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Serenar el discurso y amplificar la escucha

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Por: Bryan Barrios


Señor director:

Nos llena de estupor que, tras las movilizaciones estudiantiles de los últimos días en Santiago, emerjan discursos de actores públicos estigmatizantes que precarizan a quienes en el ejercicio de sus derechos se manifiestan pacíficamente. Una de las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 de las Naciones Unidas invita a todos los Estados a realizar acciones que detengan y prevengan toda forma de violencias dirigidas hacia las niñeces y juventudes. Contribuye a ello la quinta fase del Plan Mundial de Educación en Derechos Humanos (2025-2029), focalizado en esta población en la que, lamentablemente, aún hoy, los factores de riesgos de vulnerabilidad son muy altos. Se trata de fortalecer las capacidades intrínsecas individuales y sociales de niñeces y juventudes para que conozcan y ejerzan sus derechos; esa es la finalidad de la educación en derechos humanos y que se ve tensionada cuando emergen ese tipo de discursos. Se aproxima el Día Nacional de la Solidaridad en memoria de Alberto Hurtado, defensor de juventudes, por lo que se hace imperioso serenar el discurso y amplificar la escucha, acciones éticas concretas que denoten compromiso con la defensa de los derechos humanos de las personas más jóvenes y la construcción de un futuro esperanzador.

Bryan Barrios

Estudiante Magíster en Psicología Social

Universidad Alberto Hurtado

 

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