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Atención de salud en el extremo norte del país: el otro Chile en el Hospital Dr. Juan Noé Crevani

Por: Paulina Maturana A


Señor Director:

Con tristeza atascada en la garganta logro desatar mis manos para gritar en estas líneas el sufrimiento de una pequeña niña. Se accidentó en Arica un jueves jugando, fracturó su fémur y llegó donde ya no la podíamos proteger, nos acercó a una realidad que nadie quiere ver.

Una placa requería para su intervención, y se encontró el viernes en Concepción, se informó que el lunes la trasladarían, al parecer solo los días hábiles corrían. Apretando con los dientes el dolor, la niña valiente aguantó, pero llegado el día, ésta no apareció y sin dar mayor información, el día terminó.

Impotencia y frustración de los padres, quienes sumidos en la peor de las pesadillas y vulnerables en su situación, fueron doblemente humillados por un personal sin vocación, quienes indolentes frente a la angustia e inhumanos en el trato, no aplicaron nada de lo estipulado en el protocolo del buen trato. El país invierte dinero en la planificación hacia la óptima atención al usuario, pero en Arica olvidaron lo tratado, así fue como los traumatólogos fueron los únicos que tendieron la mano.

Estimado Director, el sistema de salud se pervirtió, hoy la indiferencia es la máxima expresión de la violencia, luego de 6 días recién la niña fue intervenida. Hoy me tocó alzar la voz por los derechos de los pequeños que no se pueden manifestar, lo que escribo es para visibilizar que existe un Chile del que nadie quiere hablar, nuestros niños y niñas necesitan ser tratados con la más alta dignidad.

Estamos acostumbrados a ser reactivos, si queremos avanzar tenemos también que actuar, no por nosotros, sino por ellos y los que vendrán.

Paulina Maturana A.

Cientista Política

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