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Vacaciones en abril: ¿En qué está pensando el ministro Figueroa? Opinión

Vacaciones en abril: ¿En qué está pensando el ministro Figueroa?

Las medidas que busca impulsar Figueroa, están lejos de favorecer los procesos de aprendizaje de los y las estudiantes de nuestro país. Los últimos meses en nuestro país han sido al menos agobiantes. La violencia que vimos y sufrimos por parte de los distintos órganos estatales para aplacar las movilizaciones que la ciudadanía impulsó con gran fuerza desde el 18 de octubre del 2019, dejó importantes secuelas en la infancia de nuestro país. Frente a lo expuesto, cabe preguntarse qué está pasando por la cabeza del Ministro Figueroa y su comité asesor. Adelantar el receso formativo al mes de abril, en realidad significa suprimir las vacaciones ¿o acaso el jefe de cartera cree que en el contexto en el que nos encontramos los y las niñas tendrán un espacio de distensión. Las vacaciones de invierno cumplen un rol importante en la forma en cómo se desarrolla el sistema educativo en nuestro país, en tanto permite un respiro entre un periodo lectivo y el otro.


Hace algunas horas, luego del recuento diario que por estos días realizan las autoridades del Ministerio de la Salud, hizo aparición el Ministro de Educación, Raúl Figueroa, para comunicar las decisiones tomadas en materia educacional. De este modo, señaló que la suspensión de clases se extendería por dos semanas más, que se realizarían las gestiones para adelantar las vacaciones de invierno paras las dos últimas semanas de abril y que probablemente el año académico finalizaría en los últimos días de diciembre. El propósito de estas medidas, desde la perspectiva de la autoridad, es asegurar que el aprendizaje de niños y niñas no se vea afectado.

Las medidas que busca impulsar Figueroa, están lejos de favorecer los procesos de aprendizaje de los y las estudiantes de nuestro país. La autoridad, ha olvidado que los y las niñas no son máquinas triviales, y que la formación escolar no se remite al cumplimiento de un determinado número de horas y a la incorporación de una cantidad y tipo específico de contenidos. La formación estudiantil es un proceso intrínsecamente complejo y considera una serie de variables que, incluso, escapan de la dinámica escolar.

Los últimos meses en nuestro país han sido al menos agobiantes. La violencia que vimos y sufrimos por parte de los distintos órganos estatales para aplacar las movilizaciones que la ciudadanía impulsó con gran fuerza desde el 18 de octubre del 2019, dejó importantes secuelas en la infancia de nuestro país, la que fue amedrantada tanto física como psicológicamente. A lo anterior se suma el avance y arribo del covid-19 a nuestro país.

El domingo 15 de marzo, el Presidente de la República comunicó las primeras medidas que como gobierno se tomarían para hacer frente a la pandemia. Probablemente la decisión más polémica, debido a la desavenencia inicial con los ediles agrupados en la Asociación Chilena de Municipalidades, fue la suspensión de clases en todos los jardines infantiles y colegios del país. En este contexto, y desde la quincena del presente mes, ha sonado con fuerza la necesidad de hacer cuarentena y restringir la mayor cantidad posible cualquier contacto social que no sea imprescindible, la consigna es: cuarentena no es vacaciones.

Frente a lo expuesto, cabe preguntarse qué está pasando por la cabeza del Ministro Figueroa y su comité asesor. Adelantar el receso formativo al mes de abril, en realidad significa suprimir las vacaciones ¿o acaso el jefe de cartera cree que en el contexto en el que nos encontramos los y las niñas tendrán un espacio de distensión. Las vacaciones de invierno cumplen un rol importante en la forma en cómo se desarrolla el sistema educativo en nuestro país, en tanto permite un respiro entre un periodo lectivo y el otro.

La infancia mundial, y por supuesto la chilena, se encuentra en una situación sumamente delicada. ¿Qué nivel de recreación pueden tener niños y niñas, en el encierro de sus casas y departamentos -ni hablar de la infancia doblemente vulnerada de SENAME-? La cuarentena, sin duda, es una medida necesaria y que puede contribuir positivamente en la disminución de la curva de contagios del Coronavirus. Sin embargo, no podemos confundirla -a conveniencia- con vacaciones.

La situación que acabo de describir es solo uno de los múltiples puntos de vista que deben ser considerados por la máxima autoridad de educación. También se deben generar reflexiones en torno a la situación de profesores y profesoras que tendrán que hacer malabares para dinamizar un sistema caracterizado por la rigidez; de apoderados que aún deben salir a trabajar y no tienen con quien dejar a sus hijos e hijas, y en general de la forma en cómo pensamos el sistema educativo chileno.

Por ahora, urge establecer una serie de medidas que permitan respetar el derecho de la infancia a una sana recreación, que a nivel psicológico le permita desarrollar aspectos sociales fundamentales para constituirse en personas sanas emocionalmente. El estrés, la depresión y la salud mental en general, no es solo un tema de personas adultas.

  • El contenido vertido en esta columna de opinión es de exclusiva responsabilidad de su autor, y no refleja necesariamente la línea editorial ni postura de El Mostrador.
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