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Verano político

Por: Gonzalo Guajardo Gavilán


Señor Director:

Tradicionalmente febrero es visto como un mes de poco movimiento en la política nacional, en razón de que gran parte de sus actores se ausentan. Este mes, sin embargo, se dieron distintos hechos noticiosos que bien vale la pena destacar. A saber: Tuvimos por un lado a la Ministra de Educación, Marcela Cubillos, recorriendo con fondos públicos 26 comunas del país, buscando historias con el objeto de desacreditar la Ley de Inclusión y justificar la mal llamada «Ley de Admisión Justa» del actual gobierno, llegando al punto de mentir abiertamente sobre lo que dice la actual normativa.

Por su parte, tuvimos al Ministro del Trabajo, Nicolás Monckeberg, proponiendo rebajar a la mitad la indemnización por años de servicio, idea que, en buena, hora fue desistida por el gobierno al no contar con piso para presentarla.

También fuimos testigos de las palabras del Ministro de Salud, Emilio Santelices, quien atribuyó el aumento de casos de VIH a la llegada de inmigrantes y al uso de la píldora del día después, estigmatizando irresponsablemente a las y los migrantes de nuestro país y desconociendo como su sector político por décadas se negó a avanzar en educación sexual, con consecuencias que hoy estamos vislumbrando.

Otro hecho durante febrero fueron las declaraciones del Subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien relacionó algunos incendios del último tiempo con la causa mapuche, sin presentar grandes antecedentes que permitieran sustentar sus dichos.

Como corolario de este mes, fuimos testigos de como nuestro país rompió con su política exterior de Estado, con el Presidente de la República realizando un viaje a Cúcuta con cuestionables resultados, y proponiendo una nueva organización internacional (Prosur), motivado únicamente por sus afinidades politicas y no por una visión de trabajo entre naciones latinoamericanas.

Si a todo lo anterior le sumamos que las oposiciones se tomaron largas vacaciones y que han estado dormidas ante el actuar del gobierno, limitándose a ciertas reacciones pero sin iniciativas que impulsen una agenda distinta, el resultado es un verano con un saldo bastante negativo para nuestro país.

Es de esperar que con la llegada de marzo y para el resto de este 2019 podamos ver avances en la unidad y seriedad de las fuerzas opositoras que hasta el momento brillan por su ausencia para tristeza de Chile y alegría del gobierno. El desafío es poder hacer frente a la agenda del Ejecutivo, la cual a la fecha solo muestra que los tiempos mejores son para unos pocos y no para todas y todos.

Gonzalo Guajardo Gavilán
Egresado de Derecho
Universidad de Chile

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