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Salud mental de los profesores

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Por: Ximena Poblete Núñez


Señor Director: 

El martes pasado se celebró el Día Mundial de la Salud Mental y este lunes celebramos el Día del Profesor, dos fechas que deberíamos relevar en su conjunto. 

El trabajo docente es altamente complejo y desafiante. Su rol está basado en establecer relaciones interpersonales con niños y niñas, sus familias y otros profesionales. Por tanto, su salud mental impacta en las interacciones con estudiantes, los resultados de aprendizaje, y la calidad de los sistemas educativos. Por el contrario, el deterioro de este bienestar está asociado con el ausentismo, estrés e, incluso, deserción laboral, lo que repercute en bajos resultados de aprendizaje, aumento de costos para empleadores y, sobre todo, en el caso de los niños y niñas más pequeños, una desestabilización de las relaciones de cuidado que son fundamentales en la primera infancia.

Muchas veces al hablar de salud mental ponemos el foco en un aspecto clínico e individual, donde es el docente quien finalmente es responsable de “estar bien”, de demostrar su vocación por la enseñanza, muchas veces en espacios altamente vulnerables. En cambio, la investigación ha sido contundente en señalar la importancia de cambiar de foco hacia una promoción del bienestar docente, que resalta una visión sistémica que permita sostener y apoyar la compleja labor de quienes enseñan y cuidan. 

Es fundamental pongamos el foco en el bienestar de la labor docente para sostener la vocación y el buen desempeño de profesoras y profesores. De esta manera será posible atraer a las y los mejores profesionales y asegurar la calidad de los aprendizajes.

Ximena Poblete Núñez

Académica Facultad de Educación

Universidad Alberto Hurtado

 

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