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Muy mal pronóstico DEPORTES

Muy mal pronóstico

Pablo Flamm
Por : Pablo Flamm Periodista deportivo
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Estamos mal y es preocupante. No se ve a simple vista las soluciones y la selección, que fue una isla de alegría y triunfos por casi una década, comienza su llama a extinguirse de una manera que nadie quisiera. Se merecen los aplausos y gratitud eterna, no obstante, el presagio del martes no es para nada feliz.


Chile pende de un milagro. Un milagro que podría no concretarse, ya que no sólo debe ganar a Uruguay, además debe esperar que peruanos y colombianos no ganen sus respectivos partidos. Todo esto genera un ambiente crudo, pero también debemos mirar con profundidad y alturas de mira, una campaña de errores e irregularidades a lo largo de todo el camino a Qatar 2022.

Partiendo por la campaña de local. Chile les ganó a equipos eliminados (Paraguay, Bolivia y Venezuela) y a Perú que está luchando el repechaje. Se extraviaron unidades claves que, de local, en otras clasificatorias habían quedado en Santiago. En total siete unidades, empates con Colombia y Bolivia, derrota con Ecuador. Es determinante en este tipo de competencia, ser fuertes como locatarios y esta selección precisamente careció de esto.

La determinación de no continuar con Rueda demoró demasiado. El colombiano nunca estuvo cómodo en Chile. Lidió con muchos problemas de camarín, dirigenciales y lo más grave, de la débil estructura organizacional del fútbol chileno. Tras la histórica derrota con Venezuela en suelo llanero, era el momento de hacer el cambio de rumbo. La ANFP no tuvo la convicción para hacer ese giro y perdió la oportunidad. La llegada de Lasarte, quien nunca fue una de las opciones elegidas, terminó siendo un salvavidas, tras la negativa de varios técnicos que prefirieron decir que no a la Roja.

[cita tipo=»destaque»]No se ve a simple vista las soluciones y la selección, que fue una isla de alegría y triunfos por casi una década, comienza su llama a extinguirse de una manera que nadie quisiera.[/cita]

La cabina técnica del uruguayo Lasarte, tampoco fue un acierto. Nunca encontró regularidad en el equipo y si bien también tuvo inconvenientes de lesiones de jugadores claves, al final todos viven eso, tampoco logró hacer retomar la esencia futbolística del grupo, con varias presentaciones deficientes como en Barranquilla, Lima o Río de Janiero. De visita, tuvo algunos aciertos como los puntos conseguidos en Argentina y Ecuador, más los triunfos de visitante ante Paraguay y Bolivia, sin embargo, con eso no le alcanza para depender de si mismo y el equipo no logra levantar vuelo. El mazazo de Brasil, es muy fuerte de cara al último partido con los uruguayos.

Otro antecedente y acá son responsabilidades compartidas entre Rueda y Lasarte. De las 17 fechas jugadas hasta ahora, Chile solo una ocasión estuvo en el grupo de avanzada, en la fecha 14; todas las demás fechas se mantuvo entre el 6to y 8vo lugar lugar. Un dato demoledor.

Sin duda que los rendimientos de muchos jugadores claves, tampoco fue el óptimo. Las clasificatorias duran dos años y en ese lapsus, además entre fecha y fecha, los momentos de los jugadores pueden variar demasiado. A eso debemos sumar, la competencia de cada uno de ellos, los cuales en su mayoría alternaban entre titularidad y suplencia. Eso también juego mucho.

Esto son algunos de los fundamentos para tratar de ir entendiendo porque estamos al borde de la eliminación, la cual no se concreta en un partido puntual. Es un proceso que ha sido mal llevado y sin correcciones a tiempo.

Y el pronóstico venidero no es muy alentador, con un sinnúmero de situaciones polémicas de la organización interna. Calidad de la competencia local, resultados a nivel internacional, trabajo en divisiones menores, selecciones menores, nivel del arbitraje, decisiones del Consejo de Presidentes, propiedades de los clubes y mucho más.

Estamos mal y es preocupante. No se ve a simple vista las soluciones y la selección, que fue una isla de alegría y triunfos por casi una década, comienza su llama a extinguirse de una manera que nadie quisiera. Se merecen los aplausos y gratitud eterna, no obstante, el presagio del martes no es para nada feliz.

Dirán desde su fuego competitivo que aún queda una chance, pero sinceremos esto, ellos mismos saben que llegar a Qatar hace rato fue un sueño. Hoy es una ilusión muy difusa y mínima.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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