reguladas?”

Y, además, si se atreven con la UE, ¿qué queda para los países medianos o pequeños?

La principal lección que hay que extraer en nuestro caso, tanto en Chile como en América Latina, es que se debe regular a tiempo este tema, antes de que pase a ser inmanejable. Solo sistemas de protección estrictos sobre captura, uso y transferencia de datos pueden dar protección a las personas. Nosotros estamos aún lejos de eso, nuestras normas no son suficientes, y además deberían ser motivo de acuerdos regionales. Pero deberíamos empezar por robustecer nuestra normativa, y consagrar constitucionalmente la “soberanía digital” y consecuentemente la “identidad digital”.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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