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Los héroes desconocidos del conflicto palestino-israelí Opinión

Los héroes desconocidos del conflicto palestino-israelí

Manuel Férez
Por : Manuel Férez Candidato a doctor en sociología, Universidad Alberto Hurtado
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Estos días en los que vemos cómo académicos, activistas, políticos y periodistas hablan en nuestros medios de comunicación sobre los palestinos e israelíes, tenemos la obligación de escucharlos a ellos, a los actores, víctimas y héroes anónimos que luchan por la paz de manera cotidiana.


Regularmente, cuando se reporta algún “plan de paz para palestinos e israelíes” se hace referencia a acuerdos diplomáticos negociados en ciudades como Oslo, Washington, Sharm al Sheikh, Madrid, Riad o Nueva York, siendo anunciados masivamente en los principales medios de comunicación.

Se puede argumentar a favor de la paz firmada entre Egipto y Jordania con Israel o sobre las negociaciones de Oslo, los Camp David u Hojas de Ruta y, efectivamente, esos pactos fueron y son importantes. Sin embargo, estos encuentros y procesos diplomáticos y políticos no hubiesen sido posibles sin un trabajo y apoyo popular que ha sido creado y sostenido por los verdaderos héroes en este trágico conflicto.

Mientras políticos, periodistas y académicos acaparan la atención mediática, existen desconocidos y verdaderos héroes por la paz, tanto israelíes como palestinos, que anónimamente viven y resisten la tentación de odiar, mientras buscan soluciones reales al conflicto que ellos padecen. Es a ellos, a quien dedico estas líneas y sobre los que quiero hablar aquí.

Desde muy temprano, en los puestos de control del ejército israelí, esos que conectan y desconectan a Israel con Cisjordania, trabajan las mujeres israelíes de Machsom Watch , organización no gubernamental que desde 2001, en respuesta a los reportes de la prensa sobre los abusos a los derechos humanos de los palestinos que entran y salen de Israel cada día, monitorean el comportamiento de los soldados y policía israelí, reportando los casos de abuso, así como también capacitando y asesorando legalmente a los palestinos sobre sus derechos.

Jeff Halper, Director del Comité Israelí contra la Demolición de Casas, tiene sus oficinas en Jerusalén. Esta ONG fundada en 1996, busca a través de medios no violentos, oponerse a la demolición de hogares palestinos por parte de las fuerzas armadas israelíes. También se ocupa de reconstruir aquellas casas palestinas que ya han sido demolidas. Cerca de Halper, trabajan los Rabbis for Human Rights , grupo fundado en 1988 durante la Intifada Palestina, buscando darle voz a la tradición religiosa judía en materia de derechos humanos. Su director ejecutivo, el rabino Ascherman refiere: “Los rabinos miembros de nuestra organización, que provienen tanto del judaísmo ortodoxo, conservador y reformista, buscan participar en acciones no violentas, en demostraciones de solidaridad con las víctimas de abusos y trabajar en el diálogo interreligioso; también fomentamos la tradición judía de defensa de las víctimas en las Yeshivot y ayudamos en la reconstrucción de casas demolidas”.

En la calle Hayasmin de Ramat Efal de Israel, se reúnen familias palestinas y judías del Parents Circle-Families Forum, asociación que incluye a más de 600 familias que han perdido, como resultado del conflicto, a un familiar cercano. El Parents Circle fue fundado en 1998 y su objetivo es generar conciencia de los daños que la ocupación produce, la búsqueda de una solución justa y el fin del terrorismo y la violencia que mata a víctimas inocentes, como lo fueron sus parientes. El PCFF ha generado un impacto importante tanto en la opinión pública, como en los gobiernos palestino e israelí, logrando que adopten apoyo de medidas de reconciliación y entendimiento.

Las relaciones cotidianas entre palestinos e israelíes han estado marcadas por diferentes coyunturas y eventos. Hay que recordar que entre 1948 y 1967 la población palestina vivía bajo el control egipcio en Gaza y el jordano en Cisjordania, por lo que sólo espontánea y casualmente tenía contacto con civiles israelíes.

Estas interacciones esporádicas se intensificaron (positiva y negativamente) después de la guerra de 1967 especialmente a lo largo de la denominada “Línea Verde”, cuando Israel ocupó Cisjordania y Gaza. A esa ocupación de territorios que el Plan de Partición de la ONU de 1947 asignó a un nuevo estado árabe, Israel también ocupó el Sinaí egipcio, los Altos del Golan sirio, y el sector este de Jerusalén. Estas conquistas territoriales aumentaron la polarización social y política israelí en dos campos que se mantiene en la actualidad.

Por un lado tenemos al “Eretz Israel Hashlema” que resultó de la unión de grupos judíos religiosos nacionalistas y organizaciones seculares que promovían la anexión y colonización del territorio conquistado. Por otro, encontramos al “Movimiento por la paz y seguridad” mayoritariamente secular y que entendía que el resultado de la guerra del 67 daba una oportunidad de resolver el problema de las relaciones árabes-israelíes con la fórmula “paz por territorio”.

Entre ambos grupos existe una mayoría silenciosa, indecisa políticamente y que dadas ciertas circunstancias apoya liderazgos particulares. Estos grupos, serían parte de la explicación a los cambios bruscos que se registran electoralmente en Israel.

