Publicidad

Brecha de origen en educación: sobre el último informe de la OCDE

Publicidad
Por: María Eugenia López Z.


Señor Director:

La columna “Herencia Social en Chile: luces y sombras del reciente informe de la OCDE”, publicada en este medio, vuelve a poner en evidencia una verdad incómoda: en nuestro país, la trayectoria educativa de los jóvenes sigue estando fuertemente determinada por el nivel de estudios de sus padres. Mientras apenas un 25% de los hijos de familias sin educación secundaria logra acceder a la educación superior, más de dos tercios de quienes tienen al menos un padre universitario alcanzan ese nivel.

Esta brecha de origen reproduce desigualdades y frustra el principio de movilidad social que debería estar en el corazón del sistema educativo. Frente a ello, la experiencia de Fundación Portas demuestra que es posible cambiar la historia cuando existe foco en el individuo  y una comprensión profunda de las dificultades a las que un joven de las características que supone el estudio se enfrentan.

Hace 17 años somos un pilar de desarrollo de estudiantes primera generación en educación superior, provenientes de contextos altamente complejos y que se sitúan en el 40%–60% del Registro Social de Hogares. No obstante lo anterior, el tiempo y nuestros resultados han mostrado que se puede erradicar el determinismo social: 96% de permanencia en sus carreras, 85% de titulación oportuna (máximo 1 año posterior a la malla curricular de referencia) y 87% de inserción laboral acorde a su formación).

¿Cómo se logra? A través de un modelo que combina apoyo académico, desarrollo socioemocional, orientación vocacional y formación en proyecto de vida en espacios individuales y grupales. Se trata de un programa  integral que instala capacidades y brinda herramientas para que cada joven pueda desplegar su potencial, más allá de las limitaciones de origen.

Chile necesita con urgencia replicar y escalar este tipo de intervenciones y debates, porque la evidencia es clara: cuando el talento cuenta con apoyo, la herencia social deja de ser el destino.

María Eugenia López Z.
Directora Ejecutiva
Fundación Portas

Publicidad