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La operación Schalper Opinión

La operación Schalper

Germán Silva Cuadra
Por : Germán Silva Cuadra Psicólogo, académico y consultor
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Nada podría ser peor para el país que un partido tan importante como Renovación Nacional buscara atrofiar a un Gobierno, o que el objetivo de la oposición fuera que les vaya mal a Boric y a la Convención. Se pueden tener diferencias o no compartir que más de un 55% de los chilenos haya votado por el futuro Mandatario; incluso, se puede no estar de acuerdo con el estallido social y las causas que lo desencadenaron –la desigualdad brutal que existe en este país–, pero no es aceptable que se quiera boicotear de antemano a un Gobierno que ni siquiera ha asumido.


“Disminución en el tamaño o número, o en ambas cosas a la vez, de uno o varios tejidos de los que forman un órgano, con la consiguiente minoración del volumen, peso y actividad funcional, a causa de escasez o retardo en el proceso nutritivo”. Esta es, según la Real Academia Española (RAE), la definición de atrofiar. El concepto fue utilizado por un encolerizado Diego Schalper, en el encuentro entre la directiva de Renovación Nacional –de la que forma parte– y los futuros diputados y convencionales de ese partido. El parlamentario se refería a la estrategia que debe seguir RN para enfrentar “con todo” al Gobierno del Presidente electo, Gabriel Boric. Simbólicamente, atrofiar significa evitar que algo crezca, que madure, lo que, por consiguiente, implica evitar que se consolide el futuro Gobierno. Sus dichos fueron filtrados por alguno de los participantes del encuentro, algo que no esperaba el locuaz diputado.

Por supuesto que una declaración de guerra tan frontal –muy poco adecuada en estos días de la feroz invasión a Ucrania– es una mala señal del rol que quiere asumir el partido más importante de la futura oposición. Schalper –que nos tiene acostumbrados a todo tipo declaraciones y videos que sube a diario a las redes sociales– desafió a sus diputados a “dejarse caer los primeros tres días donde el ministro de Trabajo (ojo, diputado, es una mujer, y se llama Jeanette Jara, por si acaso) de Boric y decirle ‘ya po, ¿no éramos tan ágiles? ¿Dónde están las capacitaciones?’. Empezar a atrofiar”.

En su euforia, Schalper agregó que tenían que “presionar desde el Congreso y desde el partido a que Boric cumpla sus promesas y que no venda humo”. Paradójico, cuando el Gobierno del que aún forma parte acaba de indicar que cumplió solo el 60% de su programa. Que, en 2017, durante la campaña, el Presidente Piñera prometió traer la paz a La Araucanía, controlar la delincuencia –y eso que en 2010 decía que se les “acabaría la fiesta a los delincuentes”– y las migraciones ilegales. ¿Cómo entregan el Gobierno? Con Estados de Excepción –un respirador artificial–, con miles de venezolanos ilegales copando plazas y calles en Arica, Iquique y Antofagasta. Con un nuevo delito, los portonazos, y La Araucanía en llamas.

Al día siguiente, Diego Schalper intentó aclarar que “no dijo” lo “que dijo”. Veamos su frase –textual– aclaratoria: “Lo que dije es que hay que apretar, esa es nuestra tarea. Recuerdo cuando Revolución Democrática decía de tener una colaboración crítica». Al igual que hacen muchos de nuestros políticos, el diputado realizó un juego de palabras, como si estuviera tratando de engañar a un grupo de niños de un jardín infantil. ¿No sería mejor asumir lo que uno dice o, de lo contrario, disculparse de un disparate? Por eso la gente desconfía tanto de los parlamentarios, una de las instituciones con mayor desprestigio en Chile.

Pero Schalper no se quedó ahí. Preso del entusiasmo y del pensamiento hablado que suele traicionarlo, se lanzó con todo contra la Convención Constitucional. Señaló que había que quitarle “fuerza moral” y planteó que tenían que jugarse por una reforma constitucional que cambiara el dilema entre Apruebo y Rechazo por Sí o No. “Porque, o si no, vamos a clavarnos con una marca que, se los puedo decir en carne propia, ya perdió”. En eso sí tiene razón Schalper. Recordemos que casi el 80% votó por la opción Apruebo y él estuvo dentro del 20% del Rechazo. Y luego, entre los 155 convencionales electos, la derecha apenas obtuvo 37 escaños. Ese es el problema de fondo. Le guste o no a Schalper, a los “amarillos” o cualquiera de nosotros, la ciudadanía eligió a sus representantes, que son quienes están elaborando una propuesta que ni siquiera aún se conoce. Es decir, quienes ya hacen campaña por el Rechazo, podrían esperar al menos al 29 de abril, fecha máxima en que la Convención debe entregar su primer borrador de Constitución. Paciencia, diputado.

[cita tipo=»destaque»]¿Será el pensamiento de todos los diputados y convencionales de RN similar al de Schalper? Ojalá que no.[/cita]

Por supuesto que el parlamentario también trató de relativizar su bélica frase contra la Convención. Señaló que “no dijo” lo “que dijo”. Esta vez, les hizo creer a los niños del jardín infantil que había olvidado una palabra clave en su efusiva declaración en el hotel en que expuso con vehemencia. «Lo que quise decir es que hay que restarle esa fuerza moral que dice tener la Convención». Lamentablemente para Schalper, se puede corregir lo que se escribe; se puede rectificar o borrar un tuit e incluso aclarar un WhatsApp –ese maldito corrector automático que a veces nos cambia las palabras–, pero no lo que se dice ante una audiencia.

Intentos más o menos de aclarar lo que dijo el diputado de RN, lo preocupante es que, a medida que se acerca el cambio de mando, están surgiendo voces que han dejado atrás el buen ambiente posterior a la elección, en que muchos actores, incluidos políticos de derecha –como Javier Macaya (UDI) e incluso José Antonio Kast–, dirigentes empresariales y gremiales manifestaban sus intenciones de colaborar para que al Gobierno de Boric le vaya bien. Por supuesto –y eso lo dijo Macaya– que siendo críticos cuando deban serlos, es su obligación y su derecho, pero siempre desde la perspectiva del bien superior que es Chile, más aún después de que venimos saliendo de una pandemia que ha causado estragos en la economía, con un presupuesto del Estado 22% menor que en 2020, con una deuda bruta de US$ 238.324 millones (14% más que el año pasado) y con los efectos colaterales que va a tener el mundo, y Chile incluido, con la guerra provocada por los rusos.

Nada podría ser peor para el país que un partido tan importante como Renovación Nacional buscara atrofiar a un Gobierno, o que el objetivo de la oposición fuera que les vaya mal a Boric y a la Convención. Se pueden tener diferencias o no compartir que más de un 55% de los chilenos haya votado por el futuro Mandatario; incluso, se puede no estar de acuerdo con el estallido social y las causas que lo desencadenaron –la desigualdad brutal que existe en este país–, pero no es aceptable que se quiera boicotear de antemano a un Gobierno que ni siquiera ha asumido.

Las declaraciones del diputado Schalper son una señal de alerta y preocupación. ¿No podría RN darle el beneficio de la duda a Boric? ¿Tendrá conciencia, el diputado, de lo que podría ocurrir en la ciudadanía si fracasan los dos procesos que mayor votación popular han tenido desde el retorno a la democracia? ¿Será el pensamiento de todos los diputados y convencionales de RN similar al de Schalper? Ojalá que no.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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