A pesar de la gran atención mediática, política y académica que tiene el conflicto palestino-israelí, resulta sorprendente atestiguar el escasísimo interés que se ha mostrado por las agrupaciones, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales palestinas e israelíes. Estas resultan fundamentales para lograr una mirada más compleja y menos polarizada, siendo sus valiosos esfuerzos por ambos lados, un ejemplo que vela por un mayor y más justo entendimiento.

El profesor Edy Kaufman en su libro “Bridging the Divide: Peacebuilding in thee Israeli-Palestinian Conflict”, publicado el 2006, nos ofrece no sólo una valiosa lista de ONGs y asociaciones civiles israelíes, palestinas y mixtas (aquellas con actividades tanto en Israel como en Palestina), sino además una reflexión sobre el desarrollo, importancia e influencia de este tipo de manifestaciones organizadas de la sociedad civil.

La historia del movimiento pacifista palestino, sin bien es diferente a la israelí, se ha visto influenciada por ella. Sería en el inicio de la Primera Intifada, en 1987 (insurrección popular palestina contra la ocupación israelí) donde podemos encontrar manifestaciones civiles organizadas, con amplio impacto al interior de la sociedad palestina que proponían algunas soluciones al conflicto nacional, que luchaban por sus derechos políticos y humanos, no por medio de las armas, sino por medios no violentos. Es de destacar que el movimiento pacifista palestino a lo largo de su aún breve historia ha sido apoyado por dos actores: La Unión Europea (tanto a nivel Unión como a título individual de países miembros) y una parte de la sociedad civil israelí, principalmente los movimientos pacifistas.

La Intifada de 1987 puso en evidencia no sólo al gobierno israelí y su política de ocupación y administración de los territorios y de la población palestina, sino también sus contradicciones hacia los ciudadanos israelíes no judíos. Esta Intifada también evidenció al liderazgo corrupto e inoperante de la Organización para la Liberación de Palestina. Recordemos que este vacío dejado por la OLP en la sociedad palestina sería llenado en pocos meses por Hamás, organización terrorista que en estos días ha dejado claras sus pulsiones homicidas.

Los estudios académicos sobre las ONG´s palestinas coinciden en señalar que las dos Intifadas (1987 y 2000) así como los Acuerdos de Oslo de 1993 sentaron las bases del desarrollo de estos movimientos al interior de la sociedad palestina más allá de los partidos y grupos políticos formales, registrándose un incremento en el número de asociaciones de este tipo hacia mediados de la década de los años noventa.

Las Organizaciones No Gubernamentales que promueven la paz, tienen en ocasiones, una capacidad de presión hacia arriba, influyendo en los poderes políticos y sus decisiones; al mismo tiempo tienen un efecto hacia abajo, en la opinión pública, motivando la organización de manifestaciones masivas, las cuales también tienen su efecto en la clase política y en las decisiones parlamentarias, sin olvidar su efecto horizontal y el impacto e influencia que tienen las organizaciones entre sí.

Los principales campos en los cuales estas agrupaciones han logrado tener cierto grado de éxito son: la educación bicultural e interreligiosa; la asesoría y defensa jurídica; la investigación académica conjunta; la lucha por los derechos humanos y la democracia, así como el desarrollo económico a través de cooperativas. También han desarrollado propuestas alternativas al conflicto territorial.

Algunos éxitos históricos cosechados por el Campo de la Paz, que representan estas organizaciones israelíes y palestinas, son: la presión que se generó tanto al interior de Israel como en el extranjero, que llevó a la decisión del gobierno israelí de retirarse del sur del Líbano en el año 2000. La ya mencionada Intifada del 87, la presión que las organizaciones civiles palestinas pusieron en Arafat y el XIX Congreso Nacional Palestino para que se aprobaran las propuestas de dos Estados y el reconocimiento de Israel. Importa mencionar los famosos Acuerdos de Oslo de 1993 que gozaron de un apoyo popular sin precedente, aunque después los políticos los hicieron fracasar. Incluso el plan de Sharon para la desconexión de la Franja de Gaza en el 2005 puede ser atribuido en parte a la labor de estos grupos civiles.

Hace varios años, cuando estudiaba en Israel, visité junto a algunos de mis compañeros, Wahat al-Salam – Neve Shalom , una villa en la que viven palestinos y judíos israelíes, dedicada a construir justicia, paz y equidad entre ambas naciones. Neve Shalom fue fundada en 1970 por Bruno Hussar en tierras pertenecientes al monasterio de Latrún como una comunidad en la cual el respeto mutuo, la solidaridad y empatía desafían diariamente a los patrones violentos, racistas y discriminadores que dominan los discursos políticos sobre el tema palestino-israelí. Neve Shalom ha gestionado una exitosa Escuela por la Paz que atrae a niños palestinos y judíos de otras poblaciones cercanas. Conocer su centro espiritual, sus proyectos deportivos, educativos y artísticos y convivir con sus habitantes fue una de las lecciones más importantes para mí como latinoamericano interesado en Medio Oriente.

Estos días en los que vemos cómo académicos, activistas, políticos y periodistas hablan en nuestros medios de comunicación sobre los palestinos e israelíes, tenemos la obligación de escucharlos a ellos, a los actores, víctimas y héroes anónimos que luchan por la paz de manera cotidiana, negándose a odiar al otro y queriendo construir un mejor futuro para ellos y los suyos.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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