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El padre Hurtado y el Día del trabajo

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Por: María Paz Vega


Señor director: 

En 1947, el padre Hurtado, publicó un libro titulado “El orden social cristiano en los documentos de la jerarquía católica”, en el cual a la luz de diversos documentos pontificios buscaba interpelar e iluminar algunas de las problemáticas contemporáneas que Alberto Hurtado veía en el Chile de entonces. Describe las complejas situaciones de los trabajadores, en palabras del padre Hurtado “sujetos a un yugo similar a la esclavitud bajo el poder del capital”. Señala también las consecuencias morales y la desorientación social, lo cual relaciona directamente con el alejamiento que la sociedad de entonces estaba teniendo de Dios, con el avance del laicismo y las animadversiones que se presentaban desde ciertos sectores eclesiales para con la doctrina social de la Iglesia. Además de hacer un diagnóstico, a partir de la enseñanza católica, proponía una serie de soluciones a los problemas relevados.

Hoy, Día internacional de los trabajadores y las trabajadoras, desde la Fundación Padre Hurtado, quisimos releer este libro, centrándonos en las interpelaciones que hace casi 80 años, nos dejaba San Alberto Hurtado.

Su enfoque y su narrativa es bastante más directa de lo que muchas veces nos ofrece el mundo actualmente, “Hoy, Día del Trabajo, deberíamos pensar seriamente en la organización gremial y en la necesidad de establecerlo para obtener un orden económico estable”.  Junto con esto, no escatima en interpelar a los diversos actores, no solo para que hagan gestos o se queden en las formas, sino que apela a su conciencia, “En el Día del Trabajo, bien podrían, las grandes entidades de hombres, o sea, la Iglesia, la organización de empleadores, la del trabajo y el Gobierno, revisar sus obligaciones y preguntarse a sí mismas cómo las están cumpliendo”.

Por si fuera poco, dedica palabras a cada uno de los sectores e instituciones que considera relevantes en los distintos aspectos del mundo laboral nacional, “La Gerencia, también debería revisar sus obligaciones en el Día del Trabajo. Los patrones deberían cumplir su parte, dentro de sus organizaciones, para fomentar el desarrollo de una sociedad que asegure la prosperidad para todo el pueblo, tanto como para ellos mismos. Afortunadamente, muchos empleadores son de este parecer, sensibles de su responsabilidad por el bien de su ciudad y de su nación”.

Finalmente, destina sus últimas palabras del libro en lo relacionado al Día del trabajador, las siguientes palabras, “El Gobierno también debería examinarse a sí mismo en el Día del Trabajo. Debería contemplar el establecimiento de la sociedad democráticamente organizada, por obreros, uniones profesionales y agricultores democráticamente organizados, con el Gobierno mismo como custodia del bien común, guiando y dirigiendo la entera estructura para la protección y beneficio de todo el pueblo”. Es una interpelación altisonante, antes la cual resulta difícil quedar ajeno o desconocer el sentido profundo de la misma.

Han pasado casi 80 años y creemos que en torno a la conmemoración del 1º de mayo, sabiendo los enormes avances que han existido en nuestra regulación legal, es necesario seguir avanzando, dejando de lado divisiones arraigadas en ideologías y posicionamientos que resultan intransigentes e improductivos. La sociedad nos pide hoy a todos los actores que miremos el país, a sus trabajadores y trabajadoras, que demos nuevos pasos para seguir construyendo una mejor sociedad, que dé cabida a un desarrollo socioeconómico, personal, familiar y espiritual de todos quienes prestan servicios en sus diversos trabajos.

 

María Paz Vega

Directora Ejecutiva

Fundación Padre Hurtado

 

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