Señor Director:
En relación a la carta enviada a El Mostrador que pudimos leer del señor Gómez, le invitamos a reflexionar, ¿Qué haría usted si no pudiera continuar sus estudios de forma definitiva e ininterrumpida durante todo 2020? Porque ese es el caso de los estudiantes de la carrera de Intérprete en Danza de la Universidad de las Américas. Debido a la pandemia, hemos estado durante meses pagando el arancel normal pero sin recibir todo el contenido académico ni poder usar el espacio universitario que, a diferencia de nuestros hogares, se encuentra preparado para recibir caídas y evitar lesiones. Además, hace dos semanas aproximadamente se nos ha anunciado el cierre de nuestra carrera (quienes se encuentran estudiando pueden obtener su título, solo que no habrá ingreso de nuevos alumnos). Esta situación nos aqueja profundamente, ya que luego de toda esta presión para mantener nuestra formación termina con un declive en plena pandemia.
Lamentablemente este hecho se ha replicado en distintas escuelas como UNIACC, U. de Chile, Escuela Moderna, UAHC, IP. Karen Connolly, que están sin poder concluir el primer semestre académico hasta la fecha, y por otro lado, ha provocado el cierre de otros espacios culturales de los cuales se duda su resurgimiento. Ante todo, nos cuestionamos ¿Qué ha pasado con el Ministerio de Educación y el Ministerio de Cultura, de las Artes y el Patrimonio? Puesto que no hemos visto ningún acercamiento para dialogar y resolver estas problemáticas, en especial con nuestra recuperación de contenidos. Entendemos que nos encontramos aún en situación de desconfinamiento, con un número alto de casos COVID-19 activos; añadiendo que en danza generalmente trabajamos en base a prácticas colectivas que requieren del tacto y proximidad para conocer ciertas posturas y procesos orgánicos, contexto que agrava el contagio.
Sin querer caer en sugestiones, desde inicios de marzo hemos estado esperando un mayor apoyo para solventar toda esta crisis, y no hablamos solo de fondos de emergencias concursables, sino de un acompañamiento y mediación en las variadas problemáticas que nos han aquejado como gremio. ¿Para qué existe ministerio que, a fin de cuentas, despliega toda su responsabilidad en sus ciudadanos? Pues cada docente, estudiante y auxiliar de Danza, históricamente, ha debido solucionar sus problemas desde la autogestión y con poca participación gubernamental, sobre todo en tiempos de crisis.
Para volver al tema central, creemos de vital importancia que se asegure la calidad en la educación de las Artes y de la Cultura desde la infancia hasta la universidad, por eso pedimos que haya un cambio en las bases curriculares y de acreditación donde las carreras de artes no sean apreciadas como un eslabón débil ni corran el peligro de ser descontinuadas en momentos de críticos. Por el contrario, que sean integradas y reconocidas como un espacio vital para el desarrollo humano y la preservación de la cultura, permitiendo potenciar una ética empática y sensible, donde expresarse signifique comunicación, aprendizaje por medio de los sentidos del cuerpo y compartir desde un lugar de respeto del cual puedan beneficiarse todas las personas de la sociedad. No es posible que en medio de este contexto mundial, la mejor solución sea detener procesos formativos y desvincular a sus funcionarios, eso no es apoyo, es solo una medida de supervivencia que evidencia la nula relación y la falta de empatía que se le brindan a las Artes en el país. Toda aquella música que escucha, los bailes que ve en diferentes plataformas, incluso sus programas televisivos favoritos y un montón de series de internet tuvieron un surgimiento como este, pero si seguimos ignorando e invisibilizando la precariedad en la que vive la cultura nacional, esta jamás se podrá desarrollar.
Atte.
Camilo Cortés, Francia Durán
y
Victoria Henríquez
Centro de Estudiantes
Intérprete en Danza
UDLA