
Algunas variables externas que pesan sobre la economía chilena
Se dice repetidamente que Chile es altamente dependiente de lo que suceda en el terreno del comercio y de las finanzas internacionales. Veamos algunas circunstancias recientes que muestran dicho fenómeno.
La guerra contra Irán – por lo menos en las formas que ésta asumió durante el mes de junio – hicieron subir el precio internacional del petróleo, el cual llegó el día 19 de dicho mes a 77.44 dólares por barril, en circunstancias que durante todo el mes de mayo el precio promedio del barril había estado en 63.62 dólares por barril.
El día 25 de junio – cuando ya por lo menos el intercambio de misiles había cesado – el precio del petróleo bajó a 67.99 dólares por barril, que es una cantidad menor a la que imperó en los primeros cuatro meses del año.
Los datos anteriores muestran la alta variabilidad que tiene en precio del petróleo con relación a los hechos más relevantes que van marcado la lucha geopolítica de los tiempos actuales.
Chile importó durante el año 2024 petróleo, diésel y gas licuado por un monto de 11. 025 millones de dólares, y empezó el presente año con un precio internacional de 79.46 dólares por barril. De acuerdo a esos datos, si de un año en otro, el precio del petróleo aumentase en el mercado internacional en un 10 % eso significaría para Chile un mayor gasto por concepto de importaciones de combustibles por un monto de 1.102 millones de dólares. Los intercambios de misiles en el medio oriente le pueden significar a Chile, por tanto, un mayor gasto de más de mil millones de dólares, sin que tenga arte ni parte en esa confrontación. Afortunadamente, ese intercambio de misiles tuvo corta duración en esta oportunidad y el precio del petróleo volvió a sus bajos niveles anteriores.
Con el cobre la situación es diferente. El precio internacional de este metal partió el 02 de enero del 2025 con un precio de 4.02 dólares por libra, y ha ido aumentando en forma continua hasta llegar el 02 de junio a un precio internacional de 4.36 dólares por libra y aumentó hasta 4.51 dólares por libra al día 25 de junio, lo cual es un precio superior al que usaron el gobierno y el Banco Central para los cálculos de la economía chilena durante el año 2025. A esta alza en los precios contribuyen no solo los intercambios de misiles en cualquier parte del mundo, sino también la incertidumbre sobre la política arancelaria del gobierno estadounidense, que lleva a muchos agentes económicos a nivel mundial a aumentar su stock de dicho metal.
Chile exportó en el año 2024 cobre por valor total de 49.708 millones de dólares., casi el 50% de todas nuestras exportaciones. Si ese valor aumentase en el año en curso en un 10 % eso significaría para Chile un mayor ingreso por concepto de exportaciones de cerca de 5 mil millones de dólares, lo cual es una cantidad relevante para las cuentas externas del país y para los ingresos y gastos fiscales.
Por otra parte, la inversión extranjera directa alcanzó en el año 2024 un monto de 15.329 millones de dólares, lo cual es una cantidad más alta que en años anteriores, pero todavía insuficiente en relación a las necesidades que el país tiene de mayor inversión, tanto chilena como extranjera. Si esa inversión aumentase en el año en curso en un 10 %, lo cual no se ve como imposible, eso significaría para el país mayores ingresos por el orden de los 1.500 millones de dólares, lo cual impactaría muy positivamente sobre nuestras cuentas externas.
El precio del petróleo, el precio el cobre, el volumen de inversión extranjera que llegue a nuestro país, son variables sobre las cuales Chile tiene poco o ningún control, pero sufre los efectos, positivos o negativos, de sus oscilaciones en el mercado internacional. Lo mismo sucede con el volumen y el precio de la fruta que exportamos, de las tasas de interés que imperan en el mercado financiero internacional para fines de endeudamiento, o sobre los vaivenes del valor del dólar como moneda de cambio y de reserva. Todas ellas son variables que condicionan en alta medida lo que sucede con la economía chilena. De todo esto se desprende que para Chile sus formas de inserción en los circuitos comerciales y financieros internacionales son mucho más cruciales que para otros países. Por lo tanto, el gobierno y el Banco Central tienen que jugar permanentemente con varios escenarios posibles en su planificación de corto y mediano plazo, y esforzarse por mantener o ampliar no solo sus mercados exteriores, sino el conjunto de sus relacionamientos externos que puedan ser útiles para la economía chilena.
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