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Desafío para una real política pública en tenencia responsable de mascotas Opinión

Desafío para una real política pública en tenencia responsable de mascotas

María José Ubilla
Por : María José Ubilla Subdirectora de la Escuela Ciencias Agroalimentarias, Animales y Ambientales (ECA3) de la Universidad de O’Higgins.
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Hoy urge respeto de la medicina basada en evidencia en la toma de decisiones para una política pública coherente y efectiva, que se consideren acciones transversales, educación, monitoreo y reevaluación de la Ley y del Programa Mascota Protegida. Esperamos que el nuevo gobierno y los diversos poderes del Estado, consideren la visión técnica del Colegio Médico Veterinario de Chile y tomen cartas en el asunto ahora. 


El reciente informe de la Contraloría General de la República respecto del Programa Mascota Protegida dependiente de la Subsecretaría de Desarrollo Regional, es una oportunidad para hacer cambios en materia de política pública de tenencia responsable de mascotas por parte del Estado.  Detalla más de 60 mil registros de mascotas con número de microchip duplicados, el funcionamiento de solo tres de los seis registros que comprometidos por la Ley 21.020 de Tenencia Responsable de Mascotas (TRM), quedando pendientes la creación de los registros nacionales de criadores, el de criadores de animales potencialmente peligrosos y el de centros de mantención temporal de mascotas. Además, de la tardanza en la aprobación de solicitudes de registro de mascotas por parte de los municipios, los que en teoría debieran ser revisadas en 20 días, pero que en la práctica no se concreta; existen casos en que han superado más de 400 días en aprobarse.

Como Colegio Médico Veterinario de Chile (Colmevet) hemos sido enfáticos y propositivos respecto a una real política pública en tenencia responsable de mascotas, mostrando las problemáticas asociadas a la tenencia irresponsable que afectan no solo el bienestar de las mascotas, sino que también inciden negativamente en la salud humana y la salud ambiental.

En Chile, con la sobrepoblación de perros y gatos (más de 12,5 mill. de mascotas con dueño y sobre 4 mill. de animales sin dueño), sin la identificación y registro de mascotas acorde a estos números (aproximadamente 2 mill. de animales sin registro), se requiere de acciones multifactoriales para revertir un problema que hoy es de salud pública. Primero, es urgente el fortalecimiento de un plan educativo nacional que genere conciencia de la responsabilidad de las personas con los animales que adopta o compra, para asumir que el cuidado es de por vida, satisfaciendo sus necesidades físicas y mentales, lo que implica recursos económicos y tiempo por parte de las familias.

Se requieren mayor inversión del Estado y humanos capacitados, que permitan enfrentar esta gran problemática, fiscalizar, sancionar la tenencia irresponsable, subsanar lo evidenciado por la Contraloría y que logren establecer acciones multidimensionales eficientes, teniendo como pilar el enfoque Una Salud, dejando atrás acciones sólo centradas en las mascotas, sino que interrelacionen la salud de las mascotas y de todas las especies animales, con la salud humana y con la salud ambiental.

Como Colmevet hablamos de acciones concretas:

  • Un enfoque de la esterilización que debe resguardar el bienestar animal e ilustrar los beneficios del control reproductivo, no sólo para la salud animal, sino también considerando el impacto negativo de las mascotas en la fauna silvestre, producción animal y el ambiente.
  • Exigir la identificación a través de microchip y no a través de collares y placas, las que perpetúan el abandono, el maltrato animal y la tenencia irresponsable, impactando negativamente en la salud humana (por ej. mordeduras) y los ecosistemas.
  • Policías, jueces y fiscales deben capacitarse/actualizarse en prevención del abandono y otras formas de maltrato animal, como en una eficiente persecución y sanción de estos actos.
  • Todos los municipios necesitan contar con un/a médico/a veterinario/a, así como con recursos para fiscalizar e implementar la ley.
  • El programa PVET necesita dar continuidad a los contratos de estos profesionales más allá de 6 meses, de manera de establecer programas de TRM coherentes y permanentes en todas las comunas.
  • La educación debe ser un pilar que considere temas cruciales como la satisfacción de necesidades físicas y mentales de las mascotas.

Hoy urge respeto de la medicina basada en evidencia en la toma de decisiones para una política pública coherente y efectiva, que se consideren acciones transversales, educación, monitoreo y reevaluación de la Ley y del Programa Mascota Protegida. Esperamos que el nuevo gobierno y los diversos poderes del Estado, consideren la visión técnica del Colegio Médico Veterinario de Chile y tomen cartas en el asunto ahora.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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