La escolarización de la Educación Superior
Señor director:
Después de más de 20 años dedicados a la docencia e investigación en Instituciones de Educación Superior nacionales y extranjeras, me parece preocupante constatar que las fuerzas que modelan el quehacer académico docente están conduciendo a la “Escolarización de la Educación Superior”.
Esta escolarización de la Educación Superior se ha producido al aplicar algunas prácticas de la Educación Escolar, como son el diseño e implementación de “modelos educativos” y los requisitos de cursos de “pedagogía” para los docentes, sin consideraciones a los objetivos del nivel educacional y la calidad e impacto real de estos en los resultados de aprendizaje de los futuros profesionales.
En primer lugar, ¿se requiere un “modelo educativo” para la Educación Superior? O más bien lo que se requiere es identificar todos los procesos que debe experimentar un estudiante y los resultados de estos procesos para convertirse en un profesional altamente calificado. Para lograr buenos resultados de aprendizaje ¿no será más conveniente centrarse en la calidad de los procesos de aprendizaje que en modelos teóricos inflexibles aplicados como patrones a todas las áreas disciplinares o profesionales? ¿Significa esto que la formación de todas las generaciones de Educación Superior anteriores a la implantación de los “modelos educativos” tuvieron una educación de mala calidad?
En segundo lugar, ¿se requieren cursos de “pedagogía” para todos los docentes en la Educación Superior? O más bien lo que se requiere es desarrollar en los docentes estrategias de docencia específicas para cada área disciplinar y profesional en forma progresiva e ir adquiriendo las habilidades docentes mediante la participación progresiva en clases, seminarios, laboratorios y prácticas para luego tomar roles de coordinación o dirección de cursos.
El procedimiento estándar para determinar las habilidades pedagógicas de los docentes son las evaluaciones del docente, exigidas por la CNA para la acreditación. Estas evaluaciones miden la satisfacción de los estudiantes (satisfacción del usuario) e implican una apreciación subjetiva del quehacer del docente, que poseen un sesgo demostrado en función del área disciplinar y las calificaciones obtenidas, lo que no refleja el impacto objetivo del docente en el resultado de aprendizaje de sus estudiantes.
La educación superior para que sea de calidad, debe ser impartida por “expertos reales” de las distintas disciplinas y profesiones, donde los ‘expertos no son aquellos que han leído y replican lo que se encuentra en los libros (y más recientemente el ChatGPT), sino aquellos que cultivan la disciplina o profesión, que generan o han generado conocimientos en la disciplina o profesión, lo que se traduce en que no solo pueden “hablar” de la disciplina o profesión sino “practicarla”.
Me parece necesario realizar una revisión profunda de estos procesos de escolarización de la Educación Superior en función del objetivo de esta, que es formar profesionales de la mejor calidad posible para el país.
María de la Luz Aylwin Ostalé, PhD (Fisiología Humana, Facultad de Medicina, Universidad de Pennsylvania)
Facultad de Medicina
Universidad de Talca